Sin embargo, cuando salió de la habitación, palideció y su pensamiento cambió drásticamente al encontrarse en lo que una vez fue la sala de su casa y que ahora se había convertido en una piscina de sangre, donde yacían los cuerpos de su esposa, sus hijos y sus dos gatos completamente desmembrados.
Fin.
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Una verdadera maldición sin duda. Eso sí, en el mundo real, hay más de un hombre lobo que no recuerda o finge no recordad nada sobre sus víctimas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y lo peor es que siempre son así, no solo en las noche de luna llena.
EliminarGracias por comentar, saludos :)