773 - Besos adictivos.

Sir Helder Amos | domingo, septiembre 28, 2014 |
Para que su esposo ex-alcohólico no la dejara nunca, siempre, antes de besarlo, ella se tomaba, a escondidas, un trago de whiskey.

Fin.
Para que su esposo, un alcohólico rehabilitado, no se apartara nunca de su lado; siempre se tomaba un trago de whiskey, a escondidas, antes de besarlo.

772 - El chico de bilis negra.

Sir Helder Amos | sábado, septiembre 27, 2014 |
Entre suspiros, el chico de bilis negra, pasaba los días sentado al lado de su ventana, mirando, sin mirar, los coches y personas pasar. Nunca decía una palabra, y si alguien le preguntaba qué le pasaba, él sólo se limitaba a soltar un suspiro y negar con la cabeza o con un ademán de la mano.

Muchos han dicho que lo han visto sonreír en días grises y lluviosos; pero eso es algo muy díficil de creer, porque con tan solo verlo allí sentado, hace que hasta las bilis más amarillas y radiantes se tornen grisaseas y oscuras.

Fin. 

771 - Viejas hipócritas.

Sir Helder Amos | domingo, septiembre 21, 2014 |
Después de darle el pésame, llorando,  a la pobre vecina quien había perdido a su hijo menor porque se había suicidado, las cuatro viejas de la cuadra, se limpiaron las lágrimas y se reunieron a tomar café y a conversar en un rincón de la capilla velatoria.

Vieja No. 1: Yo escuché que el muchacho se suicidó porque su novia lo había dejado.
Vieja No. 2: ¿En serio? Yo escuché lo contrario, que se había matado porque la había embarazado.
Vieja No. 3: ¡Ustedes si inventan! A mi me dijo alguien muy cercano a la familia que el joven se suicidó porque era gay.
Vieja No. 4: No, están equivocadas, el muchacho no se suicidó, se murió de sobredosis, era drogadicto.

Y así pasaron las cuatro viejas toda la tarde en el velorio, chismeando e inventando hipotesis sobre el suicidio del muchacho sin ni siquiera acercarse a la realidad.

Fin.

770 - Apellidos poderosos.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 15, 2014 |
- ... ¿Será todo? - le preguntó la cajera.
- Si.
- Bueno, me da su nombre para emitirle la factura, por favor.
- John Rockefeller.
- Ah, ¿cómo el queso? - bromeó la cajera con una sonrisa en los labios.
- No - respondió John con un tono hastiado - el queso es roquefort, yo soy Rockefeller, y usted, señorita, está despedida.
- ¿Cómo dice? - se extrañó la cajera.
- ¡Qué está despedida!

Y con tan solo hacerle una señal a su asistente, éste ordeno todo el papeleo y en menos de cinco minutos, John había comprado el local y despedido a la pobre cajera.

Fin.

769 - El egoísta - Amor superficial.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 12, 2014 |
- ¡Oye! ¡¿Qué haces?! - replicó la rosa más bonita del parque cuando el egoísta se acerco para arrancarla.
- ¿No ves? - respondió el egoísta - te voy a arrancar para llevarte a mi casa. 
- ¿Por qué? - preguntó la rosa - ¿No has notado que yo soy la rosa más bonita del parque? Si me arrancas y me llevas a tu casa, nadie más podrá deleitarse con mi belleza. 
- Si, y es por eso que te voy a arrancar, para que seas toda mía y sólo yo pueda deleitarme con tu belleza sin tener que compartirte con nadie más. 

Y así lo hizo; pero un par de días después, la rosa se marchitó y el egoísta fue de nuevo al parque a buscar la rosa más bonita para hacerla suya y solamente suya. 

Fin. 

768 - El poder de los tacones.

Sir Helder Amos | viernes, septiembre 05, 2014 |
Cuando la abogada llegaba a los tribunales con sus zapatillas bajitas, todos allí la ignoraban y ni siquiera la saludaban; pero cuando llegaba entaconada y haciendo toc, toc, toc con cada paso que daba, todos, en los tribunales, se detenían un momento para saludarla y ayudarla a resolver los casos que ella llevaba.

Fin.

767 - El niño más valiente.

Sir Helder Amos | lunes, septiembre 01, 2014 |
En un reino donde solo habían dos niños, uno que era muy miedoso y otro que no le tenía miedo a nada, decidieron hacer una competencia para ver quién era el niño más valiente.

Luego de que la competencia hubiera terminado y ambos niños hubieran luchado con dragones, nadado en un pozo con cocodrilos y escalado árboles tan altos que llegaban al cielo; el jurado decidió que el niño más valiente del pueblo no era aquel niño que no le tenía miedo a nada, quien había llegado de primero y había realizado todos los retos en un abrir y cerrar de ojos, si no que el ganador era el niño que, al contrario, era muy miedoso y que había llegado de último; porque a pesar de que le tenía miedo a los dragones, al agua, a las alturas y muchas cosas más, él había enfrentado sus miedos y había terminado todos los retos sin dejar que estos lo detuvieran, y eso es lo que significa ser valiente, enfrentarse a nuestros miedos sin dejar que estos nos detengan.

Fin.