Cuando llegó corriendo al trabajo, preocupado porque su alarma no había sonado y se había quedado dormido, se consternó mucho al encontrarse con que la oficina estaba cerrada. Pero todas sus dudas se dispersaron cuando, antes de sacar su celular para llamar a su jefe, escuchó las campanas de una iglesia distante y recordó que era domingo, el único día libre que tenía.
Fin.
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