Miles de personas pasaron ese día por la misma calle, de las cuales solo unos cientos de ellas vieron el centavo boca arriba tirado en el suelo; pero ninguna de ellas tuvo la molestia de detenerse a recogerlo por falta de tiempo, pereza o solo porque hoy en día un centavo no vale nada.
El día siguiente, el joven al caminar por la misma calle, se encontró un centavo boca arriba tirado en el suelo y muy emocionado, lo recogió y se lo guardó en el bolsillo sin poder creer lo afortunado que era por haberse encontrado un centavo de la suerte en los tiempos tan difíciles en los que estamos viviendo.
Fin.
Comparte este Post: