"NO ALIMENTE A LOS PATOS."
Un día, justo antes de que cayera el sol, una joven ambientalista que pasó por el lago, vio los patos y se sintió completamente enamorada por ellos e, ignorando el letrero, sacó una rebanada de pan de su lonchera y empezó a alimentarlos.
Cuando los patos vieron a la joven lanzándoles pedacitos de pan, corrieron y volaron hacía ella hasta que la tuvieron en frente, lo que hizo a la chica sonreír.
Ignorando los pedazos de pan, los patos se quedaron viendo fijamente a la chica y, de pronto, de sus picos se desplegaron cientos de colmillos mientras que sus ojos empezaron a tornarse de un rojo color sangre, sus plumas color negro y unas largas y afiladas garras le salieron en sus planas patas.
Al ver esto, la sonrisa se borró de los labios de la joven y le dio paso a un grito de terror, que fue ahogado por los patos al saltar, hambrientos, sobre ella.
La mañana siguiente se encontraron los restos de la joven junto al lago, y todo el mundo que pasó por allí se percató que los patos lucían unos colores más vivos y más brillantes que nunca.
Fin.
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