904 - El pacto de amor.

Cuando descubrieron que iban a ser padres, la pareja de recien casados, quienes estaban muy enamorados, decidieron llamar al pequeño con un nombre muy especial, que ellos mismos habían inventado, como representación del pacto de amor que se habian jurado desde el primer día que se conocieron.

Ocho meses después del nacimiento del pequeño, por los diferentes giros que da la vida, el hombre llamó a su mujer a la cocina del pequeño apartamento que habían comprado y le dijo, muy tristemente, que el amor se había acabado, que ya no la amaba, que quería divorciarse.

La mujer palideció al escuchar estas palabras y, rompiendo en llanto, salió corriendo de la cocina, subió las escaleras y entró a la habitación del bebé cerrando la puerta tras de si.

El hombre la siguió y al no poder entrar a la habitación, empezó a golpear la puerta y a  arremeter contra ella para tumbarla. Dentro, la mujer se acercó a la cuna y agarrando, entre sus manos, una pequeñita almohada celeste, la  presionó fuertemente contra la cara del bebé.

Cuando el hombre, finalmente, pudo entrar en la habitación, le pegó un empujón  tan fuerte a su esposa que la tiró al suelo y le gritó:

- ¿QUÉ ESTAS HACIENDO? - mientras tomaba al bebé entre sus brazos, pero ya era demasiado tarde -. ¡MIRA LO QUE HICISTE! ¡MATASTE A NUESTRO PEQUEÑO! - le gritó el hombre, rojo de ira, mientras agitaba el cuerpo sin vida del bebé en el aire, frente a la cara de su mujer.
 
- El pacto está roto - dijo la mujer muy lenta y friamente  desde el piso -. Tú lo rompiste. No merecia vivir - y levantándose muy agilmente, salió corriendo de la habitación y más nunca fue vista por nadie.

Fin.

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