Durante el par de segundos que soltó el volante y descuidó la mirada de la autopista para sacarse el celular del bolsillo, ¡BAAAAAAM!... Nunca supo quien le escribió.
FIN.
Si te gustó este Microcuento, compártelo en tus redes sociales y suscríbete a mi Lista de Correos para recibir nuevos Microcuentos directamente en tu correo electrónico.