Anonadado por la belleza del animal, se preguntó por qué, en la actualidad, los cisnes negros son utilizados para representar locura y manía si, en realidad, son aves tan lindas que harían sonreír a cualquiera que posara sus ojos sobre ellas.
Sin embargo, el cisne negro, al ver que el joven sonreía y lo miraba fijamente, se le acercó nadando muy lentamente y, cuando estuvo lo suficientemente cerca, pegó un graznido y le picó ambos ojos, transformando su sonrisa y felicidad en llanto y sufrimiento.
Después de dejarlo ciego para siempre, el imponente cisne desplegó sus esplendorosas alas tan negras como la noche y se fue volando, surcando el brillante cielo azul como si fuera una sombra pasajera.
Fin.
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