- A ver... cuéntame más sobre tu niñez, ¿Como te fue en la escuela? ¿Tenías muchos amigos?
- Para serle sincero, doctor, no, yo tuve una niñez muy solitaria, nunca tuve amigos, todos mis compañeros de clases se burlaban de mí porque era diferente, aunque...
- ¿Si?
- Aunque... aunque si tuve una amiga, si podría llamarla así... es que no era humana.
- ¿No era humana, y qué era entonces? ¿Tenías una amiga imaginaria?
- No, doctor, es que está amiga no era humana, era una cosa, era una piedra que siempre me encontraba camino a la escuela y yo la pateaba por toda la acera mientras le contaba mis problemas, y cuando salía de clases, siempre la encontraba en el mismo lugar donde la había dejado y la pateaba de nuevo de regreso a casa, así que siempre me acompañaba.
- ¿Y qué pasó con esa piedra?
- Bueno, un día mientras estaba en la escuela, limpiaron la calle y cuando salí de clases no la encontré donde la había dejado y más nunca la volví a ver.
Fin.