En ese momento, escuchó a su novio millonario entrar en la habitación y, estirando su mano hacía él, lo llamó:
- ¡Querido! ¿Puedes venir acá un momento?
- ¿Qué pasa, amor?
- Nada, sólo, shhhh, quédate en silencio y párate aquí, junto a mí.
Y cuando el reflejo de su novio apareció junto a ella y la tomó por la cintura, pensó satisfecha: "Perfecto."
Fin.
Comparte este Post: