212 - Desde pequeño, guerrero.




A pesar de que el ataque lo había tomado por sorpresa, rápidamente esquivó la lanza que casi le atraviesa su pecho; y no se había recuperado bien del ataque cuando un gran gancho intento cortarle la cabeza, pero él fue más rápido y se escondió en lo más profundo de su cueva, donde ninguna arma asesina pudo alcanzarlo.

- Lo siento señora, -dijo el doctor mientras se quitaba los ensangrentados guantes- pero el aborto no se pudo llevar a cabo.

FIN.

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