En su fiesta de 30 años, antes de soplar las velitas del pastel, cerró los ojos fuertemente y deseó: "Quiero un novio, pero no uno cualquiera, sino un novio alto, guapo, de cabellos oscuros, piel blanca, manos grandes, ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... de buena familia, trabajador, honesto, ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... que me ame por siempre y que quiera casarse lo antes posible, porque ya tengo 30 y me estoy convirtiendo en la tía solterona."
Y para cuando abrió los ojos, descubrió, sorprendida, que todas velitas se habían consumido y que los invitados se habían ido.
Fin.
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