570 - La caída del Rey.

Sir Helder Amos | martes, julio 31, 2012 |
Cuando un  Rey muy odiado por todos, porque era despiadado y siempre ponía impuestos tan altos que hacía que todo el pueblo viviera en una eterna pobreza, estaba caminando por su pueblo, donde todos los habitantes lo veían con mucho desprecio desde la puerta de sus hogares como era la costumbre cada vez que el Rey salía a pasear; pero cuando el Rey tropezó con una piedra y calló de bruses sobre el suelo de tierra, todo el pueblo se agitó y se apresuró a congregarse  a su alrededor para ayudarlo a levantarse y a limpiar sus delicadas ropas.

Fin.

569 - La mano asesina.

Sir Helder Amos | lunes, julio 30, 2012 |
En el juzgado:

- Yo soy inocente, yo intenté protegerla; pero mi mano, mi mano fue más fuerte que yo.

El asesino intentaba defenderse implicando que su mano tenía vida propia y que era ella la que había matado a todas esas personas.

El juez y el jurado estaban confundidos, el hombre sonaba tan inocente; pero las pruebas indicaban que él era el asesino, así que lo mandaron a la guillotina para que pagara por el crimen que había cometido.

El hombre aceptó su condena; pero pidió que antes de que le cortaran su cabeza, le cortaran primero su mano derecha; y el juez apiadándose de su locura aceptó la petición del asesino.

El día de la ejecución, tal cual como se lo habían prometido, le iban a cortar la mano derecha antes de cortarle la cabeza; así que puso su brazo donde debería ir su cuello en la guillotina, y cuando la hojilla calló sobre su muñeca profirió un grito de dolor; pero luego...

- ¡JA! Se los dije, se los dije, no era yo, era mi mano, ¿Ahora si me creen? ¿Ahora si me creen? - gritó emocionado a lo que su mano dio un brinco desde la cesta donde había caído al ser separada de su cuerpo y había empezado a matar a todos los presentes.

Fin.

568 - Empatados.

Sir Helder Amos | domingo, julio 29, 2012 |
Los gemelos habían pasado toda su vida haciendo diferentes retos entre ellos para tratar de descifrar quien era el mejor, el más rápido, el  que más comía… Pero siempre el resultado era el mismo y quedaban empatados, siempre empatados,  incluso mucho antes de nacer, al llegar los dos al mismo tiempo al óvulo de su madre.

Fin.

567 - El niño perdido y la madre irresponsable.

Sir Helder Amos | sábado, julio 28, 2012 |
- Estimados clientes - dijo el altavoz que se encontraban en todos los pasillos de la tienda- hemos encontrado a un niño perdido...
- Es que ahora las madres si son irresponsables, - dijo la mamá de Tommy- ¿Como se les puede perder un hijo? Eso pasa porque no les prestan atención a sus hijos...
- El niño se dice llamar Tommy - siguió diciendo el altavoz- y le agradecemos a su madre o representante que pase a recogerlo por las oficinas administrativas. Gracias.
- ¿Qué? ¡¿Tommy?! ¿Mi Tommy? Si yo lo tenía a mi lado justo hace un par de segundos.

Y efectivamente cuando la mamá de Tommy volteó la cabeza para buscarlo, notó que su pequeño no estaba a su lado y salió corriendo a buscarlo a las oficinas administrativas.

Fin.

566 - Muriendo de hambre.

Sir Helder Amos | viernes, julio 27, 2012 |
A: ¡Muero de hambre!
B: Vamos, resiste un poco, el campamento no puede estar muy lejos, creo que está justo después de esta colina...

GRRRLLLRRRGRRBRRR

B: ¡Wow! ¡Si qué estás hambriento! ¿Eh?
A: Ese sonido no lo hizo mi estomago...

Y cuando voltearon para ver que había producido aquel extraño sonido, vieron a un dinosaurio hambriento que corría a toda velocidad hacía ellos.

Fin.

565 - Cada centavo cuenta.

Sir Helder Amos | jueves, julio 26, 2012 |
Cuando una señora adinerada terminó de pagar su compra en el supermercado y la cajera le dio un par de monedas de un centavo de cambio, la mujer adinerada miró con desprecio las pequeñas monedas y las tiró al suelo como si estas no valieran nada.

Yo que estaba observando todo esperando en la linea para pagar mis productos, corrí hasta donde estaba la mujer adinerada y dándole un pequeño empujóncito me agaché a recoger las monedas que ella había tirado, ese par de centavos eran justo lo que necesitaba para poder comprarme una leche achocolatada que había dejado en el carrito de compras porque antes no me alcanzaba.

Fin.

564 - Los robots.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 25, 2012 |
- El robot se instalaría allí donde están tus trabajadores y produciría 5.000 unidades diarias, aproximadamente 4.500 unidades más de las que producen todos tus trabajadores juntos al día y no vas a tener que pagarle horas extras ni bono de eficiencia. Y... ¿Qué dices?

- Umnn... No lo sé... ¿Cinco mil dices?.. Umnn... Es que a mi no me gustan las nuevas tecnologías y no me agrada la idea de tener algo sin alma ni inteligencia haciendo todo el trabajo de mi empresa.

- ¿Y usted cree que sus trabajadores, después de trabajar años para usted repitiendo la misma acción ocho horas al día todos los días todavía tienen alma? Créame, amigo, que cuando le digo que si hay algo que tenga más alma que todos sus trabajadores juntos es mi robot, es porque así lo es.

Fin.

563 - La musa perdida.

Sir Helder Amos | lunes, julio 23, 2012 |
El escritor se sentaba todos los días y a la misma hora en frente a la máquina de escribir, donde su musa lo esperaba para inspirarlo y brindarle la más brillantes ideas.

Un día, el escritor se sentó en su máquina de escribir y su musa no estaba a su lado, y sin ella no pudo escribir ni una sola palabra que valiera la pena leer.

Al siguiente día y al siguiente y al siguiente el escritor notó la ausencia de su musa al lado de su maquina de escribir y empacando todas sus cosas emprendió un gran viaje en busca de su musa perdida.

El escritor viajó por todo el mundo y probó comidas deliciosas, de las cuales no pudo escribir porque no tenía a su musa a su lado; vio paisajes hermosos, de los cuales no pudo escribir porque no tenía a su musa a su lado; y conoció gente asombrosa, pero como ya saben, tampoco pudo escribir sobre ellas porque no tenía a su musa a su lado.

Cuando el escritor regresó a casa después de haber viajado por todo el mundo buscando a su musa perdida sin haberla encontrado, se sorprendió mucho al verla parada justo al lado de su vieja máquina de escribir y sin perder ni un solo segundo, tiró todo su equipaje a un lado y se sentó a escribir con su musa a su lado.

Mientras escribía, el escritor le preguntó a su musa:
-¿Donde habías estado? He probado comidas deliciosas, visto paisajes hermosos y conocido gente asombrosa.
- Siempre he estado aquí, esperando tu regreso - respondió la musa.
- Pero si yo partí para ir a buscarte ...
- Lo sé.
- ¿Entonces?
- Tuve que esconderme un par de días porque te estabas quedando sin ideas y necesitaba que salieras y conocieras el mundo, probaras nuevas comidas, vieras cosas que nunca antes hubieras visto y conocieras gente diferente a ti... Ahora tienes muchas historias que contar, así que deja de hablar tanto y concéntrate en escribir.

Fin.

562 - El conejo con la pata de palo.

Sir Helder Amos | lunes, julio 23, 2012 |
El conejo con la pata de palo  cojeaba de un lado a otro por todo el barco pirata, siempre con una copa de brandy en la mano y mirando al horizonte, recordando los viejos tiempos cuando vivía en el bosque y saltaba de un lado a otro sin nada de que preocuparse; y ahora... 

Ahora su único objetivo era vengarse... 

Vengarse de aquel pirata que le había arrancado una pata para tener buena suerte mientras cometía todas sus fechorias.

FIN.

561 - “Todo está bien"

Sir Helder Amos | domingo, julio 22, 2012 |
“Todo está bien, todo está bien, todo está bien” seguían repitiéndome, cuando en realidad, para mí,  nada estaba bien, nada.

Fin.

560 - Suicidio prematuro.

Sir Helder Amos | sábado, julio 21, 2012 |
Aterrado de vivir una vida sin sentido, se amarró el cordón umbilical alrededor de su cuello cuando tenía ocho meses y medio de gestación.

Fin.

559 - Reir para no llorar.

Sir Helder Amos | viernes, julio 20, 2012 |
Todo el mundo  quedó horrorizado cuando él se acercó al ataud de su padre y empezó a reirse como un maníatico, lanzando ruidosas carcajadas que hacían ponerle la piel de gallina a todos los presentes en la capilla velatoria.

Fin.

558 - Sueño pesado.

Sir Helder Amos | jueves, julio 19, 2012 |
- ¡Mira papá, ese perro  está durmiendo en el medio de la carretera! - le dijó el niño a su padre asomándose por la ventanilla del carro.
El papá al escuchar a su hijo miró por el retrovisor y vió que tenía razón y que había un perro tirado en medio de la carretera.
- ¿Cómo hace ese perro para dormir en medio de la carretera, papá, y no despertarse con los sonidos de los carros que pasan tan cerca de él? -preguntó el niño.
- No lo sé hijo... Debe de tener el sueño muy pesado... - respondió el padre dubitativo porque no tenía el corazón  para decirle a su hijo la verdad sobre el perrito.

Fin.

557 - El oso polar.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 18, 2012 |
Cuando regresó de sus vacaciones por el caribe nadie lo reconoció porque se había bronceado tanto que ahora toda su piel no era blanca como la nieve si no marrón y oscura como la de cualquier otro oso.

Fin.

556 - El tesoro perdido: los mejores empleados.

Sir Helder Amos | martes, julio 17, 2012 |
Tras despedir a su casi nuevo empleado, sacó una caja llena de resúmenes curriculares para evaluarlos y contratar a uno nuevo, y mientras hojeaba un par de resúmenes que cumplían con todos los requisitos para llenar la vacante se le ocurrió una brillante idea...

Como ya estaba cansado de siempre contratar a una persona que se veía adecuada para el cargo y tener que despedirla un par de semanas después por ser todo lo contrarío a lo que decía su resumen y ser completamente ineficiente; decidió inventar un pequeño juego que le proporcionaría al empleado ideal, y así escondió cinco cofres del tesoro por toda la ciudad al mismo tiempo que le enviaba a todas las personas que se habían postulado para trabajar bajo su mando una hoja con instrucciones y pasos a seguir para encontrar los cofres del tesoro, indicando que las personas que encontraran los cofres se llevarían una grata sorpresa.

La mitad de las personas ni siquiera intentaron buscar los cofres y muchos de lo que intentaron buscarlos se rindieron a medio camino por todas las cosas que había que hacer para encontrarlos.

Solo tres personas interesadas y constantes encontraron los cofres del tesoro y para su sorpresa, adentro no tenían oro ni un premio sorpresa, si no un contrato para ocupar la vacante de la empresa.

Y así el empleador encontró a los mejores empleados que había tenido en años, y se quedó muy sorprendido al revisar sus resúmenes un año después para renovarles el contrato y darse cuenta de que esas personas no cumplían con los requisitos exigidos para el trabajo y que en situaciones normales, él ni loco los hubiera contratado.

Fin.

555 - El gallo despertador.

Sir Helder Amos | lunes, julio 16, 2012 |
Después de haber roto cientos de relojes despertadores, se compró un gallo para que la despertara con sus cacaridos al salir el sol; y éste al tener vida y reflejos, podría esquivar los almohadasos, zapatazos y golpes que ella lanzaba normalmente para apagar las alarmas que la despertaban; y si alguna  vez una o todas de esas cosas lo alcanzaban, el gallo despertador no se callaría, como lo hacían los relojes despertadores, si no que cacarearía más fuerte debido al dolor, y eso, definitivamente la despertaría.

Fin.

554 - Mensaje del más allá.

Sir Helder Amos | domingo, julio 15, 2012 |
“Trae ropa ligera, hace mucho calor aquí abajo"

Fin

553 - El escondite de la caja fuerte.

Sir Helder Amos | sábado, julio 14, 2012 |
La caja fuerte siempre corría  apurada a esconderse detrás de una pintura en la sala cuando jugaba a las escondidas con su otras amigas cajas fuertes.

Y no es necesario decir que a ella siempre la encontraban de primero.

Fin.

552 - Cloroformo: La poción de amor.

Sir Helder Amos | viernes, julio 13, 2012 |
Llegó muy feliz a su casa, oliendo precavidamente el fuerte aroma que emitía la pequeña botellita de poción de amor que había conseguido comprar y que haría que su amada aceptara todas sus caricias, sus besos y su amor sin quejarse y sin decir ni una sola palabra sobre cuanto asco él le daba, ni sobre cuanto lo detestaba y ni mucho menos sobre cuanto deseaba que él estuviera muerto o encerrado en la cárcel.

Fin.

551 - Las manchas del techo.

Sir Helder Amos | jueves, julio 12, 2012 |
Llevaba varios minutos callado e inmóvil acostado en el sillón, mirando el techo con una expresión pensativa en su cara.

Su compañero de cuarto lo había estado observando y para tratar de animarlo lo invitó a tomarse un par de cervezas, a lo que él se negó porque no tenía ánimos de salir esa noche; pero su compañero de cuarto alegando que no lo dejaría caer en una terrible depresión o que se volviera una persona amargada con la vida por no encontrarle un significado alguno, lo obligó a salir esa noche y a tomarse un par de cervezas.

Y mientras se tomaba sus cervezas y hablaba con la camarera del bar, su mente todavía estaba en su cuarto, preguntándose cuantas manchas habrían en aquel techo tan sucio.

Fin.

550 - Omne ignotum pro magnifico.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 11, 2012 |
Cuando presenció por primera vez el show de magia quedó anonadado con todos los trucos fascinantes que había visto y pensó que el mago era toda una deidad, un ser superior a los demás humanos; y sumamente interesado con el tema de la magia, empezó a investigar y a descubrir cada uno de los secretos que se escondían detrás de cada truco.

Cuando presenció por segunda vez el show de magia, todos los trucos le parecieron estúpidos y aburridos, y pensó que el mago no era más que un farsante estafador.

Fin.

549 - El sillón masajeador y el temblor.

Sir Helder Amos | martes, julio 10, 2012 |
- ¡¿QUÉ HACES AHÍ SENTADO?! ¡CORRE! ¿ NO SIENTES QUE ESTÁ TEMBLANDO?
- ¡Sii-i-i-i! Lo sé, ¿No es genial? Yo nunca he tenido dinero suficiente para comprarme un sillón masajeador; pero me imagino que se debe sentir como algo parecido a esto - le respondió, aferrandose a los apoyabrazos de su dura silla de madera para no caerse.

Fin.

548 - El rinoceronte negro.

Sir Helder Amos | lunes, julio 09, 2012 |
Cuando notó que la caza furtiva estaba acabando con su raza, empezó a disfrazarse todas las mañanas de rinoceronte blanco usando mucho talco por todo su cuerpo; y así es como ha logrado mantenerse con vida a pesar de que todos sus parientes se hayan extinguidoconfundiendo a los cazadores que todos los días le preguntan si ha visto algún rinoceronte negro por los alrededores.

Fin.

547 - El suéter negro.

Sir Helder Amos | domingo, julio 08, 2012 |
Cuando Jimmy cumplió doce años le regalaron un suéter negro para que lo protegiera del frio en el invierno; pero Jimmy se encariñó tanto con él que más nunca se lo quitó sin importarle en que temporada estaban porque lo hacía sentir seguro y calentito; así que podían verlo usando su suéter negro hasta en los más soleados y calurosos días de verano.

Jimmy estaba usando su suéter negro cuando dió su primer beso a la chica de sus sueños cuando tenía catorce años y también lo estaba usando cuando chocó su primer carro a los diecisiete; pero un día, cuando Jimmy tenía veintiun años y estaba en una cita con la chica de sus sueños en una noche fria, él notó lo desprotegida que ella estaba, y por primera vez Jimmy se quitó su suéter negro y se lo ofreció a su chica, quien lo aceptó agradecida.

FIN.

546 - La historia de amor sin fin...

Sir Helder Amos | sábado, julio 07, 2012 |
- ¡Te quiero mucho!
- ¡Y yo te quiero mucho más!
- ¡No! ¡Yo te quiero más!
- ¡De ninguna manera! ¡Yo te quiero más!
- ¡En tus sueños! ¡Yo te quiero más!
-  ...
- ...

Fin.

545 - El guardaespaldas.

Sir Helder Amos | viernes, julio 06, 2012 |
Se concentró tanto en hacer bien su trabajó y guardar la espalda del presidente, qué ni siquiera se dio cuenta cuando apuñalaron a su protegido por el frente.

Fin.

544 - El gran error del pasante.

Sir Helder Amos | jueves, julio 05, 2012 |
En su primer día como pasante cometío un gran error, un terrible error, que si le hubiera dicho a sus superiores al respecto hubiera podido ser arreglado sin ningún problema; pero por miedo a ser regañado o despedido decidió guardar silencio y no comentar con nadie el gran error que había cometido, creyendó que con el tiempo y la práctica él mismo podría solventarlo.

El tiempo pasó y el pasante aprendió muchas cosas nuevas en su trabajo y pronto supo como solventar aquel gran error que había cometido; pero cuando terminó su pasantías, sus superiores lo llamaron para decirle que su labor en la empresa había sido excepcional y que si no hubiera sido por un gran error que él había cometido, lo hubieran contratado con los ojos cerrados; pero que por culpa de ese error tenían que despedirlo.

El pasante, tratando de conseguir el trabajo, se disculpó mil veces por haber cometido aquel gran error y se excusó diciendo que ya él lo había solucionado; sin embargo, cuando los superiores oyeron esto, le explicaron que desde un principio ellos sabían de aquel  gran error que él había cometido; pero que esa no era la causa de su despido, si no haberse quedado callado cuando cometió aquel gran error en su primer día como pasante.


Fin.

543 - El mejor escritor vivo.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 04, 2012 |
El mejor escritor vivo escribe los mejores versos y textos que hayan existido; pero nadie los lee ni los apreciaporque a pesar de su magnificencia, mientras que el mejor escritor vivo siga viviendo y escribiendo, sus mejores versos y textos no llegarán muy lejos.

Fin.

542 - Equipaje ligero.

Sir Helder Amos | martes, julio 03, 2012 |
Después de todo lo que había vivido y sufrido en aquella horrorosa ciudad, decidió escaparse y nunca volver, empacando solamente lo necesario en su pequeña maleta: la poca ropa que tenía, sus esmaltes de uñas y sus zapatos de moda;  dejando por fuera todos los malos recuerdos que aquella ciudad le traía.

FIN.

541 - La recompensa de Peter.

Sir Helder Amos | lunes, julio 02, 2012 |
A primera hora de la mañana, cuando la Mamá de Peter entró en la cocina para preparar el desayuno, dió un grito que despertó a toda la familia, porque en la ratonera había caido el villano que les había estado robando la comida y pronto todos bajaron para ver que era lo que había pasado:

- ¿Qué pasó querida? - Preguntó el Papá de Peter.
- ¡Mirá, un ratón calló en la ratonera! - respondió la Mamá de Peter.
- ¡Mátalo papá! ¡Mátalo! - Gritó la Hermana de Peter, asustada y asqueada por la pequeña criaturita.
- Ya voy hija, dame un segundo mientras busco mi martillo.
- ¡NO! ¡No, papá, no lo mates! - Gritó peter y empezó a llorar - el ratóncito es solo un animalito, él no sabía lo que hacía,  por favor papá, no lo mates, él no nos ha hecho nada malo.
- Está bien Peter, no lo mataré.
- ¡Pero papá, es un animal asqueroso! - replicó la Hermana de Peter.
- ¡NO, PAPÁ! No lo mates... - repitió Peter.
- Okay, esto es lo que haremos, tomaré al ratoncito y lo llevaré al parque y allí lo liberaré, así no nos molestará más y no tendré que matarlo, ¿les parece niños?
-¡SÍ PAPÁ, GRACIAS! - Gritó Peter.
- Está bien; pero la próxima vez que caiga un ratón en la ratonera lo matas, papá - replicó la Hermana de Peter no muy contenta con el acuerdo al que habían llegado.

******

Esa noche durante la cena a Peter se le cayó su sexto diente de leche, y muy emocionado lo colocó debajo de su almohada antes de irse a dormir, para que el Ratoncito Pérez se lo cambiara por una moneda; pero para sorpresa de Peter, cuando despertó no encontró una moneda debajo de su almohada como siempre lo hacía cuando perdía un diente, si no que encontró dos.

Fin.

540 - Escuela para Príncipes Azules.

Sir Helder Amos | domingo, julio 01, 2012 |
- Hola, ¿Podrías decirme donde queda el salon 207?
- 207, Uhm... Si no me equivoco es el salon que está al subir las escaleras a la izquierda, ¿qué vas a ver?
- ¡Gracias! Voy a ver Tipos de Princesas, creo...
- ¡Uy! ¿Con la Profesora D.?
- No lo sé, soy nuevo.
- Oh bueno, mi nombre es Príncipe Azul.
- ¿En serio? Yo también me llamo así.
- No te sorprendas mucho, todos aquí nos llamamos así.
- Bueno, sí, es un requisito para poder ingresar a la escuela, creo..
- Si... y tener un Reino... y sangre azul...
- Sangre Azul... Yo  pensaba que eso de la sangre era una metáfora.
- Yo también; pero oye ya me tengo que ir si no quiero llegar tarde a "Como degollar un Dragon"
- Si, yo tampoco quiero llegar tarde a mi primera clase. Eh, ¿hablamos después?
- ¡Vale! Nos vemos.

Fin.