432 - Un visitante no deseado.

Podía sentirlo venir a medida que mi corazón empezaba a palpitar más rapidamente de lo acostumbrado y en la forma como toda mi energía abandonaba mi cuerpo mientras mis ojos se llenaban de lagrimas preparandose para su llegada.

Y sin poder hacer nada, lo recibía con los brazos abiertos, porque siempre que intentaba esconderme o escaparme, me encontraba y enfandado hacía su visita más prolongada.

Fin.


Comparte este Post: