- ¡Epale George!
- ¡Hola!
- ¿Cómo estás?
- Bien, bien, ¿tú?
- Excelente, veo que estas sonriendo, me gusta ver que estás un poco feliz, tu sabes por todo eso de tu enfermedad y la cosa, pensé que más nunca volvería a verte sonreír y a estar feliz de nuevo.
- Gracias, amigo, y ¿Sabes una cosa? Te prometo que más nunca me verás triste ni mucho menos deprimido.
- ¡Qué bueno! Me alegra mucho que estés tan positivo, más te vale que cumplas y que mantengas tu promesa ¿Eh?
- Claro, tu sabes que yo soy un hombre de palabra; ¡Pero mira la hora! Discúlpame, pero tengo que correr, tengo una cosa importantísima de hacer.
- Vale, George, no te quito más tiempo, en serio me gustó verte mejor.
- ¡Gracias! Chao.
Me alegra mucho que George esté mejorando, todavía no entiendo porque los hombres buenos e inteligentes como él tienen que sufrir tanto en esta vida.
***
No puedo creer que George esté muerto, ¡Si yo lo vi tan bien ayer! ¿Será que la cosa tan importante que tenía que hacer era eso? ¿Como no pude prever que era eso lo que iba a hacer? ¡Es que se veía tan bien, carajo!
FIN.
Si te gustó este Microcuento, compártelo en tus redes sociales y suscríbete a mi Lista de Correos para recibir nuevos Microcuentos directamente en tu correo electrónico.
Twitter: @365Microcuentos
Comparte este Post: