Un día, al notar su vejez, la anciana decidió enseñarle a una de las chicas más inteligentes del pueblo todo lo que sabía para que tomara su lugar cuándo muriera; sin embargo, al no estar muy interesada, la chica no entendía nada de lo que le decía su maestra y hacía muchas preguntas estúpidas.
- ¡No entiendo! ¿Cómo esta infusión de camomila puede aliviar el malestar estomacal? -preguntó la chica por quincuagésima vez.
- ¡Con magia, chica, con magia! -le respondió la anciana, perdiendo la paciencia-. Cuando llegue alguien con malestar estomacal tú le das una infusión de camomila y esa persona se curará mágicamente.
La chica, sorprendida por la respuesta, empezó a llorar y, aterrada, salió corriendo de la choza de la anciana mientras gritaba: "¡BRUJA! ¡BRUJA! ¡LA CURANDERA ES BRUJA!". Haciendo que todos en el pueblo se alertaran y, cuando le exigieron una explicación por tal acusación, varias mujeres palidecieron y corroboraron las palabras de la chica, diciendo que la anciana las había curado de su malestar estomacal muy misteriosa y efectivamente utilizando esa poción mágica.
Horrorizados por tener una bruja entre ellos, todo el pueblo se conglomeró frente a la choza de la anciana y tumbaron su puerta a la fuerza, sin dejarla hablar, la tomaron por el pelo, la arrastraron por la calle y la quemaron viva en la plaza central.
Fin.
Comparte este Post: