470 - Encuentro cercano.

Desde el otro lado del bar, la viuda del pueblo, divisó a su próxima víctima: Un hombre de belleza inimaginable, de tez blanca un poco bronceada por el sol, con cabellos cenizos, ojos azules como el mar y una sonrisa que podía cautivar hasta a la misma Virgen María.

La viuda, hambrienta, se acercó a él, y tras varias cervezas y una charla amena, logró llevárselo para su casa.

Al llegar, se fueron directamente a la habitación de la viuda, donde empezaron a besarse y a tocarse apasionadamente, la viuda no podía creer que iba a tener a semejante hombre, aunque fuera solo por una noche.

Después de varios minutos besándose, la viuda sintió como un líquido pastoso bajaba por su garganta y de un empujón alejó al hombre de ella, para ver horrorizada como este estaba vomitando un líquido marrón viscoso, y que por sus fosas nasales, en cambio, le salían chorros y chorros de un liquido naranja claro, mientras que sus ojos emitían una luz muy brillante que aumentaba con cada segundo que pasaba.

La viuda no podía creer lo que estaba presenciando y antes de poder huir, quedó cegada por aquella brillante luz proveniente del hombre en frente de ella, perdiendo el conocimiento.

Al despertar en su cama, la viuda creyó, aliviada, que todo había sido una horrible pesadilla, pero al levantarse, sintió como sus píes pisaban aquella asquerosa sustancia marrón viscosa que había salido de la boca de aquel hombre y antes de volver a desmayarse, vio como en el alféizar de la ventana habían marcas de lo que parecían unas gigantescas garras.

Fin.

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