Un joven triste y deprimido caminaba sin rumbo por la ciudad. Lloraba. Emociones y pensamientos lo atormentaban, así que se detuvo un momento y alzó la vista para observar a la única estrella que brillaba en el cielo aquella noche.
El joven, iluso, pidió un deseo a la primera estrella de la noche.
La estrella, ilusa, pidió un deseo al primer humano que se detuvo a observarla.
FIN.
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