- ¿Casado? ¿Yo? - dijo el hombre, escondiendo sus manos debajo del bar y quitándose el anillo - No, no, no, ni en juego, yo estoy solterito - continuó diciendo mientras alzaba las manos y señalaba su dedo anular para que ella viera que no llevaba ningun anillo.
Y después de un par de minutos de plática caliente, ambos, conscientes de lo que iban a hacer, subieron juntos a la habitación.
Fin.
Comparte este Post: