Pero después de un par de semanas viviendo tranquilamente entre las monjitas, en la primera luna llena que apareció desde su llegada, las religiosas lo agarraron y lo llevaron frente al altar, donde lo alimentaron y lo acariciaron hasta que el reloj marcó las doce. Luego, instantáneamente, como si una entidad hubiera poseído a las delicadas monjitas, todas empezaron a rezar a gritos, sacaron sus pesadas biblias y comenzaron a golpear frenéticamente al desafortunado gato negro, matándolo una y otra vez hasta dejarlo sin sus nueve vidas.
Fin.
Para mantenerte al día con todos los microrrelatos nuevos, tips de escritura, datos, contenido extra y mucho más, sígueme en:
Google Play Store: 365 Microcuentos
Twitter: @365Microcuentos
Facebook: @365Microcuentos
Instagram:@365Microcuentos
Comparte este Post: