Después de alcanzar un tamaño gigantesco, por meterse en un barril de desecho toxicos, lo primero que hizo la no-tan pequeña hormiguita fue dirigirse a la primera ciudad que vio a lo lejos, para aplastar, con su nuevo gigantesco pie, los edificios y casas de los humanos, tal como uno de ellos había hecho con su hormiguero, hace mucho tiempo, en el bosque donde vivía.
Fin.
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