Un día, a pesar de todas las advertencias que le hicieron, el delfín se acercó a la banda de tiburones malos para preguntarles si podía unirse a ellos; sin embargo, para su sorpresa y decepción, cuando les habló, los tiburones lo recibieron con una calurosa bienvenida y grandes (aterradoras) sonrisas (debido a la gran cantidad de dientes que tenían).
A medida que los fue conociendo, el delfín descubrió que los tiburones eran muy amigables y cordiales entre ellos y que todo el mundo los juzgaba mal porque eran maquinas asesinas, sin pensar que ellos solo mataban para poder subsistir.
Pronto, para probar el nivel de maldad de sus nuevos amigos, el delfín les jugó una broma pesada, y los tiburones se sintieron tan indignados por la falta de respeto y de cordialidad del delfín que le demostraron toda su maldad matándolo y devorándoselo en un par de segundos.
Fin.
Comparte este Post: