322 - Pecados Capitales: Envidia.




Mientras ayudaba a vestir a su Madrastra, le pasaba los vestidos con amargura disimulada y con aquella mirada sombría, deseando ser ella la que estuviera allí parada, esperando que el arsénico hiciera pronto su trabajo para quedarse ella con todo y  finalmente convertirse en la nueva Matrona.

FIN.

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