- Amor, ¿te acuerdas de Jeremy?
- ¿Jeremy?
- Sí, mi mejor alumno de la clase de literatura del 2006.
- ¿El qué quería ser escritor?
- ¡Sí!
- ¿Qué pasó con él? ¿Logró publicar su obra?
- No, se murió, lo encontraron muerto en su apartamento.
- ¡Qué lastima! ¿Y su obra? ¿Cómo era que se llamaba? De la que él siempre hablaba.
- La torre de babel.
- Sí, esa, ¿logró publicarla?
- No.
- ¡Qué lastima! ¿Logró siquiera comenzarla? - preguntó la mujer -. Recuerdo que él siempre hablaba de su obra y lo grandiosa que sería cuando estuviera lista; pero que no había podido comenzar a escribirla porque todavía la estaba preparando y planificando en su mente.
- No, creo que no, bueno, nunca me envió nada.
- ¡Qué lastima! Porque por lo que decía de ella sonaba interesante.
- Sí; pero bueno... ¿Qué estás preparando para la cena?
...
Fin.