Sin embargo, controlando su ira, llamó inmediatamente a sus pandilleros y, al confirmar sus terribles sospechas de que ellos también habían recibido lo mismo, se montó en su triciclo, tras organizar su vendetta, y se encaminó al Polo Norte con su tropel.
- ¡Ese gordinflón nos la va a pagar! ¡No sabe con quién se ha metido! -le anunció a su pandilla, pedaleando enfurecidamente-. ¡Vamos a quemar su casa y su fábrica con el mismo carbón que nos ha traído este año!
Fin.
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