181 - Narciso.

Sir Helder Amos | jueves, junio 30, 2011 |


Salía a trotar semi-desnudo y hacía que todas las chicas y algunos chicos se detuvieran en seco, deslumbrándolos con  sus abdominales y atemorizándolos con sus cálidos "Hola".

FIN.

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180 - Código de Barra.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 29, 2011 |


En la sabana, los leones identifican cual es la mejor cebra para cenar, leyendo las especificaciones que estas tienen grabadas en su piel.

FIN.

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179 - Voulez-vous coucher avec moi ce soir?

Sir Helder Amos | martes, junio 28, 2011 |


Seguía repitiendo una puta desesperada a todos los hombres que caminaban bajo la Torre Eiffiel.

FIN.

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178 - Lenguaje extraño.

Sir Helder Amos | lunes, junio 27, 2011 |


Y cuando hablan, no se les entiende nada más que:
- Blarghlargharghlagrh.

FIN.

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177 - Venganza drástica.

Sir Helder Amos | domingo, junio 26, 2011 |


Al ver que no tenía escapatoria, Caperucita se comió la manzana envenenada que llevaba en su cesto, causando su muerte inmediata y cuando el lobo se la comió, él también murió envenenado.

FIN.

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176 - Eutanasia.

Sir Helder Amos | sábado, junio 25, 2011 |


Tan enferma estaba su abuelita, que en el cesto que Caperucita le llevaba, en vez haber comidas y bebidas para que se mejorara, solo había una Manzana Envenenada.

FIN.

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175 - El sentido de la vida.

Sir Helder Amos | viernes, junio 24, 2011 |


Estaba parado, desnudo, frente a un espejo, con un revolver en su mano apuntando a su cabeza, lagrimas de tristeza desbordaban sus ojos, pero a pesar de que quería acabar con su sufrimiento de una vez por todas, sus dedos no tenían la fuerza suficiente para apretar el gatillo, tenia el presentimiento de que había venido al mundo para cumplir una misión, no sabía cual, pero sabía que no era así como todo debería acabar.

FIN

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174 - El fantasma.

Sir Helder Amos | jueves, junio 23, 2011 |


Se asustó al pasar frente al espejo, ¡había visto a un fantasma! y al darse la vuelta para escapar de esa casa embrujada, vio su cuerpo sin vida reposando sobre el sofá. 

FIN.

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173 - La propuesta.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 22, 2011 |


Mirándola a los ojos, se arrodilló, se sacó las manos de sus bolsillos, las alzó en el aire y le dijo "Te Amo".
Ella volteó la mirada, buscó la llave que desencadenaría a su amor prohibido y la tiró en el estanque de los cocodrilos, sabía que si lo liberaba, más nunca volvería a ver a su esclavo y amante preferido.

FIN.

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172 - El Elefante Rosado.

Sir Helder Amos | martes, junio 21, 2011 |


Seguí al Elefante Rosado porque me llevaría a donde estaban los dulces, luego de tres días de caminar, llegamos a un claro donde habían puros elefantes de chocolate, de caramelo, de arequipe y de todos los sabores que uno pudiera imaginarse, y yo estaba tan hambriento que, literalmente, me comí a un Elefante.

FIN.

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171 - El respiradero irónico.

Sir Helder Amos | lunes, junio 20, 2011 |


Casi asfixiada, la foca, decidió abrir un agujero en el hielo para poder respirar, pero al tomar la gran bocanada de aire que le salvaría la vida, un arpón atravesó su cabeza y se convirtió en la cena de un esquimal famélico.

FIN.

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170 - (Día del Padre)²

Sir Helder Amos | domingo, junio 19, 2011 |


Me desperté temprano, hice el desayuno y se lo llevé a mis dos padres a la cama para celebrar su día. Qué afortunado era de tener, no uno, si no dos padres que me amaban y cuidaban de mi todos los días.

FIN.

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169 - La barquilla.

Sir Helder Amos | sábado, junio 18, 2011 |


Estaba preocupada por el calor que hacía, si seguía sudando así, estaría muerta antes del almuerzo.

FIN.

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168 - La siesta más larga.

Sir Helder Amos | viernes, junio 17, 2011 |


A mitad de la tarde, se acostó a dormir a la misma hora de siempre, pero esta vez, no despertó a las dos horas como de costumbre, ni a las cuatro, ni a las seis, ni a las ocho, ni a las dieciséis horas después,  porque había muerto, y a pesar de todo, seguía soñando como si algún día fuera a despertar.

FIN.

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167 - En una servilleta.

Sir Helder Amos | jueves, junio 16, 2011 |


Se encontraron los restos de su enfermedad y de sus deseos de estar siempre delgada.

FIN.

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166 - A la cuarta taza de café.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 15, 2011 |


Todos los días llegaba el escritor a mi taberna, se sentaba en una mesa junto a la ventana, sacaba su pequeña libreta y me pedía una taza de café, luego otra y otra hasta que le servía la cuarta taza de café, y era allí cuando empezaba a escribir.
- ¿Nunca has pensado publicar tu trabajo? - Le pregunté un día.
- Todavía no estoy listo - Me respondió con una sonrisa - Todos los días vengo aquí a tomar café y a escribir, pero la inspiración no me llega hasta...
-  Hasta la cuarta taza de café - Lo interrumpí.
- ¡Exacto! así que el día que mi inspiración llegue a la primera taza de café...
- Será el día que sabrás que tu trabajo vale la pena de ser publicado - le volví a interrumpir y le serví su primera taza de café.
- Exacto - Repitió.
Me dí la vuelta, volví a la barra y luego me percaté de que el escritor estaba escribiendo fervientemente en su pequeña libreta y antes de que le sirviera su segunda taza de café, se levantó, se fue y más nunca lo volví a ver en mi taberna.

FIN.

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165 - La cocinera.

Sir Helder Amos | martes, junio 14, 2011 |


Aderezaba todos los platillos que preparaba con lagrimas de tristeza, porque de regreso, en su casa, sus niños pasaban hambre y no tenía ni un rábano que cocinarles.

FIN.

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164 - Libro en blanco.

Sir Helder Amos | lunes, junio 13, 2011 |


Llevaba a todas partes un libro en blanco en la mano, quienes lo veían lo catalogaban como una persona inteligente y culta; quienes lo conocían, sabían que él, solo vivía de las apariencias.

FIN.

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163 - El culto oculto.

Sir Helder Amos | domingo, junio 12, 2011 |


Al final del desolado callejón,  un Fraile tocaba una puerta camuflada entre la oscuridad.
- ¿Contraseña? - dijo una voz desde adentro.
- "El gran señor caerá en la doceava noche" -  Respondió el Fraile con un susurro, la puerta se abrió rápidamente para que  él entrara -  Tengo malas noticias - se le escucho decir antes de que se cerrara la puerta y el silencio invadiera nuevamente el desolado y oscuro callejón.

FIN.

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162 - La Gallina (Secuela).

Sir Helder Amos | domingo, junio 12, 2011 |


Decidida a cruzar la calle para huir de sus problemas, no se percató que a mitad de camino la esperaba un viejo amigo, alto, encapuchado y con una guadaña en la mano; y a pesar que no logró cruzar la calle, su amigo la llevó al otro lado.

FIN.

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161 - La Gallina Cobarde.

Sir Helder Amos | domingo, junio 12, 2011 |


Cansada de que la llamaran cobarde, la gallina recogió sus cosas y huyó del granero, era tiempo de cruzar la calle.

FIN.

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160 - Arcos dorados.

Sir Helder Amos | jueves, junio 09, 2011 |


La emoción que siente un niño al entrar en los arcos dorados, solo se puede comparar con la de un adulto al recibir un aumento de salario.

FIN.

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159 - Perfume de azufre.

Sir Helder Amos | miércoles, junio 08, 2011 |


El aroma que destilaba su cuerpo hacía temblar desde el más puro de los santos hasta el más malvado de los demonios.

FIN.

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158 - La ratonera.

Sir Helder Amos | martes, junio 07, 2011 |


Todos los días mi gato salía muy temprano en la mañana y regresaba tarde en la noche, nunca me había preocupado porque siempre volvía y me mantenía libre de ratones, pero hace días que no lo veo y he encontrado un ratón en la ratonera.

FIN.

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157 - Soluciones drásticas.

Sir Helder Amos | lunes, junio 06, 2011 |


- Busca un láser y una escopeta, con eso bastará.
- ¿Y qué hago con todo este cianuro?
- Guárdalo, quizás algún día lo necesites, o tengas que usarlo si nos descubren.

FIN.

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156 - Latidos.

Sir Helder Amos | domingo, junio 05, 2011 |


Se puso la mano sobre el pecho para comprobar que todavía estaba vivo.

FIN.

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155 - Personalidades múltiples.

Sir Helder Amos | domingo, junio 05, 2011 |


Cambiaba de personalidad dependiendo de su cabello, si lo llevaba peinado y arreglado podía ser más bueno que un ángel, pero si lo llevaba revuelto y despeinado hasta el diablo temía de él.

FIN.

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154 - R.I.P.

Sir Helder Amos | viernes, junio 03, 2011 |


Esta es la historia de un niño latino que siempre se quiso mudar al norte, hablaba inglés perfectamente, festejaba sus días feriados y hasta conocía más del Norte que de su tierra natal; el niño creció, se hizo adulto y trabajó duro para cumplir su sueño;  el día que finalmente partiría al norte, el avión donde viajaba explotó y por haber muerto en tierras americanas, fue enterrado en un cementerio local y su alma pudo descansar en paz, porque su lapida en vez de decir "Descansa en paz" decía "Rest In Peace" así que descansaría por siempre en su verdadera tierra y con su verdadera cultura.

FIN.

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