641 - El monstruo del armario.

Sir Helder Amos | sábado, diciembre 29, 2012 |
- ¡AAAAAAHHHHHHHG! - gritó aterrado cuando abrió la puerta de su armario.

Fin.

640 - La obra de teatro perfecta.

Sir Helder Amos | miércoles, diciembre 26, 2012 |
Escribió una obra de teatro donde mataba a su enemigo envenenándolo con una copa de vino, y el día del gran estreno de la obra, cuando su enemigo cayó muerto en medio del escenario, todo el mundo, sin sospechar nada del crimen que se había cometido en frente de sus ojos, lo ovacionó de pie por lo buena que había sido la obra.

Fin.

639 - Los gnomos del jardín.

Sir Helder Amos | miércoles, diciembre 19, 2012 |
Siempre le dije a mamá que no comprara esos horribles gnomos de jardín, porque esos gnomos eran malvados; pero ella no me escuchó y, ahora, lo está pagando caro, porque un día mientras ella no estaba en casa, un gnomo cobró vida, me mordió y, en menos de un segundo, me convertí en uno de ellos; ahora, mamá cree que estoy perdido y, desde el jardín, puedo verla todas las noches asomarse a la ventana y llorar por mi.

Fin.

638 - Conociendo tus límites.

Sir Helder Amos | lunes, diciembre 17, 2012 |
- ¡Solo un poco más! - se dijo Icarus así mismo, mientras se acercaba volando lo más que podía al sol.

Fin.

637 - Cables telefónicos.

Sir Helder Amos | viernes, diciembre 14, 2012 |
- ¡BERNARDO, BAJA AQUÍ AHORA MISMO!
- Ya voy mamá, estoy probando algo...

Y sacando su navaja de explorador, cortó el cable de teléfono y se metió un extremo al oído...

Fin.

636 - El mantel de cuadros.

Sir Helder Amos | miércoles, diciembre 12, 2012 |
Al ver que se acercaba el humano con el mantel de cuadros en las manos a lo lejos, todas las sillas se estremecieron, porque sabían que les esperaba una larga y aburrida velada, escuchando las quejas y lloriqueos de la mesa  diciendo lo gorda y fea que se veía con el mantel de cuadros puesto.

Fin.

635 - El jardín magico.

Sir Helder Amos | lunes, diciembre 10, 2012 |
Los días más calurosos de verano convertían el patio trasero de Marcos en un jardín mágico, porque tan pronto su papá encendía los rociadores, este se llenaba de miles y miles de arcoíris que hacían a Marcos creer en la magia; a pesar de que él sabía, muy bien, la explicación científica de que todo se debía a la refracción de la luz en las gotas de agua que arrojaban los rociadores.

Fin.

634 - La transformación.

Sir Helder Amos | viernes, diciembre 07, 2012 |
Había una vez un perrito labrador negro que siempre se la mantenía al lado de su amo, jugueteando con él y moviendo su colita negra de un lado para otro, demostrando lo feliz que era; pero después de que su amo muriera en un accidente de tránsito, el perrito labrador negro dejó de juguetear y nunca más agitó su colita negra de un lado para otro.

 Un día, el perrito labrador negro despertó siendo un gato negro, y desde entonces se la mantiene deámbulando solitariamente por las calles, gruñendo a cualquiera que se cruce por su camino y dandoles mala suerte.

Fin.

633 - Un par de meses después del tornado.

Sir Helder Amos | miércoles, diciembre 05, 2012 |
- ¡Está lloviendo leche, está lloviendo leche! - gritó un niño de la aldea.

Y rápidamente todos los aldeanos salieron corrienndo de sus casas, sacando sus contenedores de leche para que se llenaran con la lluvía, y mientras esperaban,  se paraban con la boca abierta mirando al cielo para probar el delicioso sabor de la leche, que ya  habían olvidado porque no habian tenido ni una sola gota del blanco y nutritivo líquido desde que el tornado se llevó volando a todas las vacas de la aldea hace un par de meses.

Fin.

632 - El último suspiro.

Sir Helder Amos | lunes, diciembre 03, 2012 |
Alrededor de su cama en el hospital estaban todos sus familiares y amigos que se habían reunido ese día para celebrar su cumpleaños número 107, a pesar de condición médica; pero lo que debió de ser una velada llena de alegría, se convirtió en una tragedía cuando su cabeza calló inerte sobre el pastel de cumpleaños después de haber apagado de un solo soplo las 107 velas.

Fin.

631 - El poder de las lágrimas.

Sir Helder Amos | viernes, noviembre 30, 2012 |
Quedó sorprendida cuando su amor le dijo que la odiaba y que no la quería ver más nunca en su vida, después de que le dio la bebida en la que le había puesto la poción de amor.

La muy tonta se había equivocado al seguir la receta, porque en vez de agregarle tres lágrimas de tristeza, le agregó tres lagrimas de felicidad.

Fin.

630 - La tragedia del hilo de plata cortado.

Sir Helder Amos | miércoles, noviembre 28, 2012 |
Después de haber visto las pirámides de Egipto y haber caminado la muralla china, decidió regresar de su viaje astral y volver a su cuerpo, pero cando jaló del hilo de plata, descubrió horrorizado que éste se había roto.

En su casa, su hijo lo agitaba fuertemente por los hombros intentando despertarlo porque había tenido una terrible pesadilla, y quería que su papi le dijera que solo había sido un sueño.

Fin.

629 - Mi mejor amiga, la piedra en mi camino.

Sir Helder Amos | lunes, noviembre 26, 2012 |
- A ver... cuéntame más sobre tu niñez, ¿Como te fue en la escuela? ¿Tenías muchos amigos?
- Para serle sincero, doctor, no, yo tuve una niñez muy solitaria, nunca tuve amigos, todos mis compañeros de clases se burlaban de mí porque era diferente, aunque...
- ¿Si?
- Aunque... aunque si tuve una amiga, si podría llamarla así... es que no era humana.
- ¿No era humana, y qué era entonces? ¿Tenías una amiga imaginaria?
- No, doctor, es que está amiga no era humana, era una cosa, era una piedra que siempre me encontraba camino a la escuela y yo la pateaba por toda la acera mientras le contaba mis problemas, y cuando salía de clases, siempre la encontraba en el mismo lugar donde la había dejado y la pateaba de nuevo de regreso a casa, así que siempre me acompañaba.
- ¿Y qué pasó con esa piedra?
- Bueno, un día mientras estaba en la escuela, limpiaron la calle y cuando salí de clases no la encontré donde la había dejado y más nunca la volví a ver.

Fin.

628 - La habitación 69

Sir Helder Amos | viernes, noviembre 23, 2012 |
Iba corriendo desesperado por el pasillo lleno de puertas, tenía que llegar a la habitación 69 lo antes posible; pero cuando pasó la habitación 68 y se detuvo en la puerta siguiente, vio, decepcionado, que el pequeño letrero dorado tenía marcado el número 70 en vez del número 69.

Fin.

627 - La fe es poderosa.

Sir Helder Amos | miércoles, noviembre 21, 2012 |
El pequeño demonio logró colarse dentro de la iglesia, y una vez dentro, fue a la capilla donde los humanos le prendían velas a la imagen de la  Providencia  para que esta les cumpliera sus peticiones; allí, el pequeño demonio inhaló profundamente y con malicia sopló con todas sus fuerzas para apagar las velas que iluminaban a la imagen de la Providencia; pero a pesar de lo fuerte que sopló, el pequeño demonio no pudo a apagar ni una sola vela, porque tan pronto como las apagaba con sus soplidos, estas se encendían de nuevo instantáneamente como si nada hubiera pasado.

Fin.

626 - El secreto de los demonios.

Sir Helder Amos | lunes, noviembre 19, 2012 |
- Y estos... pequeño demonio mio, son los que tienes que llevar cada vez que un humano abra el portal hacía su mundo.
- ¿Qué es esto papi?
- Estos son GPS, pequeño demonio mio, cada vez que un humano abra el portal hacía su mundo, tu debes agarrar un puñado de estos y dejar uno en cada uno de los humanos que hayan participado en el ritual de apertura del portal.
- ¿Y eso para qué, papi?
- Bueno, pequeño demonio mio, para que después tú puedas rastrearlos y sepas siempre donde están; y de esa manera, no podrán esconderse de ti.
- ¿Y para que voy a querer saber donde están, papi?
- Para que puedas perseguirlos y asustarlos por el resto de sus vidas, pequeño demonio mio, porque ese es nuestro trabajo, perseguir y asustar a los humanos que juegan con lo desconocido.

Fin.

625 - La manzana no cae muy lejos del árbol.

Sir Helder Amos | viernes, noviembre 16, 2012 |
- ¡Y te vas a tu cuarto ahora mismo! - le grité...

No podía creerlo, le había gritado; a pesar de las tantas veces que me dije que yo no iba a ser como él, que yo era diferente y ahora...

Ahora me doy cuenta de que cada día que pasa me parezco más a él, sin importar cuanto intente no ser como él.

Fin.

624 - El pelo de Sansón.

Sir Helder Amos | miércoles, noviembre 14, 2012 |
Cuando llegó a su casa de la peluquería, admiro con gran placer sus nuevas extensiones de cabello frente al espejo, porque con ellas se veía hermosa y la  hacían sentir poderosa y llena de fuerza; cuando fue a agarrar una copa para servirse un trago, la copa le estalló en la mano de lo fuerte que la había agarrado, al igual que la escoba, que partió en dos con solo apretarla con sus dedos.

Sin poder creer en la Super-Fuerza que había adquirido, intentó alzar el sofá que nunca antes había podido mover ni un centímetro, y para su sorpresa, esta vez, lo alzo en el aire con una sola mano sin ni siquiera esforzarse  sí era verdad, no estaba alucinando, con sus nuevas extensiones de cabello vino también una Super-Fuerza inimaginable.

Fin.

623 - La última prueba.

Sir Helder Amos | lunes, noviembre 12, 2012 |
Estaba parado enfrente de su última prueba, sí realmente él era el elegido no iba a sentir dolor alguno e iba a salir caminando de la última prueba ileso, con la frente en alto, convertido en el nuevo gobernante de su villa; y a pesar de que cuando sonó el gong las dudas sobre si podría hacerlo o no, lo atacaron, siguió adelante, porque ya era muy tarde para arrepentirse, así que muy decidido dio el primer paso para llevar a cabo lo que fue, de hecho, su última prueba.

Fin.

622 - Problemas de autoestima.

Sir Helder Amos | viernes, noviembre 09, 2012 |
En Notre Dame:

- Jorobado, tú si eres feo, sal de mi vista, tu fealdad le está haciendo daño a mis ojos - le decían las Gárgolas al Jorobado para tratar de sentirse un poco mejor con ellas mismas.

Fin

621 - El diablo siempre(nunca) cumple lo que le pides.

Sir Helder Amos | miércoles, noviembre 07, 2012 |
- ¿Quien ha sido el humano que me se ha osado a invocar me? - preguntó el diablo enojado.
- Yo, un joven escritor, te he invocado porque quiero ofrecerte mi alma a cambio de un deseo.
- ¿Y qué es eso que deseas?
- Quiero escribir el mejor cuento que se haya escrito en el mundo, y que se vuelva famoso y sea publicado y traducido en todos los idiomas.
- ¿Eso es todo?
- Si.
- Entonces firma aquí utilizando tu sangre.

Un par de meses cuando el joven escritor terminó de tipear la palabra "fin" en la última página de su cuento, un incendio se desató en su casa, matándolo y destruyendo toda su casa, donde lo único que se salvó del incendió fue el cuento que había el joven había escrito, que era tan bueno que se volvió famoso y fue traducido en todos los idiomas y publicado en todo el mundo.

Fin.

620 - La rosa negra.

Sir Helder Amos | lunes, noviembre 05, 2012 |
Iba caminando por el campo de rosas cuando se encontró con una rosa negra y se acercó a observarla, estaba tan fascinada por ella, que intentó tocarla, y al hacerlo, se pinchó con una de sus espinas, y por su herida la rosa negra absorbió toda su sangre y ella cayó muerta al lado de una nueva rosa roja.

Fin.

619 - Los malos nunca ganan.

Sir Helder Amos | sábado, noviembre 03, 2012 |
Cuando el malo ganó al terminar la película, no podía creerlo, era un milagro y celebró su triunfo a lo grande; el pobre no sabía que esa era solamente la primera parte de la trilogía.

Fin.

618 - La casa de la bruja moderna.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 31, 2012 |
Ya que la casita hecha de dulces de la bruja no estaba atrayendo a muchos niños que ella se pudiera comer, ella tuvo que re-inventarse y construyó una casa totalmente nueva hecha de teléfonos inteligentes, computadoras y tablets.

Fin

617 - El ogro feminista.

Sir Helder Amos | domingo, octubre 28, 2012 |
Debajo del único puente que había para cruzar el río vivía un ogro, quien, cada vez que veía que una mujer iba a cruzar su puente, salía corriendo para ayudarla; pero cada vez que un hombre intentaba cruzar el puente, el ogro lo ataca y le lanzaba rocas para que ni siquiera se acercara.

Fin.

616 - Lagrimas de cocodrilo.

Sir Helder Amos | viernes, octubre 26, 2012 |
- ¿Por qué estás llorando cocodrilo?
-  Porque maté y me comí a mi mejor amigo, el ciervo.
- ¿Y por qué hiciste eso, si sabías que te sentirías mal y te arrepentirias después de hacerlo?
- Yo no estoy llorando porque me sienta mal por haberlo matado...
- ¿Y entonces...?
- Estoy llorando, porque si hubiera sabido antes que mi me mejor amigo, el ciervo, iba a saber tan delicioso no hubiera esperado tanto para matarlo y comermelo.

Fin.

615 - La estrella fugaz.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 24, 2012 |
Caminando por el parque en una noche de luna llena:

Rodolfo: ¡Mira, Antonieta, una estrella fugaz! ¡Pide un deseo! ¡Rápido!
Antonieta: Yo no creo en esas cosas, Rodolfo.
Rodolfo: (Deseo que Antonieta se enamore de mi y que me ame tanto como yo la amo a ella)
Antonieta: Esas son cosas de niños.
Rodolfo: ¡Listo! Ya pedí mi deseo.
Antonieta: ¿Qué pediste?
Rodolfo: Es un secreto, si te lo digo, después no se hace realidad.
Antonieta: ¡Qué tonto eres, Rodolfo!

Más tarde esa misma noche:

Antonieta: (No me había dado cuenta de lo bonito que se ve Rodolfo a la luz de la luna, ni de lo linda que es su sonrisa,  ¿Qué esto que estoy sintiendo en mi estómago? ¿Mariposas? ¿Podría ser...?)

Fin.

614 - Molestia eterna.

Sir Helder Amos | lunes, octubre 22, 2012 |
Pasó la eternidad estornudando, porque todos los sábados su familia iba a visitarlo al cementerio, y le llevaban un ramo de flores a su tumba sin recordar que él era alergico al polem de las flores.

Fin.

613 - El ladron del tiempo

Sir Helder Amos | viernes, octubre 19, 2012 |
"El tiempo es relativo" dijo Albert Einstein, sin saber que el hermano malvado del Padre Tiempo se escabullía por su ventana cada vez que se divertía en su laboratorio, y le robaba el tiempo en frente de su nariz.

Fin.

612 - Dos zombies almorzando.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 17, 2012 |
- ¡Puaj!
- ¿Qué pasa, no te gusta tu humano?
- Puaj, no, el cerebro de este humano sabe a puro Reality Shows y Música Comercial.
- ¿Quieres cambiar? El mio sabe a uno de esos pocos que leía literatura clásica y pensamientos filosóficos.
- ¡Si, me encantaría! Odio el sabor de los humanos estúpidos que no usaban su cerebro cuando estaban vivos.
- ¡¿Estás loco?! ¡Si esos son los mejores, son  tan suavecitos y fáciles de comer!

Fin.

611 - Miedo a la muerte.

Sir Helder Amos | lunes, octubre 15, 2012 |
No le tenía miedo a la muerte; pero el solo hecho de que le tocaran ese tema, hacía que su corazón latiera más rápido, que se le creara un nudo en el estómago y que se le pusiera la piel de gallina.

No le tenía miedo a la muerte; pero sabía que al morir uno de sus dos más grandes miedos iba a seguirla hasta la tumba.

No le tenía miedo a la muerte: pero le tenía miedo a los insectos, y si al morir la enterraban y su carne era devorada por  ellos, desde el más allá se iba a sentir asqueada.

No le tenía miedo a la muerte; pero le tenía miedo al fuego, y si al morir la cremaban, igual se sentiría aterrada.

No le tenía miedo a la muerte; pero de todas formas, quería vivir por siempre.

Fin.

610 - El elefante del circo.

Sir Helder Amos | viernes, octubre 12, 2012 |
Cansado de recibir azotes y ordenes, rompió las cadenas que lo mantenían preso y de un trompazo derrumbó a su domador para intentar escapar; pero al ver a su público lleno de niños sonrientes porque estaban viendo a un elefante que bailaba, se dio cuenta de que quizás todo el sufrimiento y sacrificio si valía la pena después de todo.

Fin.

609 - Contagio

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 10, 2012 |
Todos aquellos que conocen mi condición me desprecian y me miran con asco, todos evitan tocarme y hablarme, como si yo los fuera a contaminar así de fácil, pero no, eso no es así de fácil; sin embargo, todo el desprecio constante ya me tiene hasta el borde, así que de ahora en adelante no me importa nada, saldré, me vestiré con mis mejores ropas y haré a otros sufrir por los que yo estoy sufriendo.

Fin.

608 - Una cuestion de nombres y mala memoria.

Sir Helder Amos | lunes, octubre 08, 2012 |
Después de varios minutos de charla, me hizo saber que me estaba dirigiendo a ella con un nombre que no era y muerto de pena le pedí disculpas. Seguimos hablando un poco más y nuevamente me volví a equivocar, lo que hizo que ella se marchara enojada, todavía siento pena, pero más pena siento que a pesar de todo, todavía no puedo recordar su nombre verdadero.

Fin.

607 - El osito de peluche.

Sir Helder Amos | sábado, octubre 06, 2012 |
Estaba allí, sentado, en el rincón de la cuna, listo para atacar, nadie nunca sospecharía nada de él, porque él era muy tierno y abrazable.

Fin.

606 - La pieza maestra.

Sir Helder Amos | jueves, octubre 04, 2012 |
- Yo creo que esta pintura representa la gran depresión por la que pasamos todas las personas en el momento en el que sentimos que nos perdemos a nosotros mismos.
- No, al contrario, para mí, lo que el artista nos quiso decir con esta gran obra de arte es que a pesar de todos los cambios por los que atravesamos, siempre vamos a seguir siendo nosotros mismos.
- ¡¿Estás loco?! Si mira esos colores oscuros, con aquellos tan brillantes, solo significa depresión…
- ¡No! Pero mira, allí viene el artista, preguntémosle que significa.

 Y cuando ambos le plantearon al artista sus teorías sobre el significado de su gran pintura, este se quedó anonado al ver todo lo que podía pensar la gente sobre aquel lienzo inservible que él utilizaba para limpiar sus pinceles.

Fin.

605 - Karma: La maldición de la bruja embarazada.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 28, 2012 |
El embarazó le había caído muy mal a la bruja: los vómitos, el aumento de peso, los cambios hormonales que jugaban con sus emociones...

Y para ella, al único al que se le podía culpar de su estado era el hombre que la embarazó, así que para vengarse, le echó una maldición y lo convirtió en un caballito de mar para que él pasara también por todo lo que ella estaba sufriendo.

Fin.

604 - El Hombre-Caballito de Mar.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 28, 2012 |
Estaba anonadado, no podía creer lo que veían sus ojos, no podía ser… era biológicamente imposible; pero aún así, en sus manos temblaba el resultado de la prueba... ¿Él? ¿Embarazado?

Fin.

603 - El deseo del mono.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 28, 2012 |
El mono se sentó cansado en frente del espejo, acababa de llegar de su práctica de Caminata Erguida, y vio con esperanzas la pequeña replica del Hombre de Vitruvio que estaba pegada en la esquina superior izquierda de su espejo; pronto sería como él, pronto...

Fin.

602 - Psicología inversa.

Sir Helder Amos | martes, septiembre 25, 2012 |
- Mi amor, ¿Cuando llamarás a tu abogado para que haga el acuerdo prenupcial para firmarlo? - le preguntó a su prometido.
-¿Ah? ¿Qué? ¿Qué acuerdo prenupcial?
- El acuerdo prenupcial, mi amor, quiero que hagas uno para firmarlo, porque no quiero que piensen que me estoy cansando contigo por tu dinero...
- ¿Qué estás diciendo? Yo te amo y confío en ti, querida, no te voy hacer firmar ningún acuerdo prenupcial.
- Pero, mi amor, yo...
- No, no, ningún pero, ya dije que no quiero que firmes nada y así será, fin de la discusión.
- Okey, ni amor, lo que tu digas, te amo - le dijo mientras besaba a su prometido en el cachete con una maliciosa sonrisa en su cara.

Fin.

601 - La princesa escondida.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 24, 2012 |
Hace mucho tiempo para determinar quien se casaría con la princesa, el Rey invitó a todos los nobles varones entre 23 y 25 años a su castillo e organizó un gran juego de las escondidas, donde todos los nobles varones debían de taparse los ojos y contar hasta cien, para que la princesa se escondiera, luego ellos tendrían que ir a buscarla, y aquel que fuera el primero en encontrarla se convertiría en su prometido; pero la princesa, al no quererse casar con ninguno de los participantes, se escondió tan bien, que nadie pudo encontrarla; y todavía, a la fecha de hoy todavía no lo han hecho, y ya muchas personas del pueblo creen que ese juego de las escondidas no fue real, si no que es solo una leyenda que se inventaron sus ancestros para ser contada a los niños del pueblo.

Fin.

600 - La hija del cura.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 24, 2012 |
Todos los hombres del pueblo conocían el secreto que escondía la hija del cura debajo de su hábito, porque todos ellos habían sido víctima de sus encantos y habían caído en las garras de tal ‘diabólica mujer’ como le decían ellos.

La hija del cura era muy peculiar, a ella le gustaba jugar; pero al mismo tiempo defendía fervientemente sus creencias, y es por eso que todos los hombres del pueblo habían sido avergonzados por ella, porque cuando se la llevaban a la cama y le levantaban el hábito, se encontraban con un cinturón de castidad de plata y antes de que pudieran decir o hacer nada ella gritaba muy indignada:

- ¡Pecador! ¡Te quemarás en el infierno, pecador, por tratar de aprovecharte de una persona inocente como yo!

Fin.

599 - Las reglas se hicieron para romperse.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 21, 2012 |
- ¡hey, hey, hey! ¿Qué estás haciendo?
- Recogiendo esta galleta que se me cayó hace un momento.
- Ya veo; pero no puedes hacer eso, esa galleta se te cayó como hace diez segundos, y tu conoces la regla de... - pero antes de que hubiera terminado de hablar, él ya se había comido la galleta.

Fin.

598 - El príncipe tímido.

Sir Helder Amos | jueves, septiembre 20, 2012 |
- ¡Espera, espera, espera! Antes de que me beses, por favor, ¿podrías traerme un poco de ropa? es que... cuando me transforme en humano voy a quedar desnudo y no quiero que me veas así hasta nuestra noche de bodas - le dijo el sapo, apenado, a la princesa.

FIN.

597 - 17 de febrero de 1978: El día que nevó en el desierto del Sahara.

Sir Helder Amos | martes, septiembre 18, 2012 |
- Y si tú pierdes, tendrás que hacer nevar en el desierto del Sahara - Le dijo el padre tiempo a la madre naturaleza.

Fin.

596 - Un matrimonio lleno de mentiras.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 17, 2012 |
Un par de semanas después de haberse divorciado, decidió vender el anillo de diamantes que su ex esposo le habia regalado para comprometerse; pero cuando fue a la joyería y en ésta le dijeron que el anillo estaba hecho de diamantes falsos, no se sorprendió en lo absoluto.

Fin.

595 - Uno sabe cuando encuentra a su amor verdadero.

Sir Helder Amos | sábado, septiembre 15, 2012 |
- ¿Cómo así que terminaste con tu novo?
- Sí, descubrí que yo no era su amor verdadero.
- ¿Qué? ¿Cómo así? ¡Si ustedes dos se llevaban muy bien juntos! ¿Cómo puedes saber que no eres su amor verdadero si solo llevan saliendo un par de semanas?
- Sí, yo no soy su amor verdadero, verás, el otro día cuando estabamos hablando por teléfono yo me tenía que ir y me despedí de él, y él me dijo "chao"; pero no colgó, y yo tampoco colgué, y él me dijo "cuelga tú" y yo le dije: "no, cuelga tú" y así de la nada me colgó, así que lo llamé de nuevo y le dije: "Terminamos" y desde entonces me ha estado llamando y escribiendo pero yo no lo he contestado las llamadas ni escrito de vuelta, no quiero saber nada de él.

Fin.

594 - El precio de salvar una vida.

Sir Helder Amos | jueves, septiembre 13, 2012 |
La ambulancia iba manejando como loca, a toda velocidad, sonando su sirena y haciendo que todos los carros enfrente de ella se lanzaran a los lados para darle paso, porque dentro de ella, llevaba una persona al borde de la muerte a la cual no quería perder; pero detrás de ella, había dejado tres muertos y dos heridos al causar un accidente automovilistico.

Fin.

593 - La prueba del sensei.

Sir Helder Amos | jueves, septiembre 13, 2012 |
Había una vez un Gran Sensei que era famoso por entrenar a los mejores peleadores de artes marciales, y por eso, todos querían ser entrenados por él; pero muy pocas madres pasaban la prueba secreta que el Sensei les hacía para poder admitir a sus hijos en su academia, porque él pensaba que para ser un gran peleador de artes marciales, había que tener la aptitud para ello desde antes del nacimiento.

- Y, digame Señora, ¿Como era su hijo cuando estaba en su vientre? ¿Tranquilo? ¿O se movía mucho y le daba muchas patadas?

Fin.

592 - Solo un poco mareado.

Sir Helder Amos | martes, septiembre 11, 2012 |
- ¿Estás bien?
- Si, si, estoy bien, yo solo estoy... Un poco mareado - dijo mientras se ponía su mano frente a sí y veía que tenía quince dedos.

Fin.

591 - El baño dorado.

Sir Helder Amos | domingo, septiembre 09, 2012 |
En su casa, ella tenía un baño dorado, donde  todo estaba hecho de oro puro, desde la ducha hasta el lavabo; así que cada vez que se encontraba lejos de casa y necesitaba ir al baño, exclamaba con tristeza: "¡Ojala tuviera mi baño dorado!" ante el baño sucio y, quizás, blanco en el que tenía que hacer sus necesidades, sin saber, que al hacer tal comentario hacía que las personas más perversas volteran la cabeza para observarla mejor y lanzarle una mirada viciosa.

Fin.

590 - El hacker con problemas de manejo de ira.

Sir Helder Amos | miércoles, septiembre 05, 2012 |
Al no poder dar con el código para desbloquear el ordenador, sacó un martillo de su maletín y lo hizo pedazos.

Fin.

589 - El ladrón.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 03, 2012 |
La Reina estaba paseándose por el pueblo asegurándose de que todo estuviera bien, cuando de pronto vio a a un joven  hermoso, blanco como la nieve, de ojos azules y cabellos marrones, y casi sin aliento, la Reina, se detuvo en seco, señaló al joven y gritó:

- ¡Arrestelo! ¡Arrestenlo y cortenle ambas manos por ladrón!
- Pero, mi Reina, yo no he robado nada, yo solo soy un humilde plebeyo - se denfendió el joven ante tal acusación.
- No seas mentiroso ¡Ladrón! Que hace tan solo un segundo, que posé mis ojos en tí, he sentido que has robado mi corazón.

Fin.

588 - Shampoo: Evite el contacto con los ojos.

Sir Helder Amos | sábado, septiembre 01, 2012 |
Un día, no sé porqué, decidí video-grabarme mientras me bañaba, y cuando ví la cinta, quedé horrorizada de ver que todos mis temores eran realidad, porque cuando cerraba los ojos para aplicarme el shampoo, una sombra alta se materializaba detras de mi, acercaba su cabeza hacía la mia y respiraba hondo, oliendo mi cabello; y cuando abría los ojos después de enjuagarme el shampoo, la sombra desaparecía tan rápido como había aparecido, como si fuera humo desvaneciendo en el aire, y luego, cuando repetí, vi la sombra aparecer nuevamente...

Todos estos años... mi miedo de cerrar los ojos para aplicarme el shampoo...

Fin.

587 - El cuervo averiguador.

Sir Helder Amos | martes, agosto 28, 2012 |
"¡¡¡AAAAHHHHHHHGGGG!!!"

Se escuchó un grito en el bosque, y todos los cuervos que reposaban en los árboles alrededores de donde se había producido el grito salieron volando asustados, bueno, todos los cuervos menos uno que se quedó posado en el árbol donde reposaba, con los ojos bien abiertos, tratanto de averiguar de donde provenia aquel grito y que lo había provocado.

Fin.

586 - A ella nunca le gustaron las rosas.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 27, 2012 |

Yo una vez tuve una novia que era muy peculiar, y todos mis amigos me decían que ella era una perra mal agradecida, porque cada vez que le llevaba rosas, ella me las tiraba en la cara y me gritaba muy enfadada: “¡¿Cuantas veces tengo que decirte que a mi no me gustan las rosas?! ¡Eres un estúpido! ¡A mi me gustan son las orquídeas!” pero como yo la amaba, no me importaban sus desprecios y su ingratitud.

Hoy me enteré que ella murió ayer a causa de un infarto, por haberse enfadado con su novio actual; y para rendirle respeto a su memoria, asistí al entierro y le llevé un ramo de rosas a su tumba. Yo fui el único que se quedó hasta el final del entierro y vi, muy triste, como bajaban el ataúd y luego lo cubrían con tierra.

Antes de regresar a casa, coloqué el ramo de rosas sobre su tumba y mi ojo izquierdo soltó una única lagrima que expresaba mi tristeza; pero ese sentimiento quedó ahogado por la impresión que me causó ver el ramo de rosas elevarse en el aire desde la tumba y luego ser lanzado contra mi cara por una fuerza invisible.

Se me había olvidado otra vez...

Fin.

585 - El lienzo del corazón.

Sir Helder Amos | viernes, agosto 24, 2012 |
- ¿Por qué lloras?
- M-m-mi novio m-m-me de-dejó.
- No llores, te aseguro que pronto llegará otro pintor...
- A m-mi no me gustan los a-a-artistas.
- Lo sé, pero digo pintor porque mi abuela solía decir que el corazón era como un lienzo en blanco que es pintado poco a poco por las personas que llegamos a amar, y ahorita, con tus lagrimas, estás limpiando el lienzo que tu novio había pintado en tu corazón, dejándolo nuevamente en blanco y disponible para que, pronto, llegue otro pintor y pinte una obra maestra en el lienzo que es tu corazón.

Fin.

584 - Manejando en una noche neblinosa.

Sir Helder Amos | miércoles, agosto 22, 2012 |
Era muy tarde y yo estaba manejando a toda velocidad por la solitaria autopista, mientras cantaba y escuchaba a todo volumen mi canción favorita en la radio, no podía ver casi nada porque había mucha neblina; pero como estaba acostumbrado a pasar por esa autopista en la madrugada y siempre estaba desolada, no le presté mucha atención al poco rango de visión que la neblina me dejaba y seguí manejando a toda velocidad.

Cuando ya me faltaba muy poco para llegar a mi destino, la neblina se había espesado aún más y casi no podía no ver la carretera; pero seguí manejando a toda velocidad, y cuando bajé mi mirada un segundo para darle unos golpecitos a la radio que se había apagado misteriosamente y la subí para ver nuevamente la carretera, la vi...

Una mujer blanca como la nieve estaba parada con los brazos abiertos en medio de la autopista, confundiéndose entre la espesa neblina, con una larga cabellera dorada que le llegaba por la cintura y un camisón casi tan blanco como ella.

Muy asustado pisé el freno y cerré fuertemente los ojos esperando el impacto, iba conduciendo tan rápido que sabía qué por más que intentara frenar o esquivarla no lo lograría y que la atropellaría, la mataría...

Permanecí con los ojos cerrados por lo que parecieron horas, solamente escuchando el chirrido que producían los frenos al intentar detener el carro que iba a tan alta velocidad, esperando el sonido que produciría el golpe del cuerpo de la mujer contra mi carro; pero nunca sucedió y cuando el carro se detuvo por completo, la radio se prendió de nuevo y empezó a sonar tan fuerte que pegué un brinco en mi asiento y al abrir los ojos busqué algún rastro de la mujer mirando al frente y por los espejos retrovisores del carro; pero no vi ni rastro de ella y de la nada sentí la sangre helada y un frío terrible que me puso la piel de gallina; a pesar de que tenía la calefacción del carro encendida y sin pensarlo dos veces solté el pedal del freno y volví a pisar el acelerador a fondo...

Y esa es la historia que cuento cada vez que me preguntan por qué no me gusta manejar de noche cuando hay neblina.

Fin

583 - La espada de Damocles.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 20, 2012 |
‘D-A-M-O-C-L-E-S' forjó Damocles en la hoja de su espada para que todo el mundo supiera que era de él.

Fin

582 - El Superpoder.

Sir Helder Amos | domingo, agosto 19, 2012 |
Cuando posó sus ojos sobre mi, me sentí tan rara, intimidada, fue como si él estuviera examinando cada milimetro de mi cuerpo con su mirada, como si él tuviera visión de Rayos X... Y luego me acordé: ¡¡¡Él si tiene visión de Rayos-X!!! Y sin decir más, me volví invisible.

Fin.

581 - Pacto con el diablo (banco)

Sir Helder Amos | viernes, agosto 17, 2012 |
- Firma aquí… aquí… aquí… y aquí, mañana tendrás el dinero disponible en tu cuenta, recuerda que tendrás que hacernos 60 pagos mensuales el día 6 de cada mes, y si quieres, dentro de dos años podemos darte una extensión para que puedas solicitar más dinero y cumplir todos tus sueños.

Fin.

580 - Confesión de amor.

Sir Helder Amos | martes, agosto 14, 2012 |
- Solo quiero decirte que me gustas mucho, que eres el chico más bello que he visto en mi vida, que me parece que eres perfecto y, pues, que te amo con todo mi corazón - le dijo Narciso al reflejo del espejo que sostenía con su mano.

Fin.

579 - Miedo escénico.

Sir Helder Amos | domingo, agosto 12, 2012 |
Después de haber practicado y hacerlo bien miles de veces detrás del telón; cuando salió al escenario y se imaginó a todo su público en ropa interior, le dio tanta risa que arruinó toda su presentación.

Fin

578 - La pitón solitaria.

Sir Helder Amos | sábado, agosto 11, 2012 |
Después de pasar tanto tiempo sola, cuando vio que un animal se acercaba a ella, se emocionó tanto que se arrastró sigilosamente hacía él y lo sorprendió lanzándosele encima por detrás, abrazándolo, muy feliz, con todas sus fuerzas, porque ya no iba a estar sola y finalmente iba a tener a alguien con quien hablar.

Fin.

577 - El tiempo pasa volando o En un abrir y cerrar de ojos.

Sir Helder Amos | viernes, agosto 10, 2012 |
Un segundo estaba mirando mi bello reflejo en el espejo, tan joven, refinado y delicado, y al otro, al pestañear, mi reflejo era feo, lleno de arrugas y sin gracia.

Fin.

576 - Seco pero muerto.

Sir Helder Amos | miércoles, agosto 08, 2012 |
 Cuando se desató la tormenta, corrió para refugiarse debajo un gran árbol para mantenerse seco, haciendo caso omiso del horrible recuerdo de su profesora de primaria con su pelo rubio enmarañado, sus dientes amarillos y separados y sus gafas rojas de pasta que hacían ver sus ojos tres veces mas grandes de su tamaño normal, que  decía con tono alarmadado: "Los arboles son los para-rayos de la naturaleza, cuando llueva, nunca, repito, NUNCA busquen refugio debajo de un árbol."

Y lo último que pensó antes de que un rayo cayera sobre él y el árbol donde se refugiaba fue: "Mi maestra si que estaba loca."

Fin.

575 - Lo importante es ganar.

Sir Helder Amos | martes, agosto 07, 2012 |
- ¡Por dos puntos, perdí por dos puntos!
- ¿Dos? Pensé que habías anotado 65 puntos y tu contrincante 66.
- Si...
- Bueno, entonces ¿por qué dices dos puntos? si perdiste por un punto...
- No, perdí por dos puntos, si hubiera anotado un punto mas hubiera empatado y yo no quería empatar,  NO, YO QUERIA G-A-N-A-R.

FIN.

574 - La promesa: el día que no lo prometió.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 06, 2012 |
Todos los días antes de que su marido policía se fuera a la estación de policía le hacía prometer que regresaría a casa con vida, y éste, sin importar a que clase de peligro se enfrentara siempre lograba regresar a casa, no siempre sano; pero si a salvo.

Un mañana, después de una tormentosa noche llena de gritos e insultos que son comunes en la vida marital, ella no se despidió de su marido antes de que se fuera a la estación y por lo tanto no le hizo prometer la acostumbrada promesa.

Ese día al rededor del medio día el teléfono repicó y cuando ella lo escuchó el alma se le cayó al suelo, el teléfono nunca antes había repicado tan temprano, y rápidamente toda la ira y resentimiento que sentía en contra de su marido desapareció y dio paso a un sentimiento de desesperación y culpa...

“¿Por qué no le he hecho prometerme que regresaría a casa con vida como siempre lo hago?” Se preguntaba ella en su mente mientras el teléfono seguía repicando, “¿Por qué...?”

Fin.

573 - Un regalo regalado.

Sir Helder Amos | viernes, agosto 03, 2012 |
A tan solo tres días para el intercambio de regalos, no tenía ni la más remota idea de que podía comprarle a su amigo secreto, hasta que se acordó de aquel regalo que había recibido la navidad pasada y que nunca había usado, otra vez, el regalo sería regalado.

Fin.

572 - ¡EMERGENCIA TECNOLÓGICA!

Sir Helder Amos | jueves, agosto 02, 2012 |
¡¡¡¡Advertencia!!!
 A su equipo solo le quedan 10% de batería.

FIN.

571 - El bolígrafó del amor.

Sir Helder Amos | miércoles, agosto 01, 2012 |
Cuando se volvieron novios le regaló un boligrafó de tinta roja en representación del amor que sentía por ella, y con él escribieron muchas historias sobre las citas que habían tenido, los besos que se habían dado, las peleas y las reconciliaciones que habían tenido, los regalos que habían compartido el uno con la otra...

Hasta que de tantas historias que escribieron, el bolígrafo se quedó sin tinta y lo único que quedó del amor que se profesaban entre ellos fueron las historias que habían escrito con aquel bolígrafo de tinta roja; pero que al re-leerlas, parecía que estaban escritas con tinta negra.

Fin.

570 - La caída del Rey.

Sir Helder Amos | martes, julio 31, 2012 |
Cuando un  Rey muy odiado por todos, porque era despiadado y siempre ponía impuestos tan altos que hacía que todo el pueblo viviera en una eterna pobreza, estaba caminando por su pueblo, donde todos los habitantes lo veían con mucho desprecio desde la puerta de sus hogares como era la costumbre cada vez que el Rey salía a pasear; pero cuando el Rey tropezó con una piedra y calló de bruses sobre el suelo de tierra, todo el pueblo se agitó y se apresuró a congregarse  a su alrededor para ayudarlo a levantarse y a limpiar sus delicadas ropas.

Fin.

569 - La mano asesina.

Sir Helder Amos | lunes, julio 30, 2012 |
En el juzgado:

- Yo soy inocente, yo intenté protegerla; pero mi mano, mi mano fue más fuerte que yo.

El asesino intentaba defenderse implicando que su mano tenía vida propia y que era ella la que había matado a todas esas personas.

El juez y el jurado estaban confundidos, el hombre sonaba tan inocente; pero las pruebas indicaban que él era el asesino, así que lo mandaron a la guillotina para que pagara por el crimen que había cometido.

El hombre aceptó su condena; pero pidió que antes de que le cortaran su cabeza, le cortaran primero su mano derecha; y el juez apiadándose de su locura aceptó la petición del asesino.

El día de la ejecución, tal cual como se lo habían prometido, le iban a cortar la mano derecha antes de cortarle la cabeza; así que puso su brazo donde debería ir su cuello en la guillotina, y cuando la hojilla calló sobre su muñeca profirió un grito de dolor; pero luego...

- ¡JA! Se los dije, se los dije, no era yo, era mi mano, ¿Ahora si me creen? ¿Ahora si me creen? - gritó emocionado a lo que su mano dio un brinco desde la cesta donde había caído al ser separada de su cuerpo y había empezado a matar a todos los presentes.

Fin.

568 - Empatados.

Sir Helder Amos | domingo, julio 29, 2012 |
Los gemelos habían pasado toda su vida haciendo diferentes retos entre ellos para tratar de descifrar quien era el mejor, el más rápido, el  que más comía… Pero siempre el resultado era el mismo y quedaban empatados, siempre empatados,  incluso mucho antes de nacer, al llegar los dos al mismo tiempo al óvulo de su madre.

Fin.

567 - El niño perdido y la madre irresponsable.

Sir Helder Amos | sábado, julio 28, 2012 |
- Estimados clientes - dijo el altavoz que se encontraban en todos los pasillos de la tienda- hemos encontrado a un niño perdido...
- Es que ahora las madres si son irresponsables, - dijo la mamá de Tommy- ¿Como se les puede perder un hijo? Eso pasa porque no les prestan atención a sus hijos...
- El niño se dice llamar Tommy - siguió diciendo el altavoz- y le agradecemos a su madre o representante que pase a recogerlo por las oficinas administrativas. Gracias.
- ¿Qué? ¡¿Tommy?! ¿Mi Tommy? Si yo lo tenía a mi lado justo hace un par de segundos.

Y efectivamente cuando la mamá de Tommy volteó la cabeza para buscarlo, notó que su pequeño no estaba a su lado y salió corriendo a buscarlo a las oficinas administrativas.

Fin.

566 - Muriendo de hambre.

Sir Helder Amos | viernes, julio 27, 2012 |
A: ¡Muero de hambre!
B: Vamos, resiste un poco, el campamento no puede estar muy lejos, creo que está justo después de esta colina...

GRRRLLLRRRGRRBRRR

B: ¡Wow! ¡Si qué estás hambriento! ¿Eh?
A: Ese sonido no lo hizo mi estomago...

Y cuando voltearon para ver que había producido aquel extraño sonido, vieron a un dinosaurio hambriento que corría a toda velocidad hacía ellos.

Fin.

565 - Cada centavo cuenta.

Sir Helder Amos | jueves, julio 26, 2012 |
Cuando una señora adinerada terminó de pagar su compra en el supermercado y la cajera le dio un par de monedas de un centavo de cambio, la mujer adinerada miró con desprecio las pequeñas monedas y las tiró al suelo como si estas no valieran nada.

Yo que estaba observando todo esperando en la linea para pagar mis productos, corrí hasta donde estaba la mujer adinerada y dándole un pequeño empujóncito me agaché a recoger las monedas que ella había tirado, ese par de centavos eran justo lo que necesitaba para poder comprarme una leche achocolatada que había dejado en el carrito de compras porque antes no me alcanzaba.

Fin.

564 - Los robots.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 25, 2012 |
- El robot se instalaría allí donde están tus trabajadores y produciría 5.000 unidades diarias, aproximadamente 4.500 unidades más de las que producen todos tus trabajadores juntos al día y no vas a tener que pagarle horas extras ni bono de eficiencia. Y... ¿Qué dices?

- Umnn... No lo sé... ¿Cinco mil dices?.. Umnn... Es que a mi no me gustan las nuevas tecnologías y no me agrada la idea de tener algo sin alma ni inteligencia haciendo todo el trabajo de mi empresa.

- ¿Y usted cree que sus trabajadores, después de trabajar años para usted repitiendo la misma acción ocho horas al día todos los días todavía tienen alma? Créame, amigo, que cuando le digo que si hay algo que tenga más alma que todos sus trabajadores juntos es mi robot, es porque así lo es.

Fin.

563 - La musa perdida.

Sir Helder Amos | lunes, julio 23, 2012 |
El escritor se sentaba todos los días y a la misma hora en frente a la máquina de escribir, donde su musa lo esperaba para inspirarlo y brindarle la más brillantes ideas.

Un día, el escritor se sentó en su máquina de escribir y su musa no estaba a su lado, y sin ella no pudo escribir ni una sola palabra que valiera la pena leer.

Al siguiente día y al siguiente y al siguiente el escritor notó la ausencia de su musa al lado de su maquina de escribir y empacando todas sus cosas emprendió un gran viaje en busca de su musa perdida.

El escritor viajó por todo el mundo y probó comidas deliciosas, de las cuales no pudo escribir porque no tenía a su musa a su lado; vio paisajes hermosos, de los cuales no pudo escribir porque no tenía a su musa a su lado; y conoció gente asombrosa, pero como ya saben, tampoco pudo escribir sobre ellas porque no tenía a su musa a su lado.

Cuando el escritor regresó a casa después de haber viajado por todo el mundo buscando a su musa perdida sin haberla encontrado, se sorprendió mucho al verla parada justo al lado de su vieja máquina de escribir y sin perder ni un solo segundo, tiró todo su equipaje a un lado y se sentó a escribir con su musa a su lado.

Mientras escribía, el escritor le preguntó a su musa:
-¿Donde habías estado? He probado comidas deliciosas, visto paisajes hermosos y conocido gente asombrosa.
- Siempre he estado aquí, esperando tu regreso - respondió la musa.
- Pero si yo partí para ir a buscarte ...
- Lo sé.
- ¿Entonces?
- Tuve que esconderme un par de días porque te estabas quedando sin ideas y necesitaba que salieras y conocieras el mundo, probaras nuevas comidas, vieras cosas que nunca antes hubieras visto y conocieras gente diferente a ti... Ahora tienes muchas historias que contar, así que deja de hablar tanto y concéntrate en escribir.

Fin.

562 - El conejo con la pata de palo.

Sir Helder Amos | lunes, julio 23, 2012 |
El conejo con la pata de palo  cojeaba de un lado a otro por todo el barco pirata, siempre con una copa de brandy en la mano y mirando al horizonte, recordando los viejos tiempos cuando vivía en el bosque y saltaba de un lado a otro sin nada de que preocuparse; y ahora... 

Ahora su único objetivo era vengarse... 

Vengarse de aquel pirata que le había arrancado una pata para tener buena suerte mientras cometía todas sus fechorias.

FIN.

561 - “Todo está bien"

Sir Helder Amos | domingo, julio 22, 2012 |
“Todo está bien, todo está bien, todo está bien” seguían repitiéndome, cuando en realidad, para mí,  nada estaba bien, nada.

Fin.

560 - Suicidio prematuro.

Sir Helder Amos | sábado, julio 21, 2012 |
Aterrado de vivir una vida sin sentido, se amarró el cordón umbilical alrededor de su cuello cuando tenía ocho meses y medio de gestación.

Fin.

559 - Reir para no llorar.

Sir Helder Amos | viernes, julio 20, 2012 |
Todo el mundo  quedó horrorizado cuando él se acercó al ataud de su padre y empezó a reirse como un maníatico, lanzando ruidosas carcajadas que hacían ponerle la piel de gallina a todos los presentes en la capilla velatoria.

Fin.

558 - Sueño pesado.

Sir Helder Amos | jueves, julio 19, 2012 |
- ¡Mira papá, ese perro  está durmiendo en el medio de la carretera! - le dijó el niño a su padre asomándose por la ventanilla del carro.
El papá al escuchar a su hijo miró por el retrovisor y vió que tenía razón y que había un perro tirado en medio de la carretera.
- ¿Cómo hace ese perro para dormir en medio de la carretera, papá, y no despertarse con los sonidos de los carros que pasan tan cerca de él? -preguntó el niño.
- No lo sé hijo... Debe de tener el sueño muy pesado... - respondió el padre dubitativo porque no tenía el corazón  para decirle a su hijo la verdad sobre el perrito.

Fin.

557 - El oso polar.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 18, 2012 |
Cuando regresó de sus vacaciones por el caribe nadie lo reconoció porque se había bronceado tanto que ahora toda su piel no era blanca como la nieve si no marrón y oscura como la de cualquier otro oso.

Fin.

556 - El tesoro perdido: los mejores empleados.

Sir Helder Amos | martes, julio 17, 2012 |
Tras despedir a su casi nuevo empleado, sacó una caja llena de resúmenes curriculares para evaluarlos y contratar a uno nuevo, y mientras hojeaba un par de resúmenes que cumplían con todos los requisitos para llenar la vacante se le ocurrió una brillante idea...

Como ya estaba cansado de siempre contratar a una persona que se veía adecuada para el cargo y tener que despedirla un par de semanas después por ser todo lo contrarío a lo que decía su resumen y ser completamente ineficiente; decidió inventar un pequeño juego que le proporcionaría al empleado ideal, y así escondió cinco cofres del tesoro por toda la ciudad al mismo tiempo que le enviaba a todas las personas que se habían postulado para trabajar bajo su mando una hoja con instrucciones y pasos a seguir para encontrar los cofres del tesoro, indicando que las personas que encontraran los cofres se llevarían una grata sorpresa.

La mitad de las personas ni siquiera intentaron buscar los cofres y muchos de lo que intentaron buscarlos se rindieron a medio camino por todas las cosas que había que hacer para encontrarlos.

Solo tres personas interesadas y constantes encontraron los cofres del tesoro y para su sorpresa, adentro no tenían oro ni un premio sorpresa, si no un contrato para ocupar la vacante de la empresa.

Y así el empleador encontró a los mejores empleados que había tenido en años, y se quedó muy sorprendido al revisar sus resúmenes un año después para renovarles el contrato y darse cuenta de que esas personas no cumplían con los requisitos exigidos para el trabajo y que en situaciones normales, él ni loco los hubiera contratado.

Fin.

555 - El gallo despertador.

Sir Helder Amos | lunes, julio 16, 2012 |
Después de haber roto cientos de relojes despertadores, se compró un gallo para que la despertara con sus cacaridos al salir el sol; y éste al tener vida y reflejos, podría esquivar los almohadasos, zapatazos y golpes que ella lanzaba normalmente para apagar las alarmas que la despertaban; y si alguna  vez una o todas de esas cosas lo alcanzaban, el gallo despertador no se callaría, como lo hacían los relojes despertadores, si no que cacarearía más fuerte debido al dolor, y eso, definitivamente la despertaría.

Fin.

554 - Mensaje del más allá.

Sir Helder Amos | domingo, julio 15, 2012 |
“Trae ropa ligera, hace mucho calor aquí abajo"

Fin

553 - El escondite de la caja fuerte.

Sir Helder Amos | sábado, julio 14, 2012 |
La caja fuerte siempre corría  apurada a esconderse detrás de una pintura en la sala cuando jugaba a las escondidas con su otras amigas cajas fuertes.

Y no es necesario decir que a ella siempre la encontraban de primero.

Fin.

552 - Cloroformo: La poción de amor.

Sir Helder Amos | viernes, julio 13, 2012 |
Llegó muy feliz a su casa, oliendo precavidamente el fuerte aroma que emitía la pequeña botellita de poción de amor que había conseguido comprar y que haría que su amada aceptara todas sus caricias, sus besos y su amor sin quejarse y sin decir ni una sola palabra sobre cuanto asco él le daba, ni sobre cuanto lo detestaba y ni mucho menos sobre cuanto deseaba que él estuviera muerto o encerrado en la cárcel.

Fin.

551 - Las manchas del techo.

Sir Helder Amos | jueves, julio 12, 2012 |
Llevaba varios minutos callado e inmóvil acostado en el sillón, mirando el techo con una expresión pensativa en su cara.

Su compañero de cuarto lo había estado observando y para tratar de animarlo lo invitó a tomarse un par de cervezas, a lo que él se negó porque no tenía ánimos de salir esa noche; pero su compañero de cuarto alegando que no lo dejaría caer en una terrible depresión o que se volviera una persona amargada con la vida por no encontrarle un significado alguno, lo obligó a salir esa noche y a tomarse un par de cervezas.

Y mientras se tomaba sus cervezas y hablaba con la camarera del bar, su mente todavía estaba en su cuarto, preguntándose cuantas manchas habrían en aquel techo tan sucio.

Fin.

550 - Omne ignotum pro magnifico.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 11, 2012 |
Cuando presenció por primera vez el show de magia quedó anonadado con todos los trucos fascinantes que había visto y pensó que el mago era toda una deidad, un ser superior a los demás humanos; y sumamente interesado con el tema de la magia, empezó a investigar y a descubrir cada uno de los secretos que se escondían detrás de cada truco.

Cuando presenció por segunda vez el show de magia, todos los trucos le parecieron estúpidos y aburridos, y pensó que el mago no era más que un farsante estafador.

Fin.

549 - El sillón masajeador y el temblor.

Sir Helder Amos | martes, julio 10, 2012 |
- ¡¿QUÉ HACES AHÍ SENTADO?! ¡CORRE! ¿ NO SIENTES QUE ESTÁ TEMBLANDO?
- ¡Sii-i-i-i! Lo sé, ¿No es genial? Yo nunca he tenido dinero suficiente para comprarme un sillón masajeador; pero me imagino que se debe sentir como algo parecido a esto - le respondió, aferrandose a los apoyabrazos de su dura silla de madera para no caerse.

Fin.

548 - El rinoceronte negro.

Sir Helder Amos | lunes, julio 09, 2012 |
Cuando notó que la caza furtiva estaba acabando con su raza, empezó a disfrazarse todas las mañanas de rinoceronte blanco usando mucho talco por todo su cuerpo; y así es como ha logrado mantenerse con vida a pesar de que todos sus parientes se hayan extinguidoconfundiendo a los cazadores que todos los días le preguntan si ha visto algún rinoceronte negro por los alrededores.

Fin.

547 - El suéter negro.

Sir Helder Amos | domingo, julio 08, 2012 |
Cuando Jimmy cumplió doce años le regalaron un suéter negro para que lo protegiera del frio en el invierno; pero Jimmy se encariñó tanto con él que más nunca se lo quitó sin importarle en que temporada estaban porque lo hacía sentir seguro y calentito; así que podían verlo usando su suéter negro hasta en los más soleados y calurosos días de verano.

Jimmy estaba usando su suéter negro cuando dió su primer beso a la chica de sus sueños cuando tenía catorce años y también lo estaba usando cuando chocó su primer carro a los diecisiete; pero un día, cuando Jimmy tenía veintiun años y estaba en una cita con la chica de sus sueños en una noche fria, él notó lo desprotegida que ella estaba, y por primera vez Jimmy se quitó su suéter negro y se lo ofreció a su chica, quien lo aceptó agradecida.

FIN.

546 - La historia de amor sin fin...

Sir Helder Amos | sábado, julio 07, 2012 |
- ¡Te quiero mucho!
- ¡Y yo te quiero mucho más!
- ¡No! ¡Yo te quiero más!
- ¡De ninguna manera! ¡Yo te quiero más!
- ¡En tus sueños! ¡Yo te quiero más!
-  ...
- ...

Fin.

545 - El guardaespaldas.

Sir Helder Amos | viernes, julio 06, 2012 |
Se concentró tanto en hacer bien su trabajó y guardar la espalda del presidente, qué ni siquiera se dio cuenta cuando apuñalaron a su protegido por el frente.

Fin.

544 - El gran error del pasante.

Sir Helder Amos | jueves, julio 05, 2012 |
En su primer día como pasante cometío un gran error, un terrible error, que si le hubiera dicho a sus superiores al respecto hubiera podido ser arreglado sin ningún problema; pero por miedo a ser regañado o despedido decidió guardar silencio y no comentar con nadie el gran error que había cometido, creyendó que con el tiempo y la práctica él mismo podría solventarlo.

El tiempo pasó y el pasante aprendió muchas cosas nuevas en su trabajo y pronto supo como solventar aquel gran error que había cometido; pero cuando terminó su pasantías, sus superiores lo llamaron para decirle que su labor en la empresa había sido excepcional y que si no hubiera sido por un gran error que él había cometido, lo hubieran contratado con los ojos cerrados; pero que por culpa de ese error tenían que despedirlo.

El pasante, tratando de conseguir el trabajo, se disculpó mil veces por haber cometido aquel gran error y se excusó diciendo que ya él lo había solucionado; sin embargo, cuando los superiores oyeron esto, le explicaron que desde un principio ellos sabían de aquel  gran error que él había cometido; pero que esa no era la causa de su despido, si no haberse quedado callado cuando cometió aquel gran error en su primer día como pasante.


Fin.

543 - El mejor escritor vivo.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 04, 2012 |
El mejor escritor vivo escribe los mejores versos y textos que hayan existido; pero nadie los lee ni los apreciaporque a pesar de su magnificencia, mientras que el mejor escritor vivo siga viviendo y escribiendo, sus mejores versos y textos no llegarán muy lejos.

Fin.

542 - Equipaje ligero.

Sir Helder Amos | martes, julio 03, 2012 |
Después de todo lo que había vivido y sufrido en aquella horrorosa ciudad, decidió escaparse y nunca volver, empacando solamente lo necesario en su pequeña maleta: la poca ropa que tenía, sus esmaltes de uñas y sus zapatos de moda;  dejando por fuera todos los malos recuerdos que aquella ciudad le traía.

FIN.

541 - La recompensa de Peter.

Sir Helder Amos | lunes, julio 02, 2012 |
A primera hora de la mañana, cuando la Mamá de Peter entró en la cocina para preparar el desayuno, dió un grito que despertó a toda la familia, porque en la ratonera había caido el villano que les había estado robando la comida y pronto todos bajaron para ver que era lo que había pasado:

- ¿Qué pasó querida? - Preguntó el Papá de Peter.
- ¡Mirá, un ratón calló en la ratonera! - respondió la Mamá de Peter.
- ¡Mátalo papá! ¡Mátalo! - Gritó la Hermana de Peter, asustada y asqueada por la pequeña criaturita.
- Ya voy hija, dame un segundo mientras busco mi martillo.
- ¡NO! ¡No, papá, no lo mates! - Gritó peter y empezó a llorar - el ratóncito es solo un animalito, él no sabía lo que hacía,  por favor papá, no lo mates, él no nos ha hecho nada malo.
- Está bien Peter, no lo mataré.
- ¡Pero papá, es un animal asqueroso! - replicó la Hermana de Peter.
- ¡NO, PAPÁ! No lo mates... - repitió Peter.
- Okay, esto es lo que haremos, tomaré al ratoncito y lo llevaré al parque y allí lo liberaré, así no nos molestará más y no tendré que matarlo, ¿les parece niños?
-¡SÍ PAPÁ, GRACIAS! - Gritó Peter.
- Está bien; pero la próxima vez que caiga un ratón en la ratonera lo matas, papá - replicó la Hermana de Peter no muy contenta con el acuerdo al que habían llegado.

******

Esa noche durante la cena a Peter se le cayó su sexto diente de leche, y muy emocionado lo colocó debajo de su almohada antes de irse a dormir, para que el Ratoncito Pérez se lo cambiara por una moneda; pero para sorpresa de Peter, cuando despertó no encontró una moneda debajo de su almohada como siempre lo hacía cuando perdía un diente, si no que encontró dos.

Fin.

540 - Escuela para Príncipes Azules.

Sir Helder Amos | domingo, julio 01, 2012 |
- Hola, ¿Podrías decirme donde queda el salon 207?
- 207, Uhm... Si no me equivoco es el salon que está al subir las escaleras a la izquierda, ¿qué vas a ver?
- ¡Gracias! Voy a ver Tipos de Princesas, creo...
- ¡Uy! ¿Con la Profesora D.?
- No lo sé, soy nuevo.
- Oh bueno, mi nombre es Príncipe Azul.
- ¿En serio? Yo también me llamo así.
- No te sorprendas mucho, todos aquí nos llamamos así.
- Bueno, sí, es un requisito para poder ingresar a la escuela, creo..
- Si... y tener un Reino... y sangre azul...
- Sangre Azul... Yo  pensaba que eso de la sangre era una metáfora.
- Yo también; pero oye ya me tengo que ir si no quiero llegar tarde a "Como degollar un Dragon"
- Si, yo tampoco quiero llegar tarde a mi primera clase. Eh, ¿hablamos después?
- ¡Vale! Nos vemos.

Fin.

539 - Lluvia de ideas.

Sir Helder Amos | sábado, junio 30, 2012 |
Después de tomarse su vaso de leche tibia, acurrucarse entre sus sábanas y apagar la vela para dormir; un gran rayo iluminó la habitación seguido de un estruendoso trueno, y pronto la lluvia empezó a caer y los fuertes vientos a azotar su ventana.

Él permaneció en su cama, disfrutando del sonido y los destellos que la tormenta provocaba, mientras trataba de quedarse dormido, teniendo las mejores ideas que nunca se le habían ocurrido; pero que por lo cansado que estaba y lo cómoda que estaba su cama no se levantó a escribirlas para no olvidarlas, porque él pensaba que las recordaría en la mañana.

Al otro día cuando salió el sol, todo el rastro de la gran tormenta que azotó la noche desapareció, y cuando él despertó, todas sus ideas, al igual que las gotas de lluvia, se habían evaporado y esfumado con el sol.

Fin

538 - La causa justifica los medios.

Sir Helder Amos | viernes, junio 29, 2012 |
Cuando salió de detrás de la cortina, todo el mundo se levantó ante él y las luces de los flashes de las cámaras lo cegaron al instante, al fin lo había logrado, su sueño se había vuelto realidad, se había convertido en el centro de atención, en el que-hablar de las masas y no le importaba que ahora que estaba parado frente a ellos, todos gritaran: “cuélguenlo" "córtenle la cabeza" “cadena perpetua y que se pudra en la cárcel" “crucifíquenlo” ... Porque era de él y solo de él de quien hablaban.

Fin.

537 - Su amigo, Prozac.

Sir Helder Amos | jueves, junio 28, 2012 |
- ¿Qué haces tirado en el suelo?
- Nada...
- Ven, levántate, vamos a salir, a hacer algo.
- No quiero, vete.
- ¡Vamos!
- NO.
- ¡QUÉ VAMOS DIJE!
- No, déjame, no quiero salir, no quiero hacer nada, la vida no vale nada, así que da lo mismo que salga a que me quede aquí tirado en el suelo.
- ¡Shh... Shh... Shht! Cállate, levántate y vamos.
- Pero...
- PERO NADA...

...

- Y... ¿Qué te pareció?
- ¡Estuvo genial!.. ¡La lluvia!.. ¡El algodón de azúcar!.. ¡Escapar de la policía!.. ¡WOW! Creo que este ha sido el mejor día de mi vida.

Fin.

536 - En un día comun y corriente...

Sir Helder Amos | miércoles, junio 27, 2012 |
Ese día me levanté a la misma hora de siempre, me cepillé los dientes, desayuné y me fui al trabajo siguiendo la rutina que sigo todos los días con toda normalidad; pero de pronto todo cambió cuando la nación del fuego atacó.

Fin.

535 - El sueño eterno...

Sir Helder Amos | martes, junio 26, 2012 |
Y volvió a bostezar... Otra vez...

Fin.

534 - El traidor.

Sir Helder Amos | lunes, junio 25, 2012 |
Caminaba por la agencía creyendo que los estaba engañando a todos; cuando en realidad todos sabían que él era un traidor y lo estaban usando para desconcertar al enemigo.

FIN.

533 - Pie grande.

Sir Helder Amos | domingo, junio 24, 2012 |
Buscó y buscó por todas las zapaterías un par de zapatos que le quedara; pero no encontró ninguno de su talla.

Fin.

532 - La miope solterona.

Sir Helder Amos | sábado, junio 23, 2012 |
A pesar de que el amor le había pasado más de una vez frente a sus ojos, no había sido capaz de verlo debido a que nunca llevaba puestas sus gafas.

Fin.

531 - La película muy aburridamente excitante.

Sir Helder Amos | jueves, junio 21, 2012 |
El otro día estaba viendo una película muy, muy aburrida sobre animales, y de pronto un gran dragón salió de mi pantalla y se puso a combatir contra un dinosaurio gigantesco, y entre garras, llamas y colmillos vi como el dinosaurio le pateaba al trasero al dragón y cuando este estaba a punto de degollarlo para comérselo...

Sonó la alarma de mi reloj despertador y apurado hice mi informe sobre la película, el cual reprobé porque según el profesor los dragones no existen y los dinosaurios ya estan extintos.

Fin.

530 - Las damas primero.

Sir Helder Amos | jueves, junio 21, 2012 |
Ese fue su último deseo, para que cuando se llevara a cabo la sentencía de muerte para él y para su esposa, ella no tuviera que vivir ni un segundo sin su presencía.

FIN.

529 - Los fantasmas no existen.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 20, 2012 |
Subió al atico para ver que era lo que estaba causando tanto ruido, y cuando entró, vio que las luces titilaban, que todos los juguetes que estaban allí guardados estaban encendidos y volando, que el mecedor que se encontraba en el centro del atico se estaba moviendo solo y que nadie estaba tarareando aquella extraña canción de cuna.

Viendo todo esto, salió corriendo del atico, asustado, y cerrando la puerta tras de sí se dijo a si mismo "Debe haber sido el viento, sí, debe haber sido una corriente de viento" a pesar de que sabía de que en el atico no habían ventanas.

FIN.


528 - La colección de niños desobedientes.

Sir Helder Amos | lunes, junio 18, 2012 |
Frente a la puerta del laboratorio del científico loco había una advertencia en letras rojas que decía “No se permiten niños” que muchos niños desobedientes obviaban y cuando entraban al laboratorio, un gran rayo escogedor les disparaba y los ponía del tamaño de una rata; y esto al científico loco le encantaba, porque luego él les daba caza y cuando los atrapaba los metía en frascos de vidrio que luego colocaba en un gran estante donde los coleccionaba.

Fin.

527 - Siguiendo ordenes.

Sir Helder Amos | domingo, junio 17, 2012 |
Varios años después de que los aliens los secuestraran, un sonido extraño proveniente de su cerebro lo despertó:

***BEEP***

***BEEP***

***BEEP***

- Buscar y matar... buscar y matar...

Fin.

526 - Un hombre no tan inteligente sin su teléfono inteligente.

Sir Helder Amos | domingo, junio 17, 2012 |
Allí estaba, sentado en su celda, dándose golpecitos en la cabeza, tratando de recordar un número al que pudiera llamar...

- ¡¡Ugh!! Si tan solo no me hubieran quitado mi teléfono celular - murmuro muy frustrado para sí mismo.

Fin.

525 - El ahogado.

Sir Helder Amos | viernes, junio 15, 2012 |
Glu-glup, glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup,  glu-glup...

FIN

524 - El precio de la vida: La víctima.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 13, 2012 |
Cuando era pequeño, mis padres y mis maestros solian decirme que la vida era un regalo de Dios que no tenía precio, que era invalorable; y ahora que he crecido, me he dado cuenta de lo equivocado que ellos estaban, porque al parecer mi vida solo vale un par de miles de dolares, que es lo que le pagaron al asesino que tengo tras de mi por mi cabeza.

FIN.

523 - El precio de la vida: El victimario.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 13, 2012 |
Cuando era pequeño, mis padres y mis maestros solian decirme que la vida era un regalo de Dios que no tenía precio, que era invalorable; y ahora que he crecido, me he dado cuenta de lo equivocado que ellos estaban, porque ahora con tan solo firmar un cheque de cuatro cifras, puedo tener la vida de cualquier persona que quiera.

FIN.

522 - La cigüeña.

Sir Helder Amos | martes, junio 12, 2012 |
Esperó a que cayera la noche y salió vistiendo una capa obscura que la camuflaría en la obscuridad para que nadie se diera cuenta de lo que estaba por hacer, y con pasos sigilosos recorrió el pueblo, buscando la casa de aquella adorable pareja que había conocido esa mañana mientras pedía limosnas en el centro del pueblo.

Aquella pareja eran los candidatos perfectos, tenían una casa, dinero y lo más importante, no tenían ni podían tener hijos por aquella cosa que le dijeron esa mañana y que ella ya no recordaba.

Cuando finalmente encontró la casa de la pareja, se percató de que no hubieran moros en la costa y de dentro de la gran capa obscura sacó a su bebé recién nacido, lo miró con sus ojos llenos de lagrimas de tristeza y de felicidad, le dio un ultimo beso y lo dejó en la puerta de aquella adorable pareja.

Nadie más nunca supo de ella.

Fin.

521 - Una pareja normal.

Sir Helder Amos | domingo, junio 10, 2012 |
Una pareja que parecía normal estaba sentada en el parque de manera normal, abrazándose de manera normal, besándose de manera normal y susurrándose cosas al oído de manera normal, nadie nunca hubiera pensado nada malo de esa pareja que parecía normal; pero cuando una dama muy elegante pasó frente a ellos, la chica que parecía normal le dijo a su novio:

- Me gusta la cartera de esa Señora.
- ¿La quieres?
- Si. ¿Me la conseguirías por mi?
- ¡Claro que sí mi vida, por tí todo!

Y el chico que parecía normal, salió corriendo detrás de la dama, la agarró por el pelo, le susurró un par de amenazas al oido y la dejo ir una vez que le había quitado la cartera. El chico en el camino de regreso hacía donde estaba su novia, limpió la cartera, se guardo el poco dinero que tenía adentro, botó el resto del contenido en una papelera del parque y le puso un lazo rojo que tenía guardado en el bolsillo.

La chica que parecía normal, al ver regresar a su novio con una cartera de regalo para ella se emocionó mucho y saltó en sus brazos de una manera muy normal cuando lo tuvo cerca, ella amaba a su novio que parecía normal, porque él siempre le conseguía todo lo que ella quería.

Para ellos, todo esto era normal, y era por eso que parecían tan normales.

Fin.

520 - La cabaña frente al mar.

Sir Helder Amos | domingo, junio 10, 2012 |
Cuando escuchó que un tsunami se acercaba, su corazón dio un brinco, porque esa era la oportunidad que él esperaba para cumplir su sueño, así que corrió al banco, sacó todo su dinero y compró una cabaña frente al mar por un excelente precio, aprovechándose del miedo de los propietarios de perderlo todo al llegar el tsunami.

Tan pronto tuvo las llaves de su nueva cabaña, entró y se sentó junto a la ventana mirando el mar, al fin su sueño se había realidad: tener una cabaña junto al mar; y haciendo caso omiso de la alerta de evacuación, se quedó sentado junto a la ventana, sonriendo, viendo como la gran ola del tsunami se hacía más y más grande a medida que se acercaba. Nunca se había sentido tan feliz en toda su vida.

Fin.

519 - La basura de unos es el tesoro de otros

Sir Helder Amos | sábado, junio 09, 2012 |
Sus ojos se iluminaron cuando encontró ese tomate podrido en el contenedor de basura que estaba en el callejón trasero del restaurante, porque era justo lo que necesitaba para poder hacerse un sandwich con el pan verde que había encontrado esa mañana y la lonja de queso que se compraría con las limosnas que le habían dado en el día.

Fin.

518 - Aguantando la respiración bajo el agua.

Sir Helder Amos | jueves, junio 07, 2012 |
Uno...
Dos...
Tres...
Cuatro...
Cinco...
Seis...
Siete...
Ocho...
Nueve...
Diez...
Once...
Doce...
Trece...
Catorce...
Quince...
Dieciséis...
Diecisiete...
Dieciocho...
Diecinueve...
Veinte...
Veintiuno...
Veintidós...
Veintitres...
UAGHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!

Fin.

517 - Carta a un amigo muerto.

Sir Helder Amos | jueves, junio 07, 2012 |
Querido amigo:

Desde que te fuiste mi corazón se ha llenado con una profunda tristeza de la cual no me puedo librar, y ahora que ya no estas, te llevo siempre en mis pensamientos, recordando tu mirada y el sonido de tu risa, preguntándome cuando será el día en el que pueda volver a ver tus verdes ojos y a escuchar reírte a carcajadas como solías hacerlo cuando estabas a mi lado.

Por aquí, en el mundo de los mortales, las cosas siguen iguales; a pesar de que pareciera que estuvieran peores porque ya no estás aquí y sin ti todo es más difícil, el sol ya no brilla como antes, las nubes parecen más grises y la grama se seca más rápidamente desde que te fuiste.

Te extraño mucho querido amigo, y a veces pienso en alterar el orden divino de las cosas para que podamos encontrarnos antes de lo planeado por la providencia, porque la espera se hace cada día más difícil y no hay señales de vaya a ser corta, porque a diferencia de ti cuando estabas en vida, yo cuento con muy buena salud y tengo mucho dinero que me aseguran una vida larga y prospera; pero ¿Para qué quiero yo una vida larga y prospera si mi corazón se está desangrando de tristeza dentro de mi y no puedo disfrutar de los placeres de la vida a tu lado?

Y esa es mi situación actual, estoy viviendo una vida donde mi única motivación es mi pronta muerte, para que podamos volver a vernos tal cual como me lo prometiste con tu último respiro en aquel terrible momento en el que te tenía en mis brazos y tu alma abandonó por siempre este mundo.

Espero que tú estés bien por allá, y que estés esperando mi llegada tanto como yo estoy esperando emprender mi viaje hacia ti.

Siempre tuyo.
Sir. D.W.

516 - Los diamantes son los mejores amigos de las chicas.

Sir Helder Amos | martes, junio 05, 2012 |
Y es por eso que le regalé tantos diamantes cuando eramos novios, para que cuando le dejara por otra, tuviera muchos mejores amigos en quien pudiera apoyarse.

Fin.

515 - La fama lo es todo.

Sir Helder Amos | lunes, junio 04, 2012 |
Un joven de veintitantos años quería ser famoso y al ver pasar una estrella fugaz, deseó con todas sus fuerzas volverse famoso y que todo el mundo aclamara su nombre.

Al leer en la mente del joven de veintitantos años este deseo, los extraterrestres que viajaban cerca de la tierra camuflados como una estrella fugaz, lanzaron su rayo de abducción y secuestraron al joven de veintitantos años para llevárselo a su galaxia y una vez allí lo enjaularon y lo exhibieron al publico como si fuera un animal de zoológico.

El joven de veintitantos años, en vez de estar preocupado o triste por su situación de rehén en una galaxia extraña y lejana de su hogar; estaba más feliz y contento que nunca, porque al ser el único ser humano en esa galaxia, se había convertido en el centro de atención y todos los extraterrestres aclamaban su nombre y morían por verlo.

Fin.

514 - La espada de madera.

Sir Helder Amos | domingo, junio 03, 2012 |
- Como es tu primera clase, toma una espada de madera y practica algunos movimientos con ella.
- ¿Una espada de madera? ¿Cuantos años crees que tengo? ¿Cinco? ¿Seis? Ya yo soy un hombre...
- Toma una espada de madera por los momentos y a medida que vayas avanzando usaras una espada de verdad...
- Pero...
- Pero nada. Espada de madera.

Pero desobedeció y tomo la espada más afilada que encontró  para demostrarle a su maestro que estaba equivocado, y antes de que finalizara la clase tuvieron que llevarlo de emergencia al hospital por todos los cortes que él se había hecho a sí mismo practicando con una espada de verdad.

Fin.

513 - No molestar.

Sir Helder Amos | sábado, junio 02, 2012 |
Una pareja llegó a un lujoso hotel para pasar un fin de semana como su segunda luna miel después de tener 5 años de casados, y tras entrar en la habitación guindaron un cartelito en la puerta que decía: “No Molestar”, al igual que lo habían hecho en su primera luna de miel; pero está vez, la pareja no quería ser molestada para dormir y descansar como ya no podían hacerlo en casa desde que su retoño había llegado.

Fin.

512 - Misterio en el tren.

Sir Helder Amos | viernes, junio 01, 2012 |
Había ocurrido un asesinato en el tren y todos los pasajeros eran sospechosos, la policía y los detectives estaban consternados, tenían miles de pistas que no los llevaban a nada, “¿Quien y por qué lo había matado?” se preguntaban...

El difunto, a pesar de estar tres metros bajo tierra, tenía una sonrisa grabada en su fría y rígida cara, su plan había salido a la perfección: las cartas dirigidas a él de los demás pasajeros, las huellas en su compartimiento, los restos de sangre, las hebras de cabello... Todo lo había dejado perfectamente situado, la policía y los detectives nunca descubrirían que él era el mismo asesino que tan desesperadamente estaban buscando.

Fin.

511 - El gigante y el enano.

Sir Helder Amos | jueves, mayo 31, 2012 |
- ¿Qué se siente... Ser tan bajito? - le preguntó el gigante al enano.

- Algo solitario, vas por el mundo esperando que alguien baje la mirada y se de cuenta de que estas allí, y ya nadie se molesta en mirar hacía abajo; pero con el tiempo te acostumbras al sentimiento, ya a mi no me molesta sentirme solo y que nadie se de cuenta que existo... ¿Y tú? ¿Qué se siente ser tan alto?

- Yo me siento de la misma manera, o quizás un poco peor, a diferencia de ti, los demás solo se dan cuenta de mi existencia cuando miran hacía arriba y en estos tiempos ya nadie se detiene por un momento para mirar hacía arriba, y cuando lo hacen, salen corriendo gritando "¡Aaaahhhhhhhh gigante!"

Fin.

510 - Esperando a que se enfríe la comida.

Sir Helder Amos | miércoles, mayo 30, 2012 |
En la rama de un árbol seco, estaban dos cóndores viendo como su próxima cena se moría deshidratada, y cuando finalmente estiró la pata, el primer condor despegó las alas para volar hacía su cena; pero el segundo condor lo detuvo diciéndole:

-¡Espera!
- ¿Por qué? ¡Tengo hambre!
- Acaba de morir, todavía está muy caliente, si te lo cómes así te dará dolor de barriga.

Fin.

509 - Visiones.

Sir Helder Amos | lunes, mayo 28, 2012 |
- ¡Ven, ven rápido!
- ¿Qué pasa?
- ¡Está allí, está allí de nuevo!
- ¡¿Quien?! ¿Quien está?
- ¡El niño! El niño de la capa roja.
- ¿Donde?
- ¡Allí, en la habitación!
- ¡¿Donde?! Yo no veo nada.
- ¡Allí!.. Allí... Estaba ahí, parado en el centro de la habitación con su gran capa roja.
- ¡Pero allí no hay nadie!
- ¡Te lo juro, estaba allí!
- Allí no hay nadie, debes de estar teniendo visiones.
- Pero... Pero...
- Pero nada, no me hagas perder mi tiempo con esas estupideces, tengo muchas cosas que hacer.

Y cuando volví a ver, allí estaba, parado en el centro de la habitación con su gran capa roja, y esta vez tenía un letrero en sus manos que decía "Yo no soy una visión"

Fin.

508 - El ladrón de moda.

Sir Helder Amos | domingo, mayo 27, 2012 |
En un día soleado salí a caminar usando mi nueva camisa de última moda, y muchas personas que pasaban por mi lado me halagaron por lo bonita que era mi camisa, hasta que llegó un hombre muy raro que se paró delante de mi y me dijo:

- Me gusta tu camisa.
- ¡Gracias! Es nueva - le respondí.
- Me gusta tu camisa.
- ¡Gracias! A mi también me gusta.
- Me gusta tu camisa.
- ¡Gracias! La compré en...
- No, no entiendes, me gusta tu camisa - me dijo levantandose su camisa y mostrandome una pistola.
- ¡A-a-ahhh! - respondí yo asustado - bueno, si tanto te gusta, tomá es tuya.

Y me quedé allí parado, semidesnudo, viendo como el ladron se alejaba con mi nueva camisa y pensando que quizás en un par de días la usaría para robar un par de pantalones que hicieran juego con ella.

Fin.

507 - El regreso.

Sir Helder Amos | domingo, mayo 27, 2012 |
Estiré mi mano, ya casi alcanzaba la cálida luz que cegaba mis ojos y me llenaba de felicidad; pero cuando me faltaban un par de centímetros para llegar a ella, sentí como una fuerza invisible me jalaba por los píes de regreso a la oscuridad y mi mente empezó a recordar súbitamente todos mis problemas, mis tristezas, mis intentos fallidos... Abrí los ojos.

- ¡LO TENEMOS! - gritó el doctor.

Fin.

506 - Instinto animal.

Sir Helder Amos | viernes, mayo 25, 2012 |
No podía creer que hace dos años era un empresario exitoso que pasaba la mayor parte de su tiempo encerrado en una oficina, negándose a salir de su casa sin usar protector solar en los días soleados o sin su paraguas en los días lluviosos, manteniendo una dieta vegetariana porque pensaba que comer carne era malo para el cuerpo; y que ahora, que llevaba dos semanas perdido en la selva, estaba esperando, escondido entre el follaje, que su presa se acercara lo suficiente para matarla con sus propias manos.

Fin.

505 - A su imagen y semejanza.

Sir Helder Amos | jueves, mayo 24, 2012 |
Tarde en la noche, se podía escuchar a los Dioses llorando, arrepintiéndose de sus creaciones y preguntándose ¿qué habían hecho mal? y ¿por qué nada nunca les salia bien?

Fin.

504 - Los testigos.

Sir Helder Amos | miércoles, mayo 23, 2012 |
Esta mañana en la selva había un gran alboroto, los animales iban y venían agitados, porque todos querían saber lo que estaba pasando en la Corte, donde el Rey de la Selva estaba juzgando a la Pantera Albina por haberle robado su desayuno.

El robo del desayuno del Rey de la Selva era un misterio, porque había sido un crimen perfectamente cometido, el ladrón no había dejado ni una huella ni evidencia que ayudara al Rey de la Selva a  encontrarlo; pero algunos testigos, decían haber visto a la Pantera Albina por los alrededores del desayuno del Rey minutos antes de que se cometiera el crimen.

En la Corte, el Rey de la Selva iba llamando uno a uno a los testigos, quienes narraban lo poco que sabían sobre el robo, que solamante había sido  presenciado, escuchado y comentado por tres monos que se encontraban en la copa del árbol donde usualmente el Rey toma su desayuno; pero cuando estos fueron llamados al estrado para testificar dijeron:

- Yo no ví nada - dijo el primer mono, tapándose los ojos con sus manos.
- Yo no escuché nada - dijo el segundo mono, tapándose los oidos con sus manos.
- Yo no dije nada - dijo el tercer mono, tapándose la boca con sus manos.

Y por no tener suficientes pruebas de su culpabilidad, la Pantera Albina fue liberada.

Fin.

503 - El hombre de la escalera.

Sir Helder Amos | martes, mayo 22, 2012 |
A pesar de que solo media un metro y cincuenta centímetros, no le importaba su estatura, porque dondequiera que iba siempre llevaba su escalera con él, y con ella, no había objeto que estuviera fuera de su alcance.

Fin.

502 - Examen de sangre.

Sir Helder Amos | lunes, mayo 21, 2012 |
Según los resultados iba tener una vida exitosa y cumpliría todos sus sueños.

Fin.

501 - Soñador Américano.

Sir Helder Amos | domingo, mayo 20, 2012 |
Mientras esperaba la cuenta de la mesa número seis, cerró los ojos un momento y se imágino en la portada de las  revistas más prestigiosas, los flashes de las cámaras de los paparazzi acosándolo mientras caminaba por la calle, sus millones de fans gritando su nombre y pidiéndole autografos...

Sonó la campanilla, la cuenta estaba lista, abrió los ojos y suspiró desanimado.

- Algún día, algún día... - Se decía para si mismo mientras le llevaba la cuenta a la mesa número seis, quienes se quejaron de los altos precios y ni siquiera le dejaron propina.

Fin.

500 - Días de verano.

Sir Helder Amos | sábado, mayo 19, 2012 |
Salía todos los días al parque,
vistiendo lo mejor y súper arreglada,
estaba aburrida de su vida cotidiana,
un amor de verano era lo que le faltaba,
para montar bicicleta juntos y bañarse en la playa,
para amanecer hablando pistoladas,
para ir al cine con sus manos agarradas,
para escaparse un fin de semana,
¡Ay! ¿Por qué su amor no llegaba?
se preguntaba, desesperada,
ya el otoño se acercaba,
el tiempo de diversión se acababa,
y las cristalinas aguas de la playa se enfriaban,
mientras que ella permanecía sentada,
en el parque, esperando
a que su amor la saludara.

Fin.

499 - En su periodo.

Sir Helder Amos | viernes, mayo 18, 2012 |
Nunca voy a entender a las mujeres, el otro día salí con mi novia a comer helado, y cuando le pregunte si quería algo, me respondió que solo iba a tomar agua porque estaba a dieta; yo, en cambio, me compré un helado grande para dos.

Mientras me comía el helado ella me miraba sonriente, y más de una vez le pregunte si quería un poco, aunque sea para probarlo, a lo que ella se negó rotundamente; pero una vez que terminé de comer, la mujer empezó a llorar y con voz quebrada me dijo:

- ¿Como puede ser posible que te comieras ese helado para dos sin mi?

Y salió corriendo de la heladería sin decir nada más.

Fin.

498 - Las Ratas del Ku Klux Klan.

Sir Helder Amos | jueves, mayo 17, 2012 |
Tan pronto los científicos e investigadores dejaban el laboratorio por las noches para ir a descansar, las ratas de laboratorio salían de sus jaulas y se iban a cazar y a quemar vivas a las ratas de alcantarilla.

Fin.

497 - Noche de películas.

Sir Helder Amos | miércoles, mayo 16, 2012 |
7:00 p.m. Película dramática: Le propuso matrimonio a su novia y ella lo rechazó y lo dejó diciendole que amaba a otro.
8:30 p.m. Película de detective: Recolectó pistas y dedució que la persona a quien su ex-novía amaba era su mejor amigo.
10:00 p.m. Película de acción; Buscó a su mejor amigo y se cayeron a puñetazos por que lo había traicionado quitándole a su novia.
11:30 p.m. Película de suspenso: Cuando volvió a casa, descubrió que había alguien adentro, quizás un asesino o un ladrón y tomó sus precauciones.
1:00 a.m. Película de comédía: Las personas que estaban en su casa eran su novia, su mejor amigo y toda su familia, quienes le habían jugado una broma y le tenían preparado una fiesta de compromiso.
2:30 am. Película pornógrafica: ...

Fin.

496 - Tocando fondo.

Sir Helder Amos | martes, mayo 15, 2012 |
Cuando la piedra gigantesca que tenía amarrada a su cintura tocó el fondo del mar, él también tocó fondo y se dio cuenta de que la decisión que había tomado era la salida fácil a todos sus problemas y a la vez la más difícil; pero cuando se dio cuenta de esto, ya era demasiado tarde y aunque lograra desatarse ya no le daba tiempo llegar a la superficie.

Sus restos todavía no han sido encontrados y siguen reposando en el fondo del mar.

Fin.

495 - Después del aumento de sueldo.

Sir Helder Amos | martes, mayo 15, 2012 |
Notó que al llegar a la oficina su secretaría ya no lo esperaba su café caliente encima del escritorio, que ya no lo recibía con una sonrisa y que ya no hacía su papeleo antes de irse a casa.

Siempre le pasaba lo mismo con las secretarias, él  trataba de ayudarlas aumentandoles el sueldo y siempre terminaba botándolas después de hacerlo.

Fin.

494 - Compras Post-Mortem.

Sir Helder Amos | domingo, mayo 13, 2012 |
Salía el faraón, con su cetro en la mano, al centro de Egipto a comprar todo las cosas que necesitaría para adornar su tumba.

Fin.

493 - El hombre de nieve.

Sir Helder Amos | sábado, mayo 12, 2012 |
Preocupado por su peso, esperaba con ansías la primavera para perder todo el sobrepeso. A medida que el tiempo pasaba y la temperatura aumentaba, el hombre de nieve se ponía más y más feliz al verse más y más delgado; pero no fue hasta el último día de invierno que se dio cuenta de que su obsesión con bajar de pesó lo había matado.

Los únicos restos que quedaron del hombre de nieve fueron su sombrero de copa, cinco botones, dos ramas  y una zanahoria podrida que ahora alimentaba a las moscas.

Fin.

492 - El donante.

Sir Helder Amos | viernes, mayo 11, 2012 |
Cuando el efecto de la anestesia pasó y despertó de su operación de transplante de corazón, estaba loca por ver a su prometido:

- Lo siento, pero él no está aquí ni podrá venir a verte, él...

Y al escuchar esas palabras de la enfermera, ella rompió a llorar, creyendo que su prometido...

- ¡Cálmate! ¡Cálmate! No es lo que piensas, él esta vivo, el corazón que llevas no es el de él, es el de un hombre que él mató para que pudieras vivir; pero los policías lo descubrieron y ahora él está en la cárcel.

Y ella indignada por el mal comportamiento de su prometido, no lo fue a visitar ni una sola vez en la cárcel, y hasta se alegró cuando lo sentenciaron a la silla eléctrica por haber cometido el asesinato que le había salvado la vida.

Fin.

491 - La Mariposa con alas de oro.

Sir Helder Amos | viernes, mayo 11, 2012 |
Había una vez una Mariposa; que a pesar de los bellos colores que tenían sus alas, quería tener unas brillantes y doradas alas de oro, así que, un día, viajó desde la verde pradera donde ella vivía hasta el Bosque Obscuro donde había una Tara Bruja que era la única que, usando su magia, podía convertir en realidad el sueño de la Mariposa de tener alas de oro.

Cuando la Tara Bruja vio a la mariposa con sus hermosas y coloridas alas quedó fascinada, y aceptó, sin dudarlo por un momento, convertir las alas de la mariposa en oro, a cambio de sus colores.

Así la Mariposa le dio sus colores a la Tara Bruja y ésta convirtió sus alas en oro; pero cuando la Mariposa intentó volar, descubrió que sus nuevas alas de oro eran muy pesadas y que no podía cargar con ellas; pero esto no le importó, porque había obtenido lo que quería, así que la Mariposa pasó el resto de sus días allí, sin moverse, admirando y deslumbrándose con el brillante color dorado de sus nuevas alas de oro.

Fin.

490 - Amor en manos de la naturaleza.

Sir Helder Amos | jueves, mayo 10, 2012 |
- Me ama, no me ama, me ama, no me ama, me ama, no me ama... - seguía diciendo mientras le arrancaba los pétalos a la rosa que tenía en la mano - ... No me ama.

Y con un suspiro de tristeza se quitó el anillo de compromiso y lo tiró en la basura, creía que está vez él si era el correcto.

Fin.

489 - El Solitario Gato Negro.

Sir Helder Amos | martes, mayo 08, 2012 |
Pasó toda su vida yendo de pueblo en pueblo buscando un amigo con quien charlar, jugar y compartir; pero a donde quiera que iba todo los humanos y gatos que lo veían se alejaban corriendo de él porque no querían tener mala suerte.

Hasta que un día, se consiguió con un humano que le ofreció su amistad; y sin importarle lo extraño que era este humano con puros signos tatuados por todo su cuerpo y la peculiar forma de vestir que consistía en puras largas túnicas de color rojo sangre, el solitario gato negro aceptó su amistad, porque después de tanto buscar un amigo, no iba a rechazar ahora a, quizás, la única persona que le ofreciera su amistad.

Pasaron un par de semanas y el gato y el extraño humano se volvieron amigos, el humano lo alimentaba, lo acariciaba y jugaba con el cuando tenía tiempo libre, lo que hizo al gato muy feliz, porque eso era lo que él había estado buscando toda su vida; pero lamentablemente, su felicidad no duró mucho, porque cuando la primera luna llena que apareció en el cielo desde que el gato se había convertido en amigo del humano, éste, el gato, fue brutal y sangrientamente asesinado por su querido amigo como parte de un ritual satánico.

Fin.

488 - El baile del gorila.

Sir Helder Amos | lunes, mayo 07, 2012 |
En lo más profundo de la selva africana, había un gorila que le gustaba bailar ballet; pero cada vez que se ponía su tutú rosado para practicar su rutina, sus amigos y familiares, en vez de apoyarlo y ayudarlo a mejorar, lo que hacían era burlarse de él por bailar ballet y por lo ridículo que se veía usando un tutú rosado.

El gorila, hastiado de tanta burla, decidió dejar de bailar ballet; pero al pasar unas semanas se dio cuenta que sus días se habían vueltos grises y aburridos sin sus rutinas de baile, así que buscó en lo más recóndito de la selva un lugar desolado donde pudiera practicar sin ser visto y sin que nadie lo molestara.

Paso el tiempo y el gorila, que practicaba todos los días su rutina de baile, se convirtió en el mejor bailador de ballet en la tierra, mejor incluso que cualquier humano; pero nadie nunca lo supo, porque el gorila solo bailaba en aquel lugar donde nadie podía verlo ni molestarlo.

Fin.

487 - Barba Negra.

Sir Helder Amos | domingo, mayo 06, 2012 |
Aquel terrible día, todo la tripulación pagó el precio del descubrimiento que había hecho su capitán, quien al verse su primera cana en su preciada barba negra, empezó a lanzar esclavos por la borda y obligó a todo el mundo a trabajar día y noche sin descansar, temeroso de que esa pequeña hebra de cabello blanco lo hiciera perder el respeto que arduamente se había ganado en los siete mares.

Fin.

486 - El estofado desabrido.

Sir Helder Amos | sábado, mayo 05, 2012 |
La bruja tiró la cuchara sobre el plato lleno de estofado, quejándose de su mal sabor, los hombres adultos no tenían tan buen sabor como los niños y su carne no era tan tierna como la de los niños tampoco... ¡Ay, como deseaba la bruja que un niño desobediente se perdiera en el bosque para tener una buena y deliciosa cena!

Fin.

485 - Engañado por su imaginación.

Sir Helder Amos | viernes, mayo 04, 2012 |
Pasó toda la noche despierto, acostado en su cama, escondido debajo de sus sabanas blancas, escuchando los gruñidos y sintiendo los movimientos del monstruo que había debajo de su cama.

Cuando finalmente salió el sol y sintió su luz y calor iluminar su habitación, se armo con valor suficiente para mirar debajo de la cama y para su sorpresa, se encontró que allí no había nada mas que polvo y algunas bolas de pelusa que no podían asustar ni hacerle daño a nadie.

Fin.

484 - Una medida desesperada.

Sir Helder Amos | jueves, mayo 03, 2012 |
Se puso su vestidito rojo, sus tacones más altos y se fue a caminar por la zona en construcción de la ciudad porque necesitaba sentirse una mujer deseada nuevamente, necesitaba sentir la mirada lujuriosa de los hombres sobre ella y que la piropearan inapropiadamente; y a su edad solo los obreros de la construcción eran los únicos que podían ayudarla.

Fin.

483 - Dos ángeles ociosos.

Sir Helder Amos | miércoles, mayo 02, 2012 |
Dos ángeles aburridos estaban acostados sobre una nube sin nada que hacer, así que para tratar de divertirse un poco, le quitaron la aureola a un tercer ángel que por allí pasaba, y empezaron a lanzársela entre ellos, evitando que el tercer ángel quien se quejaba y lloraba por su aureola la agarrara.

De la nada, las nubes se tornaron grises y dos rayos cayeron sobre los ángeles que jugaban con la aureola del tercer ángel, quemándole las alas y enviándolos al infierno, donde sus blancas ropas se ensuciaron y fueron puestos a trabajar día tras día, hora tras hora, sin descansar, como esclavos de Satanás.

Fin.

482 - Por su fruta preferida.

Sir Helder Amos | martes, mayo 01, 2012 |
Le gustaban tanto las manzanas, que a pesar de que odiaba a los niños, tenía poca paciencia y era muy mala explicando, decidió convertirse en maestra de primaria.

Fin.

481 - Víctima de la vida y del amor.

Sir Helder Amos | lunes, abril 30, 2012 |
Cuando finalmente había recogido y pegado todas las piezas de su corazón y empezaba a disfrutar de nuevo la vida y a sentirse a gusto con su soltería, llegó aquel hombre alto y moreno a arrebatarle su remendado corazón de sus delicadas manos.

Cuando empezó amar y a disfrutar cada momento que pasaba con este hombre, él rompió su corazón  de nuevo y la dejó sola con la ardua tarea de recoger y pegar  las miles de piezas en la que había partido su corazón  para que el próximo hombre en la cola viniera a romperlo de nuevo.

Fin.

480 - El misterio de la habitación de Toby.

Sir Helder Amos | domingo, abril 29, 2012 |
Cuando la Señora Walden se detuvo encima de la alfombra que decía “Bienvenido” para abrir la puerta de su casa, se dio cuenta de que la cerradura había sido forzada y que la puerta estaba entreabierta.

Al entrar a su casa, la Señora Walden sintió que el mundo se le derrumbaba a sus píes, su limpia y perfecta casa estaba hecha un desastre; muy asustada la Señora Walden empezó a llamar a su hijo Toby mientras examinaba la casa.

- ¡¡¿Toby?!! - Lo llamó, mientras examinaba la cocina y caminaba sobre los restos de los platos rotos que se encontraban esparcidos por el suelo.

- ¡¡¿Toby?!! - Lo llamó, mientras examinaba la sala de estar y veía todos sus muebles desgarrados, las sillas del comedor rotas y la mesita que estaba llena de fotos familiares partida por la mitad.

- ¡¡¿Toby?!! - Lo llamó, mientras subía las escaleras, apoyándose en la pared, porque además de que le faltaban algunos escalones, la barandilla estaba hecha pedazos.

- ¡¿Toby?! ¿Estás aquí? - Lo volvió a llamar cuando alcanzó la habitación de su pequeño y cuando puso su mano en la perilla...

- No entres allí mami...

- ¡TOBY! - Gritó la Señora Walden de emoción al darse la vuelta y encontrar a su pequeño parado en medio del corredor, señalando su habitación, todo sucio y despeinado.

- No entres allí mami - Seguía repitiendo Toby mientras su mamá lo abrazaba y lo besaba - No entres allí mami...

- ¿Estas bien hijo? ¿Qué pasó aquí? - Le preguntaba la Señora Walden a su hijo, tratando de obtener una explicación de lo que le había sucedido a la casa.

- No entres allí mami...

- Pero ¿por qué hijo? ¿Qué hay allí dentro?

- No entres allí mami...

La Señora Walden, si ni siquiera tomarse un segundo para indagar lo que había en la habitación de su pequeño, tomó a su hijo, lo montó en el carro y se fueron lo más lejos que pudieron de ese lugar, y todavía hoy, quince años después, la Señora Walden escucha a su hijo decir “No entres allí mami...” cada vez que éste está teniendo una pesadilla.

Fin.



479 - El Centavo de la Suerte.

Sir Helder Amos | viernes, abril 27, 2012 |
Un joven que caminaba por la calle, se encontró un centavo boca abajo tirado en el suelo, y muy emocionado, le dio la vuelta, dejándolo donde estaba para que la persona que viniera detrás de él lo encontrara y tuviera un poco de suerte extra.

Miles de personas pasaron ese día por la misma calle, de las cuales solo unos cientos de ellas vieron el centavo boca arriba tirado en el suelo; pero ninguna de ellas tuvo la molestia de detenerse a recogerlo por falta de tiempo, pereza o solo porque hoy en día un centavo no vale nada.

El día siguiente, el joven al caminar por la misma calle, se encontró un centavo boca arriba tirado en el suelo y muy emocionado, lo recogió y se lo guardó en el bolsillo sin poder creer lo afortunado que era por haberse encontrado un centavo de la suerte en los tiempos tan difíciles en los que estamos viviendo.

Fin.

478 - Muerta en vida.

Sir Helder Amos | jueves, abril 26, 2012 |
Cuando estaba a su lado, su corazón dejaba de latir y sentía que ascendía al cielo, donde solo él y ella existían.

Fin.

477 - En la sala de espera.

Sir Helder Amos | jueves, abril 26, 2012 |
Compartían miradas tímidas y una que otra sonrisa desde el otro lado de la Sala de Espera, quizás estaban hechos el uno para el otro, o quizás se hubieran convertido en enemigos de por vida; pero eso nunca lo supieron, porque ninguno de los dos tuvo el coraje necesario para levantarse y decir un simple 'Hola'.

Fin.

476 - Ejercitando.

Sir Helder Amos | miércoles, abril 25, 2012 |
Con cada movimiento sentía que le prendía fuego a toda la grasa que tenía almacenada en su cuerpo, y disfrutaba viendo como ésta se quemaba lentamente, riéndose de sus gritos que pedían ayuda y compasión.

Fin.

475 - Desahogo.

Sir Helder Amos | martes, abril 24, 2012 |
Un día, una nube blanca se le acercó a una nube gris y le preguntó:

- ¿Por qué estas tan gris?
- Porque... ... ...

Y a medida que la nube gris empezó a hablar de su vida y sus problemas, no se pudo contener y empezó a llover; la nube blanca al ver lo devastada que estaba la nube gris, la abrazo haciendo que su contacto crearan truenos ensordecedores.

La nube gris, a medida que seguía hablando y lloviendo, se daba cuenta de que quizás todo no estaba tan mal como ella pensaba y para cuando terminó de contarle a la nube blanca todos sus problemas, se dio cuenta de que sus gotas se habían acabado y que su color grisáceo se había aclarado.

Y juntas se fueron a observar el arcoiris que las gotas de lluvia habían creado.

Fin.

474 - Pasando el Dolor de Cabeza.

Sir Helder Amos | lunes, abril 23, 2012 |
Imaginé a mi mamá entrar a mi habitación y que me encontraba muerto, sin cabeza y con los restos de mis sesos esparcidos por toda la habitación manchada de sangre; la imaginé gritar y salir corriendo pidiendo ayuda.

Imaginé a los señores de la morgue recoger mis restos y luego tratar de armar nuevamente mi cabeza, como si fuera un rompecabezas, mientras me preparaban para mi velorio.

Me imagine a mis familiares y amigos llorando frente a mi urna, que siempre se mantuvo cerrada debido a lo horrible que había quedado después de que me hubieran cosido y pegado nuevamente mi cabeza, a la cual todavía le faltaban pedazos de piel y carne que no se pudieron recuperar.

Me imaginé el entierro en un día lluvioso, donde todos se salpicaban sus zapatos negros brillante de barro opaco y sucio.

Y cuando imaginé que todo había acabado y que ya estaba tres metros bajo tierra, me di cuenta de que ya no me dolía la cabeza.

Fin.

473 - El Dolor de Cabeza.

Sir Helder Amos | domingo, abril 22, 2012 |
A pesar de haberse tomado un par de pastillas, sentía como si su cabeza fuera a explotar en cualquier momento y que sus ojos y sus sesos saldrían volando por toda la habitación, manchando todas las paredes y ventanas de sangre.

Fin.

472 - Mi hijo el Carpintero.

Sir Helder Amos | sábado, abril 21, 2012 |
Me ponía los pelos de punta verlo trabajar y crear los más bellos ataúdes de madera, porque sabía que si cometía el más ligero error y una estaca o astilla de madera se le clavara en el corazón lo convertiría en polvo en menos de un segundo y lo perdiera para siempre; pero el brillo que emitían sus ojos al trabajar la madera, hacían valer la pena el riesgo.

FIN.

471 - La mujer araña.

Sir Helder Amos | viernes, abril 20, 2012 |
No podía escalar paredes, ni lanzar telaraña por sus brazos, ni mucho menos tenía un sexto sentido arácnido; pero cada vez que salía embarazada mataba al procreador de la criatura, y se lo comía poco a poco para estar bien alimentada durante los 9 meses de gestación.

Fin.

470 - Encuentro cercano.

Sir Helder Amos | jueves, abril 19, 2012 |
Desde el otro lado del bar, la viuda del pueblo, divisó a su próxima víctima: Un hombre de belleza inimaginable, de tez blanca un poco bronceada por el sol, con cabellos cenizos, ojos azules como el mar y una sonrisa que podía cautivar hasta a la misma Virgen María.

La viuda, hambrienta, se acercó a él, y tras varias cervezas y una charla amena, logró llevárselo para su casa.

Al llegar, se fueron directamente a la habitación de la viuda, donde empezaron a besarse y a tocarse apasionadamente, la viuda no podía creer que iba a tener a semejante hombre, aunque fuera solo por una noche.

Después de varios minutos besándose, la viuda sintió como un líquido pastoso bajaba por su garganta y de un empujón alejó al hombre de ella, para ver horrorizada como este estaba vomitando un líquido marrón viscoso, y que por sus fosas nasales, en cambio, le salían chorros y chorros de un liquido naranja claro, mientras que sus ojos emitían una luz muy brillante que aumentaba con cada segundo que pasaba.

La viuda no podía creer lo que estaba presenciando y antes de poder huir, quedó cegada por aquella brillante luz proveniente del hombre en frente de ella, perdiendo el conocimiento.

Al despertar en su cama, la viuda creyó, aliviada, que todo había sido una horrible pesadilla, pero al levantarse, sintió como sus píes pisaban aquella asquerosa sustancia marrón viscosa que había salido de la boca de aquel hombre y antes de volver a desmayarse, vio como en el alféizar de la ventana habían marcas de lo que parecían unas gigantescas garras.

Fin.