Su madre, al ver lo que estaba pasando desde la ventana de la cocina, salió corriendo al jardin y le preguntó a su pequeño, sobresaltada:
- ¿QUÉ HACES? ¿ESTÁS LOCO? ¿POR QUÉ ESTAS HACIENDO ESTO?
- Porqué yo no quiero un Dios que me juzgue y me castigue por mis acciones - le respondió el niño, quien había empezado a llorar - ese Dios me da miedo - continuó diciendo mientras señalaba la montañita de imágenes y biblias que ardían lentamente en el fuego.
La madre, confundida y asustada por las acciones de su pequeño, lo agarró a la fuerza, lo metió en el carro y lo llevó de regreso a la iglesia para que le hicieran un exorcismo.
Fin.
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