1034 - La tragaperras.

Cuando escuchó el carro de su mujer entrar al estacionamiento de la casa, interrumpió la partida de póker con sus amigos y gritó:

- ¡Llegó la tragaperras! ¡Rápido! ¡Recojan todo! -mientras buscaba, apresurado, el control del televisor y ponía el juego de fútbol.

Consternados y sin tener tiempo para pedir explicaciones, sus amigos recogieron y escondieron todo rápidamente, así que cuando la mujer entró en la casa, los encontró sentados en el sofá viendo el partido y, tras mirarlos perspicazmente, los saludo:

- Hola amor, hola chicos, ¿cómo están? ¿Viendo el juego?
- Sí -respondieron todos al unísono, sin apartar la mirada del televisor.

Sin decir nada más y tras volver a mirarlos viciosamente, la mujer subió las escaleras y se encerró en su recámara.

- ¡¿Qué demonios fue todo eso?! -preguntó uno de los amigos, al escuchar la puerta de la habitación cerrarse.
- ¿La tragaperras? -preguntó otro.
- Disculpen, pero ya saben cómo es mi mujer, si nos hubiera encontrado jugando y hubiera visto todo lo que había ganado, se hubiera empeñado en que, como una tragaperras, gastara en ella hasta el último centavo.

Fin.

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