1030 - El fantasma de la abuela

- ¡¿Qué fue eso?! -le pregunté a mi madre, mientras hablaba con ella por teléfono, después de escuchar el estallido de un vidrio al otro lado de la línea-. ¡¿Estás bien?!

- Sí, tranquila, hija, solo fue un vaso que se cayó.

- ¿Y papá? ¿Está bien? ¿No le pasó nada?

- No, tu papá está arriba.

- ¡¿Y a quién se le cayó el vaso?!

- A nadie, querida, no te preocupes, estaba sobre la mesa y se cayó.

- Pero, ¿Cómo, mamá?

- Se cayó solo, querida, tú sabes la condición en la que heredamos esta casa.

- Ay, mamá, ¿Y por qué no la venden? ¿Por qué no se vienen a vivir conmigo? ¿Por qué no hablas con papá y tratas de convencerlo? ¿No les da miedo?

- Sí, mucho, no sabes cuánto quisiera yo mudarme, querida, pero tú conoces a tu padre, él nunca abandonará esta casa mientras que tu abuela siga aquí.

Fin.

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