794 - El amor no es para siempre.

Sir Helder Amos | domingo, diciembre 28, 2014 |
Dos años después de que ella se sacrificó para salvar la vida de su amado, se empezó a revolcar en la tumba cuando él fue a visitarla en el cementerio para contarle que había conocido una nueva chica y que se casaría con ella, porque, según él, eso era lo que a ella le hubiera gustado, que él siguiera adelante con su vida.

Fin.

793 - Recesión navideña. (Navidad)

Sir Helder Amos | miércoles, diciembre 24, 2014 |
A pesar de que la calidad de los juguetes de ese año había bajado notoriamente; no fue hasta que pudo bajar por las chimeneas con facilidad, sin que su barriga se le atascara en el camino, que Santa admitió que a él, también, le estaba afectando la situación económica del país.

Fin.

792 - La estatua de hierro.

Sir Helder Amos | domingo, diciembre 21, 2014 |
Cuando salí de la escuela, vi que uno de mis alumnos más debiles estaba sentado en frente de la estatua de hierro del fundador de la escuela, observándola con una mirada triste y vacia, así que me acerqué a él, preocupado.

- ¿Observando la estatua, eh? -le pregunté amistosamente.
- Sí -me respondió con un suspiro.
- ¿Pasa algo?
- No, nada, es solo que a veces me gustaría ser de hierro como esta estatua -me dijo con un tóno meláncolico.
- ¿Para qué?
- Para que nadie pueda doblegarme, y yo pueda mantenerme siempre de pie, rígido y fuerte.
- Ah, pero hasta esta estatua puede ser doblegada.
- ¿Cómo? -me preguntó consternado.
- Mira -le dije, sacando de mi bolsillo mis llaves con un llavero de aluminio de la estatua del fundador en miniatura y mi encendedor; luego, coloqué el llavero sobre el piso en la misma forma en que estaba la estatua, encendí el encendedor y lo acerque a sus rodillas.
- No entiendo.
- Mira -le repetí. Después de unos instanstes, el fuego del encendedor empezó a cumplir su función y derritió poco a poco las rodillas de mi llavero, haciendo que la miniatura de la estatua del fundador se doblegara y cayera desplomado en el piso; mi alumno me miró sorprendido-. ¿Entendiste? -le pregunté, creyendo que había demostrado tan bien lo que quería decirle al pequeño que no necesitaba explicación.
- ¡Si, si, si! ¡Muchas gracias! -me respondió con una sonrisa en sus ojos, al mismo tiempo que agarraba sus cosas y salia corriendo de la escuela.

Al día siguiente, no se imaginan cuanto me arrepentí de no haberle explicado mi punto al pequeño, cuando sonó la alarma de incendios en la escuela, porque él había encerrado a todos los demás alumnos que se habían burlado de él en el gimnasio y les había prendido fuego vivos.

Fin.

791 - Paciencia, paciencia.

Sir Helder Amos | domingo, diciembre 14, 2014 |
A pesar de que estaba convencido de que cosas buenas le llegan a aquellos que saben esperar, se la mantenía mirando el reloj en intervalos de un minuto que le parecían una eternidad.

Fin. 

790 - La máscara.

Sir Helder Amos | lunes, diciembre 08, 2014 |
Ese día estaba muy cansado, así que no sé si esta historia que les voy a contar es cierta o si solo fue una jugarreta sucia de mi imaginación; pero el otro día, cuando estaba en la sala de estar de una bruja, mientras esperaba a que le leyera las cartas a mi mejor amiga, entre todas las máscaras, imágenes de santos, bolas de cristal y atrapa-sueños que guindaban en las paredes, la que llamó mi atención fue una máscara hecha de piel marron, que tenía incrustaciones de pelo largo y negro, dos huecos redondos  donde debian ir los ojos, mejillas pronunciadas y una fina línea roja que representaba la boca sonriendo.

Al ver la máscara, yo me quedé anonado con ella y pasé toda la espera sin quitarle los ojos de encima, en el silencio de la sala de estar, donde solo se escuchaba el toc, toc, de la aguja del reloj cada vez que pasaba un segundo; por tanto, no sé imaginan cual fue mi sorpresa cuando, de pronto, la fina línea roja de la máscara se despegó en dos finas líneas y dijo con una voz fria y apagada  "Hola" pero justo en ese momento, antes de que puediera reaccionar a lo que acababa de ver y oir, mi mejor amiga salió enojada de la habitación donde la bruja le estaba leyendo la cartas y nos fuimos en seguida del lugar.

Luego, más tarde, cuando le conté lo que me había sucedido a mi amiga, ella me aseguró que no había visto ninguna máscara como la que yo le describí en la sala de estar de la bruja; pero también me dijo que no me preocupara ni me asustara por ello, porque quizás sólo era un truco barato de aquella bruja farsante y mentirosa.

Fin.

789 - El atajo por el cementerio.

Sir Helder Amos | domingo, diciembre 07, 2014 |
Siempre que regresaba del trabajo, tomaba el atajo por el cementerio; pero, está vez, como había trabajado hasta tarde y ya había anochecido, decidió tomar el camino largo y no meterse por el cementerio porque allí debían de salir muchos fantasmas y él les tenía miedo.

Cuando llegó a casa, él mismo parecía un fanstama por lo pálido y frio que había llegado trás haberse encontrado, por el camino largo, a los cientos de fantasmas quienes, aburridos de estar siempre en el cementerio, salian a dar a una vuelta por el camino y dejaban el cementerio solo para que la gente que tomara el atajo por allí no se asustara.

Fin.

788 - Superstición, el paraguas y la herencia.

Sir Helder Amos | domingo, noviembre 30, 2014 |
Cuando era pequeño, al niño heredero, nunca lo dejaron jugar con un paraguas dentro de la casa, porque según todas las mujeres de la mansión, si él llegaba a abrir el paraguas dentro de la casa se moriría su madre.

Cuando el joven heredero creció, le pidió a su mamá que le cambiara su carro del año anterior por uno del año actual; pero su madre, para darle una lección de humildad, le dijo que no; y él, enojado, salió corriendo de su despacho, bajó las escaleras y llego al vestíbulo, donde agarro un paraguas negro y lo abrió dentro de la casa.

Su madre, quien había salido corriendo detras de él para tratar de calmarlo, lo vio abrir el paraguas dentro de la casa y se sorprendió tanto, que le dio un infarto y cayó muerta desde la parte alta de las escaleras.

Fin.

787 -El pastillero.

Sir Helder Amos | martes, noviembre 25, 2014 |
A cinco minutos para las ocho sacó el pastillero de su bolsillo, jugó con él por un momento en sus manos y, luego, lo miró con asco, rabía e impotencia; estaba cansado de depender de ese pequeño objeto y de su contenido para poder sentirse bien. Y en su frustración, tiró el pastillero contra el piso, solo para recogerlo, derrotado, cinco minutos más tarde porque ya le tocaba tomarse la pastilla y empezaba a sentirse mal.

Fin

786 - El color de la depresión.

Sir Helder Amos | domingo, noviembre 23, 2014 |
Cuando el psicólogo vio toda la escala de grises y negro que tenía la pintura que le había traído su paciente, a quien le había recomendado la pintura para que dejara fluir y expresar sus sentimientos, supo de inmediato que tenía un gran trabajo por hacer.

Fin.

785 - Sangre azul.

Sir Helder Amos | domingo, noviembre 16, 2014 |
Cuando el doctor le dijo al Rey que tenía la misma enfermedad viral que le había dado a todos los plebeyos de su reino, éste se sintió consternado y dudó por un momento del color su sangre, "¿Será posible que por mi venas corre sangre roja como corre en las venas de todos mis subditos?" se preguntó; pero luego miró a su alrededor y vio las paredes de su habitación cubiertas de  obras de arte de Da Vinci, su piso de marmól, la lampara de araña de oro que colgaba de su techo y su cama adoselada.

- No - se respondió a sí mismo, disipando todas sus dudas - ¿Qué estaba pensando? Es imposible que yo sea como uno de ellos.

Fin.

784 - La bola de cristal.

Sir Helder Amos | domingo, noviembre 09, 2014 |
-¿Y que ve? - le preguntó la cliente.
- Nada.
- ¿Cómo que nada? -demandó la cliente, irritada.
-Lo siento - le respondió la bruja, preocupada - pero la bola de cristal no me muestra nada en su futuro...
- ¡Usted no es más que una gran estafadora! - gritó la cliente, enojada y, sin dejar que la bruja terminara de hablar, se levantó de la silla y salió de la tienda .

Al otro día, la bruja leyó el triste obituario de su cliente en la prensa. La bola de cristal nunca se equivocaba.

Fin.

783 - Los audífonos mágicos.

Sir Helder Amos | martes, noviembre 04, 2014 |
Cuando llegó a casa, encontró a su mamá y a su papá gritandose y discutiendo de nuevo; sin perder ni un segundo, se sacó los audifonos del bolsillo de su chaqueta, los desenredó rápidamente, se los puso y, mágicamente, sus padres se desvanecieron en el aire junto con sus gritos y peleas, dejándolo solo en la casa con la paz y tranquilidad que escuchar su música favorita le proporcionaba.

Fin

782 - La migración.

Sir Helder Amos | domingo, noviembre 02, 2014 |
Cuando se asomó por la ventana de la oficina para ver si ya había dejado de llover, vio que había un arcoiris en el cielo y que, hacía él, volaban cientos de mariposas monarcas; pero antes de que pudiera sonreir por lo pintoresca que le había parecido la escena, su teléfono célular vibró y, olvidándose de lo que acababa de ver y sentir, lo contestó, enojada, y siguió su día como si nada.

Fin.

781 - El sueño imposible.

Sir Helder Amos | martes, octubre 28, 2014 |
Soñaba con ser el mejor nadador del mundo y ganar muchas medallas de oro en las olimpiadas; pero cada vez que su entrenador lo mandaba a hacer 20 piscinas más, se quejaba y las hacía de mala gana.

Fin.

780 - Una mentirita blanca.

Sir Helder Amos | lunes, octubre 27, 2014 |
- Sí, sí, mamá, no te preocupes, estoy bien, todo por acá está bien, todos estamos bien, yo te llamo la próxima semana, te amo, adiós.

Fin.

779 - El ciclo.

Sir Helder Amos | lunes, octubre 20, 2014 |
- El ser humano nace, crece, se reproduce y se muere -  dijo el profesor de biología.

Y yo nada más lo miraba, desconcertado, porque si ese era el ciclo de vida de los seres humanos, ¿Qué iba a ser de mí? Qué no tenía planeado crecer, ni mucho menos reproducirme.

Fin.

778 - La excusa.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 15, 2014 |
- ¿Entendiste la lección de francés?
- Si, estuvo fácil.
- ¿En serio? Yo no entendí nada, ¿qué vas a hacer después de clases? ¿podemos reunirnos en un café, o en tu casa, si quieres, para que me expliques? A ver si a ti te entiendo mejor.
- Sí, ¿cómo no? ¿Qué te parece si nos vemos...

Fin. 

777 - "EL INMORTAL"

Sir Helder Amos | domingo, octubre 12, 2014 |
Pasó meses y meses de dolor tatuandose "EL INMORTAL"  en su espalda; para que al final, los gusanos terminaran dándose un banquete, al comerse su piel tatuada.

Fin.

776 - Viernes por la noche.

Sir Helder Amos | viernes, octubre 10, 2014 |
Mientras ella se iba a a la cama llorando porque se sentía sola, pensando que nadie nunca la amaría; él se fue a dormir con una gran sonrisa porque ese día la había visto, por un par de segundos, pasar frente a él en el estacionamiento de la facu.

Fin.

775 - El trébol de la suerte.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 08, 2014 |
Ese día había empezado muy mal, se había quedado dormido e iba tarde para el trabajo; pero camino a la estación de bus, vio, lo que parecía, un trébol de cuatro hojas crecer en el asfalto, y sin tener tiempo para examinarlo mejor porque el bus se acercaba, lo arrancó y se lo guardó en el bolsillo de la camisa.

Milagrosamente, logró llegar justo a tiempo al trabajo, y trás haber recibido una nota de felicitación por su último proyecto, creyó que gracias al trébol que había encontrado esa mañana, su suerte había cambiado.

Ese día, dándose golpesitos sobre el bolsillo de la camisa y confiando en el amuleto que tenía allí dentro, se arriesgó a pedir un aumento de sueldo, el cual le otorgaron sin chistar, consiguió una cita con la persona que le gustaba, y lo llamaron del banco para avisarle que el crédito que había solicitado ya estaba aprobado.

Más tarde, cuando regresaba a casa, quizo abusar del trébol de la suerte y compró un boleto de lotería. Lo empezó a raspar y  cuando solo le faltaba un solo número por raspar, notó que todos coincidían y si acertaba el último sería millonario; pero se emocionó tanto al darse cuenta de eso que dejó caer la moneda con la que estaba raspando el boleto sobre la alcantarilla en la que estaba parado, y cuando sacó otra moneda, que tenía en el bolsillo de su camisa, sacó también su trébol de la suerte, y quedó horrorizado, porque al verlo de cerca, notó que el trébol solo tenía tres hojas, como cualquier otro trébol común, corriente y sin suerte.

Después de su hallazgo, trató de pensar que la suerte era cuestión de aptitud, y que si había logrado todas las cosas que hizo ese día, pensando que era porque tenía suerte, iba a seguir pensando lo mismo, para raspar el último número y ganar la lotería; pero cuando lo hizo, deseó no haber dejado caer la éstupida moneda por la éstupida alcantarilla.

Fin

774 - Problemas de autoestima.

Sir Helder Amos | domingo, octubre 05, 2014 |
Dos muchachos con problemas de autoestimas estaban sentados en la misma mesa en la fiesta, uno, siempre tenía su teléfono en la mano y se tomaba selfies para publicarlas en internet para que todo el mundo viera lo bonito que él era; mientras que el otro, se escondía y se tapaba para no salir en ninguna foto porque él era muy feo para tomarse fotos.

Fin.

773 - Besos adictivos.

Sir Helder Amos | domingo, septiembre 28, 2014 |
Para que su esposo ex-alcohólico no la dejara nunca, siempre, antes de besarlo, ella se tomaba, a escondidas, un trago de whiskey.

Fin.
Para que su esposo, un alcohólico rehabilitado, no se apartara nunca de su lado; siempre se tomaba un trago de whiskey, a escondidas, antes de besarlo.

772 - El chico de bilis negra.

Sir Helder Amos | sábado, septiembre 27, 2014 |
Entre suspiros, el chico de bilis negra, pasaba los días sentado al lado de su ventana, mirando, sin mirar, los coches y personas pasar. Nunca decía una palabra, y si alguien le preguntaba qué le pasaba, él sólo se limitaba a soltar un suspiro y negar con la cabeza o con un ademán de la mano.

Muchos han dicho que lo han visto sonreír en días grises y lluviosos; pero eso es algo muy díficil de creer, porque con tan solo verlo allí sentado, hace que hasta las bilis más amarillas y radiantes se tornen grisaseas y oscuras.

Fin. 

771 - Viejas hipócritas.

Sir Helder Amos | domingo, septiembre 21, 2014 |
Después de darle el pésame, llorando,  a la pobre vecina quien había perdido a su hijo menor porque se había suicidado, las cuatro viejas de la cuadra, se limpiaron las lágrimas y se reunieron a tomar café y a conversar en un rincón de la capilla velatoria.

Vieja No. 1: Yo escuché que el muchacho se suicidó porque su novia lo había dejado.
Vieja No. 2: ¿En serio? Yo escuché lo contrario, que se había matado porque la había embarazado.
Vieja No. 3: ¡Ustedes si inventan! A mi me dijo alguien muy cercano a la familia que el joven se suicidó porque era gay.
Vieja No. 4: No, están equivocadas, el muchacho no se suicidó, se murió de sobredosis, era drogadicto.

Y así pasaron las cuatro viejas toda la tarde en el velorio, chismeando e inventando hipotesis sobre el suicidio del muchacho sin ni siquiera acercarse a la realidad.

Fin.

770 - Apellidos poderosos.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 15, 2014 |
- ... ¿Será todo? - le preguntó la cajera.
- Si.
- Bueno, me da su nombre para emitirle la factura, por favor.
- John Rockefeller.
- Ah, ¿cómo el queso? - bromeó la cajera con una sonrisa en los labios.
- No - respondió John con un tono hastiado - el queso es roquefort, yo soy Rockefeller, y usted, señorita, está despedida.
- ¿Cómo dice? - se extrañó la cajera.
- ¡Qué está despedida!

Y con tan solo hacerle una señal a su asistente, éste ordeno todo el papeleo y en menos de cinco minutos, John había comprado el local y despedido a la pobre cajera.

Fin.

769 - El egoísta - Amor superficial.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 12, 2014 |
- ¡Oye! ¡¿Qué haces?! - replicó la rosa más bonita del parque cuando el egoísta se acerco para arrancarla.
- ¿No ves? - respondió el egoísta - te voy a arrancar para llevarte a mi casa. 
- ¿Por qué? - preguntó la rosa - ¿No has notado que yo soy la rosa más bonita del parque? Si me arrancas y me llevas a tu casa, nadie más podrá deleitarse con mi belleza. 
- Si, y es por eso que te voy a arrancar, para que seas toda mía y sólo yo pueda deleitarme con tu belleza sin tener que compartirte con nadie más. 

Y así lo hizo; pero un par de días después, la rosa se marchitó y el egoísta fue de nuevo al parque a buscar la rosa más bonita para hacerla suya y solamente suya. 

Fin. 

768 - El poder de los tacones.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 05, 2014 |
Cuando la abogada llegaba a los tribunales con sus zapatillas bajitas, todos allí la ignoraban y ni siquiera la saludaban; pero cuando llegaba entaconada y haciendo toc, toc, toc con cada paso que daba, todos, en los tribunales, se detenían un momento para saludarla y ayudarla a resolver los casos que ella llevaba.

Fin.

767 - El niño más valiente.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 01, 2014 |
En un reino donde solo habían dos niños, uno que era muy miedoso y otro que no le tenía miedo a nada, decidieron hacer una competencia para ver quién era el niño más valiente.

Luego de que la competencia hubiera terminado y ambos niños hubieran luchado con dragones, nadado en un pozo con cocodrilos y escalado árboles tan altos que llegaban al cielo; el jurado decidió que el niño más valiente del pueblo no era aquel niño que no le tenía miedo a nada, quien había llegado de primero y había realizado todos los retos en un abrir y cerrar de ojos, si no que el ganador era el niño que, al contrario, era muy miedoso y que había llegado de último; porque a pesar de que le tenía miedo a los dragones, al agua, a las alturas y muchas cosas más, él había enfrentado sus miedos y había terminado todos los retos sin dejar que estos lo detuvieran, y eso es lo que significa ser valiente, enfrentarse a nuestros miedos sin dejar que estos nos detengan.

Fin.

766 - La maldición/bendición de la bruja mala/buena.

Sir Helder Amos | martes, agosto 26, 2014 |
Mientras todos en el reino pensaban que la bruja había maldito a la Princesa por haberla encerrado en un castillo lejano con un dragón; la bruja, en cambio, pensaba que le estaba haciendo un favor, porque de esa forma se estaba asegurando de que la Princesa solo se casaría con un Príncipe fuerte y valiente que la amara lo suficiente como  para ir a buscarla en un castillo lejano y enfrentarse a un dragón por ella.

Fin.

765 - Ansiedad.

Sir Helder Amos | domingo, agosto 24, 2014 |
Para él la tormenta siguió, a pesar de que ya había salido el sol y los pájaros volvían a cantar desde las copas de los árboles.

Fin.

764 - El secreto del lobo solitario.

Sir Helder Amos | domingo, agosto 17, 2014 |
- ¿Por qué tú estas siempre solo?
- Porque yo soy un lobo solitario.
- ¿Y eso no te hace sentir, bueno, solo?
- Sí, me hace sentir solo,  pero es por eso que me convertí en un lobo solitario, porque me cansé de esperar a que alguien llegara a hacerme compañía y decidí salir al mundo a hacer todo lo que me provoque hacer, solo, por mi cuenta; pero todavía con la esperanza de conocer a alguien en el camino.

Fin.

763 - La Princesa exigente.

Sir Helder Amos | domingo, agosto 10, 2014 |
Cuando la Princesa vio por la ventana de su torre que el Príncipe que había llegado a rescatarla era feo, gordito, bajito, y que éste había arrivado en un burro gris en vez de en un corcel blanco, salió corriendo a esconderse y le dijo al dragón que le dijera al Príncipe que ella ya había sido rescatada.

Fin.

762 - El aviso amarillo.

Sir Helder Amos | jueves, agosto 07, 2014 |
En aquellos días en los que no quería lidiar con nadie y sentía que no podía más con su vida, su trabajo y sus amistades, se guindaba un aviso amarillo de su cuello que decía "Cuidado, emocional" para que todos estuvieran al tanto de su situación y lo trataran con extrema delicadeza.

Fin.

761 - Sin rifle no hay diversión.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 04, 2014 |
Ante el juez llegaron diez cazadores de leones furtivos y cuando éste les preguntó por qué lo hacían ellos respondieron:

"Porque la cacería nos apasiona y es nuestro deporte favorito"

Entonces el juez, al notar la flama de pasión que se encendía en los ojos de los cazadores cuando hablaban de su deporte favorito, los sentenció a cazar un león, pero esta vez bajo las mismas condiciones que el animal: sin armas y desnudos, para que fuera un juego limpio.

Y durante su última caza, ninguno de los diez hombres disfrutó de su deporte favorito, porque en vez de la llama de pasión que se encendía en sus ojos cuando hablaban de la cacería, solamente se notaba el miedo que tenían de estar desnudos y desarmados ante tal temible animal.

Fin.

760 - La lámpara mágica.

Sir Helder Amos | sábado, julio 26, 2014 |
Mientras el joven enamorado caminaba por la calle pensando en su amor imposible, miró al cielo y vió  una nube en forma de lámpara mágica. Usando su imaginación, el joven enamorado frotó la lámpara, de la cuál salió un genio; y antes de que éste pudiera decir algo, el jovén enamorado deseó tres veces que su amor imposible fuera posible.

En el momento que el joven enamorado terminó de pedir sus deseos, sopló una ventisca que dispersó la nube en forma de lámpara mágica; por lo que cuando el joven  enamorado recordó que los genios no pueden hacer que una persona se enamore de otra y alzó la mirada al cielo para cambiar sus deseos;  ya era demasiado tarde.

Fin.

759 - Las agujas, los resultados.

Sir Helder Amos | jueves, julio 17, 2014 |
Todo cambia, aunque no lo parezca, como mi miedo a hacerme un examen de sangre. Cuando era pequeño, me aterraba sacarme la sangre porque le tenía miedo a las agujas, y ahora que crecí, me sigue aterrando; pero no porque le siga teniendo miedo a las agujas, no, si no porque ahora le tengo miedo a los resultados y a todas las enfermedades que pude haber contraido por llevar este estilo de vida tan lesivo y descuidado por tantos años.

Fin.

758 - La Heroína.

Sir Helder Amos | domingo, julio 13, 2014 |
Él me dice que yo soy su heroína...
Porque yo lo salvé, yo lo salvé, yo lo salvé,
Yo lo amé cuando cuando todo el mundo le dio la espalda,
Yo lo salvé, yo lo salvé, yo lo salvé.

Él me dice que yo soy su heroína...
Porque yo lo salvé, yo lo salvé, yo lo salvé,
Yo le boté todas sus jeringas y barrí todas sus líneas,
Yo lo salvé, yo lo salvé, yo lo salvé.

Él me dice que yo soy su heroína...
Porque yo lo salvé, yo lo salvé, yo lo salvé,
Yo le tuve paciencia y nunca me fuí de su lado,
Yo lo salvé, yo lo salvé, yo lo salvé.

Él me dice que yo soy su heroína...
Porque yo lo salvé, yo lo salvé, yo lo salvé,
Y me dice que si yo no hubiera llegado, su heroína anterior, lo hubiera matado.

Fin.

757 - Viviendo un poema.

Sir Helder Amos | martes, julio 08, 2014 |
Querido diario;

Como bien sabrás me gusta alguien, y ya no sé que hacer al respecto, porque cada día que pasa me gusta más; a pesar de que ni siquiera sé como se llama y que todo esto es muy estúpido, siento que estoy viviendo en un poema aunque nunca antes haya entendido ni un pelo de poesía; porque cada vez que lo veo, siento que el mundo se detiene, que me falta el aire, que muero por dentro a pesar de que mi corazón late más rápido que nunca, y que las neuronas de mi cerebro dejan de hacer sinapsis pero que a la vez envían estímulos en todo mi cuerpo; pero ahora que siento todo esto la entiendo, la poesía; porque cosas así solo se leen en poemas.

Fin.

756 - El destino está escrito con sangre.

Sir Helder Amos | jueves, julio 03, 2014 |
Inventó una maquina del tiempo para tratar de evitar la muerte de su amada; pero sin importar cuantas veces regresara y cambiara el pasado, siempre terminaba viendo como su amada moría y moría, de una y de mil formas diferentes.

Fin.

755 - Tirándole la puerta en la cara al amor.

Sir Helder Amos | domingo, junio 29, 2014 |
- ¡Ey, chico!..
- ¿Sí?
- Eh... este... me gustaría conocerte.
- Yo no, chao.

Fin.

754 - La teoría del creacionismo: el origen del Ornitorrinco.

Sir Helder Amos | jueves, junio 26, 2014 |
- Mamá, ¿de donde venimos? - le preguntó el pequeño ornitorrinco a su madre al ver su reflejo en el estanque donde bebía.
- ¿Qué dijiste, pequeño?
- Te pregunté de donde venimos - repitió - ¿Venimos de los patos? 
- No, pequeño, no venimos de los patos. 
- ¿Y de los castores? ¿Venimos de los castores? 
- No, pequeño, tampoco venimos de los castores.
- ¿Y, entonces, de donde venimos?
- Nosotros venimos de allí - le respondió la madre ornitorrinco señalando con su pico a un edificio blanco que estaba al lado del estanque.
- ¿De allí? - preguntó el pequeño ornitorrinco extrañado - ¿De ese edificio blanco por donde va entrando ese humano que tiene una bata blanca larga y que lleva un pato y un castor enjaulados en las manos? 
- Si, pequeño, de allí venimos, y ese humano que mencionas, sí, ese que se está riendo como loco, es nuestro creador, nuestro Dios.

Fin. 

753 - Claustrofobia.

Sir Helder Amos | viernes, junio 20, 2014 |
Cuando la persona que le gustaba se montó en el ascensor, sintió que las paredes del ascensor se cerraban y que empezaba a  faltarle el aire.

Fin.

752 - La horrible pesadilla premonitoria.

Sir Helder Amos | lunes, junio 16, 2014 |
En la mañana, a lo que salió de su apartamento y vió a su vecina salir del apartamento contiguo se acordó de la pesadilla que había tenido la noche anterior.

- Buenos días - le dijo la vecina, mientras le pasaba por el lado.
- Hola, buenos días, este, eh... - le respondió, dudando sobre sí  debía contarle o no que la noche anterior había tenido una horrible pesadilla, donde a ella la atracaban y  la mataban violentamente.
- ¿Si? ¿Quieres algo? - le preguntó ella con una sonrisa.
- No, no, nada, disculpa, ten un buen día - le dijo y se fue caminando rápidamente, pensando lo malvado que hubiera sido borrarle la sonrisa de la cara a su vecina al contarle la horrible pesadilla que él había tenido sobre ella, donde  la mataban y la descuartizaban en pedazos.

- Los sueños solo son eso, sueños, no son, ni se vuelven reales - se dijo a si mismo mientras se montaba en el ascensor y se iba hacer su día.

En la noche, cuando finalmente llegó a casa y prendió las noticias, se quedó congelado al escuchar que su pesadilla se había hecho realidad, que su vecina había sido brutalmente asesinada; y desde entonces todos los días se arrepiente de no haberle contado a su vecina sobre aquella pesadilla, preguntándose si ella todavía seguiría viva si él se la hubiera contado.

Fin.

751 - El fénix rompe-corazones.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 11, 2014 |
El fenix rompe-corazones se la mantenía jugando con fuego, sin importarle mucho si se quemaba durante sus juegos, porque sabía muy bien, que si lo hacía, iba a renacer de sus cenizas.

Fin. 

750 - De tal palo, tal astilla.

Sir Helder Amos | domingo, junio 08, 2014 |
Cuando empezó a notar que cada día se parecía más y más a su madre, decidió cortarse las trompas de falopio para nunca tener una hija como ella.

Fin

749 - El comienzo del Apocalipsis Zombie

Sir Helder Amos | jueves, junio 05, 2014 |
Cuando el primer zombie despertó después de un par de meses de haber muerto y se percató que toda la carne de su cuerpo estaba fétida y llena de gusanos, tomó el teléfono e hizo una llamada:

- La morgue, ¿en qué podemos ayudarlo?
- Ho...la  cre...o que es...toy muer...to - dijo como pudo el zombie tratando de hablar lo más humano posible - ven...gan por mí.
- Ja-ja-ja Muy gracioso señor, nos encantan que nos hagan ese tipo de bromas, espero reviva pronto, adiós- le respondió el encargado de la morgue con tono sárcastico antes de cortarle la llámada brúscamente. 

Fin. 

748 - Acosadores: Una serie de casualidades mal intrepetadas.

Sir Helder Amos | domingo, junio 01, 2014 |
- ¡¿Aquí tambien?! Mira, mira, ese es el chico del que te hablé, me lo he encontrado en todas partes últimamente, creo me está persiguiendo, me esta empezando a asustar - le comentó a su amiga, mientras el chico, del que hablaba, le decía lo mismo a su amigo sobre ella.

Fin.

747 - Cargo de consciencia.

Sir Helder Amos | jueves, mayo 29, 2014 |
Todos los días pasaba horas y horas en el lavabo tratando de quitarse las manchas de sangre que le habían quedado en sus manos después de que asesino a su hermano hace un par de años; pero sin importar cuantas veces se las lavara, o cuanto jabón usara, las manchas de sangre nunca se le quitaban.

Fin

746 - Esquizofrenia

Sir Helder Amos | martes, mayo 20, 2014 |
Y solo porque ellos no pueden verlos, ni escucharlos, dicen que yo estoy loco.

Fin.

745 - La mariposa pretenciosa.

Sir Helder Amos | domingo, mayo 18, 2014 |
Tan pronto salió de su capullo, la mariposa pretenciosa olvidó todo su pasado detrás, y ahora, cuando las orugas curiosas se le acercan para preguntarle si duele mucho convertirse en una hermosa mariposa, ella las ignora porque no le gusta que la vean hablando con esas orugas gordas y feas.

Fin.

744 - La predicción de las flores.

Sir Helder Amos | miércoles, mayo 14, 2014 |
Mientras esperaba a que llegara el abogado con los papeles para firmar el divorcio, recordó el día en que su marido le propuso matrimonio, y que aquella misma mañana, antes de que él llegara con el anillo, ella había estado muy triste, porque había pasado varias horas en el jardin, recogiendo flores y arracándoles sus pétalos preguntándose si él la amaba, o no la amaba; y en todas las ocasiones, las flores siempre terminaban diciéndole que él no la amaba.

Fin

743 - Un día de verano tormentoso.

Sir Helder Amos | domingo, mayo 11, 2014 |
Decidido a divertirse en todos y cada uno de sus días de verano, el pequeño Tommy se sentó junto a la ventana y se divirtió toda la tarde haciendo carreras imaginarias con las gotas de lluvia que se estrellaban contra el vidrio y que luego resbalan hacía la repisa; sin dejar que la tormenta, en lo que debería haber sido un día soleado, arruinara uno de sus días de verano.

Fin.

742 - Las habichuelas mágicas.

Sir Helder Amos | viernes, mayo 09, 2014 |
Y tal como lo habían predecido sus padres, lo habían estafado, las habichuelas nunca germinaron.

Fin.

741 - La resurrección.

Sir Helder Amos | domingo, abril 20, 2014 |
Después de tenerlo tres días en el infierno, el diablo, Lucifer, decidió mandar a Jesús de vuelta con su padre al reino de los cielos, porque era un aburrido y un aguafiestas.

Fin

740 - El oso perezoso.

Sir Helder Amos | jueves, abril 17, 2014 |
Mientras todos los osos se metían dentro del río a cazar los salmones más grandes y gordos, el oso perezoso se sentaba a la orilla a esperar que un salmón despistado saltara fuera del río y le cayera cerca de sus patas para poder comérselo.

Los demás osos, al ver lo que lo hacía el oso perezoso, lo criticaban y le rugían cosas que solo entre osos entendían; pero el oso perezoso los ignoraba y seguía esperando en la orilla por un golpe de suerte. 

Al anochecer, todos los osos se iban felices y orgullosos a sus cuevas por los grandes y gordos salmones que habían cazado durante el día con mucho trabajo; y el oso perezoso, al igual que el resto de los osos, también regresaba a su cueva feliz y orgulloso por el par de salmones, pequeños y flacos, que habían saltado fuera del río y que habían saciado su hambre de manera fácil y sin mucho trabajo.

Fin.

739 - Dieta filosófica.

Sir Helder Amos | lunes, abril 07, 2014 |
Todas las noches, antes de dormir, pasaba horas y horas dando vueltas en la cama, pensando sobre la vida, su significado y su sentido; pero estos pensamientos lo deprimían mucho, porque siempre llegaba a la conclusión de que la vida no valía para nada porque, al final, todos vamos a morir.

Cansado de todo eso, decidió empezar una estricta dieta en la cual la última comida la hacía a las seis de la tarde, de tal manera que, por las noches, mientras pasaba sus acostumbradas horas dando vueltas en la cama, en vez de pensar sobre el significado de la vida, pensaba en lo que iba a desayunar al día siguiente y, desde entonces, fue muy feliz en su ignorancia y hambruna.

Fin.

738 - Repartición de bienes.

Sir Helder Amos | jueves, abril 03, 2014 |
Y cuando nos divorciamos se llevó la mitad del carro, de la casa, de mis cuentas bancarias y también se llevó la mitad de mi corazón.

Fin.

737 - La espera.

Sir Helder Amos | martes, abril 01, 2014 |
"Estoy aburrido, odio vivir, todo es tan monótono y predecible, nunca pasa nada interesante" pensó mientras estaba acostado en su sofá viendo el ventilador de techo girar.

Su teléfono celular repicó, un mensaje de texto: "Ven a mi ksa, bro, aki tngo montada la  fiesta del a#o!"

"¡Qué fastidio!" pensó y ni siquiera respondió.

Su teléfono celular volvió a repicar, esta vez, una llamada.

- ¿Aló? ¿Qué estás haciendo? ¡Vamos al cine que están pasando una película buenísima!

"¡Qué estupidez!" pensó y cortó la llamada sin nisiquiera decir una palabra.

"Estoy aburrido, odio vivir, todo es tan monótono y predecible, nunca pasa nada interesante" pensó mientras estaba acostado en su sofá viendo el ventilador de techo girar.

Fin.

736 - Después de un largo día de trabajo.

Sir Helder Amos | martes, marzo 25, 2014 |
Estaba sentado en el mecedor leyendo el periodico cuando escuché a mi pequeño que me llamaba "¡Papá! ¡Papá! ¡Papá, ven ayudarme, estoy aquí abajo!..."

Cuando finalmente se calló, bajé el periodico, cerré los ojos por un momento, respiré profundo y subí a la habitación; pero cuando mi esposa me vió entrar todo pálido y sudoroso, me preguntó con un aire de desaprobación en su voz "¿Otra vez?" a lo que respondí con un movimiento afirmativo de mi cabeza mientras me sentaba en la cama y me quitaba los zapatos.

"Deberías ver a un médico, a un cura, o no sé, a un brujo a ver que te dice al respecto" sugirió mi esposa, pero yo sólo hice un ademán con mi mano insinuando que la había escuchado pero que ignoraría su sugerencia, y me acoste a dormir sin decir nada más.

Fin.

735 - Edith.

Sir Helder Amos | miércoles, marzo 19, 2014 |
Y cuando regresó con su ex, se convirtió en una estatua de sal.

Fin.

734 - Mundos paralelos: El pescador y la mina de oro.

Sir Helder Amos | domingo, marzo 16, 2014 |
Había una vez un pescador que dentro de su propiedad tenía un pequeño lago donde todos los días pescaba un par de peces, los cuales  vendía en el mercado del pueblo y con el dinero que hacía diariamente se podía mantener a él y a su pequeña familia sin dificultades.

Un día cuando el pescador regresó a su casa del lago luego de pescar, se encontró que allí lo esperaba un hombre misterioso vestido con un traje negro y un maletín del mismo color, que le ofreció comprarle el lago por una suma de dinero multimillonaria, ya que, según el hombre misterioso, debajo del lago se encontraba una mina de oro que los haría al él y al pescador los hombres más ricos del planeta.

El pesacador, luego de escuchar la propuesta, pidió un tiempo para pensarlo antes de dar su respuesta, y durante ese tiempo, pensó como ese lago había permanecido en la familia por generaciones, en lo cómodo que estaba con su vida diaria y lo felíz que era pescando y vendiendo su par de pescados todos los días en el mercado del pueblo; pero también considero que si vendía el lago, su vida cambiaría drásticamente, tendría dinero suficiente para irse a vivir en una gran ciudad, no tendría que trabajar más nunca y podría llevar una vida llena de lujos.

¿Qué debería hacer el pescador?

- No vender el lago y seguir con su vida como la conocía.

- Vender el lago y cambiar drásticamente su vida.

FIN.

733 - La corona del Rey León.

Sir Helder Amos | martes, marzo 11, 2014 |
Después de que el antiguo Rey perdiera la batalla y fuera derrocado, el nuevo Rey le cortó con sus garras, salvajemente,  la melena y se la colocó sobre su cabeza con orgullo, para que el resto de la manada súpiera que ahora tenían un nuevo líder.

Fin.

732 - La carta de libertad.

Sir Helder Amos | sábado, marzo 01, 2014 |
Cuando llegó el lunes a la oficina después de un agotador fin de semana, se percató que encima de su escritorio había un sobre blanco dirigido hacía él, y cuando lo abrió, encontro a dentro la carta de despido y una llavecita de bronce con la que pudo abrir los grilletes que lo aprisionaban.

Fin.

731 - La historia de Estrellita Fugaz, el unicornio de carreras.

Sir Helder Amos | lunes, febrero 24, 2014 |
 Estrellita Fugaz era un Unicornio que desde pequeño se había obsecionado con las carreras de caballo, por lo que todos los domingos, se escapaba del Valle de los Unicornios para ir escondido al hipódromo a ver los caballos correr.

Con el pasar de los años, Estrellita Fugaz sintió que no era suficiente ver a los caballos competir en las carreras, si no que quiso también participar en una, para saber que se sentía correr a toda velocidad y ganarle a los demás; por lo que trató de organizar una Carrera de Unicornios en el Valle, pero ninguno de sus amigos quiso participar y Estrellita Fugaz se sintió muy triste.

 Un domingo, mientras Estrellita Fugaz iba camino al hipódromo, se encontró en el bosque a una mujer alta, delgada y rubia que usaba un minivestido rojo, tirada en el suelo, inconsciente; pero sin prestarle mucha atención a la mujer, Estrellita Fugaz se enfocó en el bolso rojo que estaba al lado de ella, y tras revisarlo por un par de minutos, encontró entre una faja de billetes una lima de uñas, la cual le dio una brillante idea, y agarrando la lima de uña entre sus dientes, se fue lo más rápido que pudo del bosque.

 Ese mismo día, después de regresar del hipódromo, Estrellita Fugaz puso en acción su brillante plan y empezó a limar su largo y bello cuerno; y a pesar de que todos sus amigos lo llamaron loco e intentaron detenerlo, Estrellita Fugaz siguió limando su cuerno hasta que lo hubo limado todo; y pareciendo un caballo común y corriente, Estrellita Fugaz, se fue el siguiente domingo hasta el hipódromo, donde afortunadamente uno de los caballos participantes se había lesionado y no podría participar en la carrera, pero el jinete de aquel caballo, al ver a Estrellita Fugaz, se enamoró de su blancura y sedoso pelaje y corrió la carrera con Estrellita Fugaz.

 Llegando en Primer Lugar y batiendo records, Estrellita Fugaz se convirtió en el caballo de careras más famoso, porque desde entonces nunca ha perdido una carrera.


 Fin.

730 - El espejismo.

Sir Helder Amos | jueves, febrero 20, 2014 |
Al enterarse de que sus amigos se habían perdido en el desierto, salió corriendo a buscarlos; pero él también terminó perdido entre las amarillas y áridas arenas del desierto; y justo antes de morir de sed, vio, a lo lejos, un espejismo de sus amigos festejando en un oasis, por lo que dejó su cuerpo físico atrás  para que sirviera de alimento para los buitres, y su alma se unió a la fiesta con sus amigos, como parte del espejismo.

Fin

729 - Práctica de escritura creativa.

Sir Helder Amos | lunes, febrero 17, 2014 |
- La  actividad de hoy consiste en escribir una historia utilizando las siguientes palabras "Bebé, dragón, banca, casados, chocolate, lotería" - dijo la profesora.

Y cuando el alumno más brillante de la clase terminó de leer su historía que decía:
El otro día mientras sacaba mi dragon a tomar un paseo por el parque, me senté en la misma banca de siempre sobre el nombre labrado en la madera  de una pareja de casados que supuestamente se iban a "amar por siempre." Mientras descansaba, escuché el llanto de un bebé abajo de la banca, así que me doblé, cogí al infante entre mis brazos y descubrí que estaba sosteniendo una nota que decía "Hay algo adentro de mí" al leer esto, sin dudarlo ni un momento, saqué mi navaja suiza, le abri el estomago al bebé con una fina incisión, y para mi sorpresa, dentro de su estomago, bañado en una piscina de chocolate digerido encontré el boleto de lotería ganador de la semana pasada; acto seguido agarré mi dragón y salí corriendo del parque para ir a cobrar mi premio.
Fin
Todos se quedaron viéndolo como si él estuviera loco.

Fin. 

728 - El secreto del demonio.

Sir Helder Amos | jueves, febrero 13, 2014 |
- ¿Y entonces? ¿No me vas a decir tu nombre? - le preguntó el hombre en su lecho de muerte.
- No - respondió el demonio.
- ¿Ni siquiera ahorita que estoy muriendo?
- No.
- No puedo creer que a pesar de todos los años que llevamos juntos y  todos las experiencias que hemos vivido todavía no confíes lo suficiente en mi para decirme tu nombre.
- No, insistas, no te lo diré - refunfuño el demonio - y terminate de morir que tengo años queriendo devorar tu alma.

Fin.

727 - Memoria selectiva.

Sir Helder Amos | martes, febrero 04, 2014 |
- Lo extraño.
- ¡¿Qué?! ¡¿Estás loca?! ¿Cómo vas a extrañar al perro ese?
- Si, es que él era muy lindo conmigo, él siempre me traía flores y chocolates...
- ¡Cada vez que  que te montaba los cuernos!
- ... Me invitaba a cenar...
- ¡Y coqueteaba con la mesera!
- ... Me abrazaba fuerte y besaba tan bien.
- ¡Te abrazaba tan fuerte como te gritaba y te degradaba en frente de sus amigos!
- ¡Ay! ¡Es que tú solo te acuerdas de lo malo!
- ¡¡¡Y tú de lo bueno!!!

Fin.

726 - La casa vacía.

Sir Helder Amos | sábado, febrero 01, 2014 |
A pesar de que los de la mudanza se habían llevado todo; cuando regresó a su antigua casa para verificar que estuviera lista para la venta, se encontró con que esta todavía estaba llena de recuerdos.

Fin. 

725 - El árbol de la reconciliación.

Sir Helder Amos | viernes, enero 31, 2014 |
Cada vez que peliaban, la pareja que tenía más de veinte años de casados, tomaba una caminata por el parque donde una vez, cuando eran jóvenes, labraron sus iniciales dentro de un corazón en la corteza de un árbol, y al caminar junto al árbol y ver que sus iniciales seguían allí, grabadas en la corteza, recordaban todos los momentos felices que habían vivido juntos y se reconciliaban. 

Fin

724 - Vudú

Sir Helder Amos | martes, enero 21, 2014 |
- ¿Estas segura de que le dolerá? - le preguntó la ex-novia a la bruja.
- Totalmente segura, querida, toma - le respondió ésta,  dándole un puñado de agujas - desahogate y hazlo pagar por lo que te hizo.

Fin.

723 - El necrófilo afortunado.

Sir Helder Amos | miércoles, enero 15, 2014 |
Cuando le contó su más secreto y obscuro fetiche a su prometida, supo que había escogido a la mujer perfecta para casarse, porque ante tal confesión, ella le respondió con una sonrisa en la cara que no le importaba porque ella estaba dispuesta a morir por él, de todas maneras.

Fin.

722 - El llamado del más allá.

Sir Helder Amos | domingo, enero 12, 2014 |
A pesar de que no podía ver nada, escuché una voz llamando mi nombre en la oscuridad, y sin saber de donde provenía, decidí seguirla sin importarme hacía donde me llevaría, porque seguirla era mejor que merodear sin rumbo en la oscuridad.

Fin. 

721 - Parte de crecer.

Sir Helder Amos | jueves, enero 09, 2014 |
- Apagas la luz al salir -  le dijo el niño a su padre.
-¿En serio? ¿Estás seguro?
- Sip - respondió el niño.
- Pero ¿y los monstruos? ¿No vendrán a atacarte si duernes con la luz apagada?
- Nop, ayer descubrí que yo soy más fuertes que ellos.
- ¿Ah sí? ¿Y cómo lo descubriste?
- Ayer entré al armario y le di una paliza al mosntruo que había en encerrado adentro, si pude con él, sé que también puedo con cualquier otro monstruo que venga a atacarme.
- Esta bien, entonces te apago la luz al salir.

Fin.

720 - La fábula del conejo.

Sir Helder Amos | viernes, enero 03, 2014 |
Cuando el conejo y la tortuga regresaban a casa, cansados y hambrientos por la carrera que habían tenido,  vieron a lo lejos una granja que cultivaba frutas y hortalizas.

A lo que pasaron junto a la granja, el Conejo notó que las zanahorias que estaban plantadas en la granja estaban listas para ser comidas y le dijo a la tortuga:

- Oye, toruga, ¿qué dices si nos saltamos la valla de la granja y tomamos un par de esas zanahorias para reponer las fuerzas que perdimos en la carrera?

- ¡¿Estás loco, conejo?! - le respondió la tortuga exaltada - ¡eso es robar!

- Si, pero solo serán un par de zanahorias, el dueño de la granja nunca lo notará, así que, ¿qué dices? ¿Lo hacemos?

- ¡No! - respondió instántaneamente la tortuga -  Yo no lo haré, ve tú, conejo, si quieres; pero no me metas en tus fechorías.

- Está bien - dijo el conejo - pero no te traeré una zanahoría, y luego no me vayas a estar pidiendo ni un mordisquito de la mía.

Y así la tortuga vió como el conejo se acercó a la valla, tomó impulso y dando un gran salto con sus dos patas traseras voló por encima de la valla; aterrizó al otro lado dentro de la granja y con mucho sigilo se acercó a donde estaban las zanahorias; pero cuando tomó una zanahoria por las hojas que sobresalían en la superficie para jalarla fuera de la tierra, ¡PUM! la cabeza del conejo voló el mil pedazos.

- ¡TE ATRAPÉ CON LAS MANOS EN LA MASA, CONEJO LADRÓN!  - Escuchó la tortuga gritar al humano que se acercaba corriendo al cuerpo del conejo que yacía inerte sobre la tierra; y al ver esto la tortuga se fue lo más rápido que pudo a su casa y ahora le cuenta la historía del conejo ladrón a todos los animales del bosque para que aprendan que robar es malo y que no deberían hacerlo.

Fin.