- Déjame adivinar... Te llamas José.
- Sí, señor. ¿Cómo lo sabe?
- Casualmente todos los novios de mi hija se llaman José.
- ¿En serio? -le preguntó el novio a su novia.
- Sí -asintió la chica con un ligero movimiento de cabeza, mientras se ruborizaba y bajaba la mirada.
- Qué curioso... -exclamó el chico, pensativo-. ¿Y usted, señor? ¿Cómo se llama?
- José -respondió, el hombre, con una gran sonrisa.
Fin.
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