Con ojeras bajo sus ojos, cansancio que dolía como si le estuvieran clavando mil agujas en todo su cuerpo y su mente trabajando más rápido que nunca, se quedó dando vueltas en la cama hasta el amanecer.
FIN.
Si te gustó este Microcuento, compártelo en tus redes sociales y suscríbete a mi Lista de Correos para recibir nuevos Microcuentos directamente en tu correo electrónico.
Twitter: @365Microcuentos
Comparte este Post: