234 - La mancha.




Desde mi trono, observaba como mi querida sirvienta Anita limpiaba el piso de mi habitación,ya tenía más de veinte minutos enfocada en una sola loza de cerámica cuando le pregunte:

- Anita, querida,  ¿Por qué sigues enfrascada en una sola loza de cerámica cuando todavía te falta media habitación por limpiar?


- Es que esta loza, su majestad, tiene una mancha - respondió Anita con voz calmada pero con un leve tic en su ojo izquierdo y volviéndose para retomar su faena murmuró para sí misma - una mancha, una mancha...

Sin decir más, abandoné mis aposentos para ir a tomar el té y cuando regresé, ni la mancha ni Anita estaban en la habitación.

FIN.

Si te gustó este Microcuento, compártelo en tus redes sociales y suscríbete a mi Lista de Correos para recibir nuevos Microcuentos directamente en tu correo electrónico. 


Twitter: @365Microcuentos


www.365Microcuentos.com




Comparte este Post: