Cansado de todo eso, decidió empezar una estricta dieta en la cual la última comida la hacía a las seis de la tarde, de tal manera que, por las noches, mientras pasaba sus acostumbradas horas dando vueltas en la cama, en vez de pensar sobre el significado de la vida, pensaba en lo que iba a desayunar al día siguiente y, desde entonces, fue muy feliz en su ignorancia y hambruna.
Fin.
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