Sin embargo, en los alrededores del bosque donde vivía el ogro, había una pequeña aldea que no sabía de la existencia del ogro, hasta que un día un cazador perdido se encontró con el pantano y hogar del ogro mientras deambulaba buscando su camino de regreso.
De tal forma, cuando el cazador volvió a la aldea y les contó a todos lo que había encontrado en el bosque, todos los hombres se alertaron y, para proteger a sus mujeres y niños del ataque del pacífico ogro que nunca antes los había molestado, decidieron matarlo. Así que fueron por él con antorchas, pistolas, palas y picos.
Cuando llegaron al pantano, el ogro se estaba bañando en un charco de lodo y, al ver a todos los hombres aproximarse, trató de esconderse para que nadie lo viera y lo dejaran en paz. Pero al verlo correr, los hombres pensando que el ogro les temía y que quería escapar, así que empezaron a atacarlo con todas sus armas despiadadamente.
Y, aunque las balas no podían penetrar la gruesa piel del ogro y todos los ataques que le propiciaron a duras penas le hacía cosquillas, el ogro al sentirse atacado perdió los estribos y, perdiendo la paz interna que lo caracterizaba, se lanzó contra los hombres e hizo una masacre, matándolos a mordiscos, patadas y golpes, desmembrándolos con sus fuertes brazos, sacándole sus ojos, tumbándole los dientes y hasta comiendo sus intestinos hasta que no quedó ni uno solo vivo.
Desde entonces, a pesar de lo pacífico que era el ogro, ahora es conocido como el terrible ogro del bosque, aunque siga viviendo pacíficamente en su pantano sin molestar a nadie.
Fin.
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