135 - El tiempo no perdona.



Y al fin, después de cien años, cuando el príncipe que rompería la maldición llegó a la torre donde reposaba la princesa, lo único que encontró fue su esqueleto bajo un velo blanco manchado de sangre y, a su lado, un dragón muerto de hambre.

FIN

Si te gustó este Microcuento, compártelo en tus redes sociales y suscríbete a mi Lista de Correos para recibir nuevos Microcuentos directamente en tu correo electrónico. 


Twitter: @365Microcuentos


www.365Microcuentos.com


Comparte este Post: