A su edad, sólo se limitaba a echarse frente a la ventana y ver como el cartero dejaba el correo y se marchaba sonriente.
FIN.
Si te gustó este Microcuento, compártelo en tus redes sociales y suscríbete a mi Lista de Correos para recibir nuevos Microcuentos directamente en tu correo electrónico.
Twitter: @365Microcuentos
Comparte este Post: