Rodolfo: ¡Mira, Antonieta, una estrella fugaz! ¡Pide un deseo! ¡Rápido!
Antonieta: Yo no creo en esas cosas, Rodolfo.
Rodolfo: (Deseo que Antonieta se enamore de mi y que me ame tanto como yo la amo a ella)
Antonieta: Esas son cosas de niños.
Rodolfo: ¡Listo! Ya pedí mi deseo.
Antonieta: ¿Qué pediste?
Rodolfo: Es un secreto, si te lo digo, después no se hace realidad.
Antonieta: ¡Qué tonto eres, Rodolfo!
Más tarde esa misma noche:
Antonieta: (No me había dado cuenta de lo bonito que se ve Rodolfo a la luz de la luna, ni de lo linda que es su sonrisa, ¿Qué esto que estoy sintiendo en mi estómago? ¿Mariposas? ¿Podría ser...?)
Fin.
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