Cuando posó sus ojos sobre mi, me sentí tan rara, intimidada, fue como si él estuviera examinando cada milimetro de mi cuerpo con su mirada, como si él tuviera visión de Rayos X... Y luego me acordé: ¡¡¡Él si tiene visión de Rayos-X!!! Y sin decir más, me volví invisible.
Fin.
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