Hasta que un día, una damisela descuidada, que se había perdido en el bosque de regreso a casa, se encontró con el corazón salvaje de la princesa y, con todo el cariño, amor y delicadeza que solo una mujer le podría brindar, logró domarlo y, al regresar al pueblo, con el corazón bajo su dominio, la princesa se enamoró perdidamente de ella y pronto el pueblo fue dirigido por dos bellas e inteligentes reinas; sin embargo, cuando los pueblerinos escucharon la noticia, tomaron el castillo y quemaron en la hoguera a sus soberanas por razones que ellos no podían entender ni aceptar.
Fin.
Si te gustó este Microcuento, compártelo en tus redes sociales y suscríbete a mi Lista de Correos para recibir nuevos Microcuentos directamente en tu correo electrónico.
Twitter: @365Microcuentos
Comparte este Post: