1315 - El Ascensor al Cielo.

Sir Helder Amos | miércoles, abril 24, 2019 |
Dos hombres en un bar, sin mucho oficio, estaban discutiendo la idea de construir una escalera al cielo:

- Tendríamos que construir miles y miles de pisos y nos tardaríamos años -se quejó uno.
- Pero conoceríamos a los Dioses y viviríamos entre los ángeles –alegó el otro.
- ¡Pero imagina subir todos esos escalones y pisos!
- No importa, el esfuerzo valdría la pena.

De pronto, un tercer hombre que llevaba tiempo escuchándolos y que ya estaba obstinado, apareció y les dijo:

- Yo tengo una forma más rápida de subir al cielo.
- ¿Cómo? –preguntaron los dos hombre al unísono.
- Tomando el ascensor –respondió con un sonrisa y, sacando su revólver, envió a los dos hombres al cielo en un abrir y cerrar de ojos con tan solo un PUM, PUM.

Fin.

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1314 - Las Vacaciones Mágicas.

Sir Helder Amos | viernes, abril 19, 2019 |

📚 Reto Literario 📖 
Tan pronto se registró en el hotel, subió a su habitación, dejó su equipaje y bajó corriendo a la playa.

En su camino se sintió transportado a un mundo mágico, porque al ver el mar sintió que el sol acariciaba su piel, que el viento lo abrazaba, que las nubes le sonreían y que las olas le susurraban hermosas palabras al oído.

Fin.

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1313 - Terror en las Alturas.

Sir Helder Amos | jueves, abril 18, 2019 |
Los gritos de terror y desesperación se podían oír hasta en la tierra por donde sobrevolaba el avión.

Adentro, todos los pasajeros lloraban, gritaban, se jalaban los pelos y hasta se golpeaban contra los asientos y las ventanas. Las azafatas estaban confundidas, no sabían que hacer, ni el capitán del avión tampoco, en ninguno de sus vuelos había pasado algo similar.

- ¡¿Por qué a mí?! -se quejaban unos-. ¡Ya no aguanto más!
- ¡Aléjate, no te me acerques! -gritaban los pocos pasajeros que se habían salvado de la catástrofe.

Con cada minuto que pasaba, la situación se ponía más tensa, varios pasajeros ya habían perdido el conocimiento y yacían tirados en el angosto pasillo de la aeronave. Otros se acurrucaban en sus asientos y trataban de esconder su rostro. Mientras que los más inocentes, trataban de salvarse golpeando salvajemente las puertas de los baños.

Era terrible, nadie quería estar allí. Y al ver que el caos empeoraba con cada minuto, y que el nauseabundo olor que se había extendido por todo el avión había llegado hasta la cabina del capitán, esto no tuvo más alternativa que tomar su radio y solicitar un aterrizaje de emergencia al aeropuerto más cercano.

- Aterrizaje aprobado -le respondió una voz desde la radio-. ¿Cuál es la situación?
- Más de la mitad de los pasajeros padecen de problemas estomacales, al parecer la comida que servimos estaba contaminada -explicó el capitán, tratando de adornar la situación con sus palabras, a pesar de que todo el avión estaba embarrado.

Fin.

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1312 - Tecnología de Punta.

Sir Helder Amos | martes, abril 16, 2019 |
- Hijo, ¿puedes pasarme la linterna? -le preguntó, sacando la mano de debajo de la alacena.
- ¡Aquí está! -respondió el muchacho enseguida, pasándole su teléfono.
- ¡¿Qué es esto?! ¡Te dije la linterna! -gritó el padre, enfurecido-. ¡No tu teléfono!
- Papá, mira, mi teléfono tiene una aplicación de linterna, solo enciéndela y… ¡listo! Ahí tienes.

Entre gruñidos, el hombre usó el teléfono como linterna y se lo devolvió al muchacho, pero un minuto más tarde:

- Hijo, pásame el metro, por favor -pidió, sacando la mano de debajo de la alacena.
- ¡Aquí está! -anunció el joven, pasándole de nuevo su teléfono.
- ¿De nuevo tu teléfono? -bramó el padre-. ¡El metro, necesito el metro!
- Papá, no te pongas así, con la nueva tecnología de punta puedes usar la cámara del teléfono para medir, es muy útil y más fácil de usar que el metro, solo tienes que abrir esta aplicación y… ¡listo! Ahí tienes el metro.

Entre más gruñidos, el hombre usó el teléfono para medir y se lo devolvió a su hijo, pero de nuevo, un minuto más tarde:

- Hijo, pásame... -empezó a decir pero se quedó callado de pronto.
- ¿Qué necesitas papá?
- Tu teléfono, -dijo el hombre, sacando la mano de debajo de la alacena-. Pásame tu teléfono.
- Aquí está, papá, ¡qué bueno que estás aprendido a usarlo! -exclamó el muchacho, pasándole el teléfono con una gran sonrisa.

Pero unos segundos más tardes, la sonrisa del joven se desvaneció cuando escuchó un fuerte PUM, PUM, CLINK, CRACK.

- ¡Papá! ¡¿Qué estás haciendo?! -gritó el muchacho, tan pálido como un fantasma.
- Lo siento, hijo, pero tu tecnología de punta y esa aplicación de martillo que tienes no sirve para nada, se rompió tu teléfono -anunció el hombre, lanzándole el teléfono destrozado desde debajo de la alacena.

Fin.

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1311 - La Calma Durante la Tormenta.

Sir Helder Amos | viernes, abril 12, 2019 |
La despiadada tormenta se acercaba, con vientos huracanados, granizo, ensordecedores truenos y brillantes relámpagos que caían en la tierra. Se llevaba todo a su paso, hasta los árboles más viejos y fuertes eran arrancados de raíz y los cimientos de las casas temblaban.

De pronto entre todo el caos, se escuchó una voz:
- ¡Entren! ¡Es peligroso! ¡Esta tormenta es apocalíptica!

Pero los novios que estaban sentados fuera del refugio mirando la tormenta, no la escucharon.
- Esta calma... esta calma que siento cuando estoy contigo es indescriptible.
- ¡Lo sé! Nunca me había sentido tan en paz.

Fin.

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1310 - La Oveja Dálmata.

Sir Helder Amos | jueves, abril 11, 2019 |
Cada vez que hacía una travesura o cometía un error, una mancha negra le salía en su brillante lana blanca. Pero, a pesar de los comentarios que escuchaba del resto del rebaño sobre su pelaje manchado y sobre si era una buena o mala oveja, le enorgullecía tener sus manchas porque cada una de ellas representaba una gran historia que contar, mientras que el resto de las ovejas blancas solo podían limitarse a escuchar.

Fin.

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1309 - El Psicópata Infeliz.

Sir Helder Amos | sábado, abril 06, 2019 |
- ¡Ya no sé qué hacer para ser feliz! -se quejó el hombre, desde el diván.
- Para ser feliz solo tienes que aprender a escuchar esa vocecita dentro de tí -le dijo el psicólogo, en un tono monótono, sin quitar la mirada de su bloc de notas-. Sé que muchas veces es difícil escucharla, pero cuando aprendas a indentificarla, esa vocecita te dira que hacer, y cuando la obedezcas, descubrirás que eso te hará feliz.
- Yo escuchó esa voz -dijo el hombre, soltando un suspiro-. Pero no puedo hacer lo que me dice...
- ¿Por qué? ¿Por lo que pensará tu familia? ¿La sociedad? -le preguntó el psicólogo, en el mismo tono, sin mirarlo-. Lo único que importa es lo que nosotros pensamos, si hacemos lo que queremos y eso nos da felicidad, no importa lo que digan los demás.
- No, nada de eso -balbuceó el hombre, mirando por todos lados-. No sé si deba decirle esto… pero esa vocecita dentro de mí me dice que lo mate aquí y ahora, que los mate a todos, porque odio la humanidad y quiero destruirla.
- ¡Oh! -exclamó el psicólogo mirando por primera vez a su paciente, sorprendido y asustado-. En ese caso, -añadió nerviosamente-, no escuche esa vocecita molesta, y enfoquemos las consultas en aprender a vivir una vida infeliz. Que no es tan malo después de todo, porque es la forma de vivir predilecta de la humanidad.

Fin.

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1308 - El Tsunami de Amor.

Sir Helder Amos | miércoles, abril 03, 2019 |
- ¿Por qué no me miras a los ojos?
- Disculpa, no puedo, me dan miedo.
- ¿Cómo dices?
- Tus ojos azules me recuerdan al océano. Y me da miedo el océano.
- ¿Por qué? El océano es hermoso, oculta grandes misterios...
- Igual que tus ojos...
- Pero solo por eso no tienes por qué temer al océano ni a mis ojos. Estoy seguro de que ambos seríamos incapaces de hacerte daño.

Pero, al final, la gran ola arrasó, se llevó todo a su paso y no dejó nada.

Fin.

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