1040 - Las amapolas de la Bella Durmiente.

La mañana de su aniversario, cuando su esposo despertó y la vio dormir tan bella y plácidamente, decidió darle una sorpresa y llenó la habitación con cientos, no, con miles de amapolas de todos los colores para que, cuando su querida esposa despertara, se viera rodeada de sus flores favoritas y se sintiera la mujer más feliz del mundo; pero a pesar de la emoción que sentía mientras esperaba que su amada despertara, el hombre se dejó cautivar por el dulce aroma de las amapolas, que era tan fuerte, que hizo que él también se quedara profundamente dormido y fueran felices para siempre.

Fin.

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