Fin.
Epílogo: Después de ganar el premio, el psicólogo, agradecido con su secretaria por lo que había hecho, dejó su carrera al lado para convertirse en artista, pero no pudo crear más arte, porque descubrió que solo podía dibujar cuando tenía un paciente en frente contándole sus problemas; sin embargo, cuando regresó a su consultorio, su secretaria le informó que ningún paciente quería ser atendido por él, porque sabían que él no los escucharía y, en cambio, se pondría a dibujar, aburrido, mientras ellos le contaban sus problemas.
Fin, fin.
Re-Epílogo: Enojado, culpando a su secretaria por todo lo que había sucedido, la despidió y le gritó que no la quería ver más nunca en su vida.
Re-Fin, fin.
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