se escurrió dentro de la cocina para una barra de chocolate hurtar,
y cuando el reloj dio las ocho, la hora de dormir, Bobby no quería dormitar.
y cuando el reloj dio las nueve, Bobby se puso a jugar.
y cuando el reloj dio las diez, Bobby se puso a llorar.
y cuando el reloj dio las once, Bobby, la televisión, se puso a mirar,
hasta que finalmente, el reloj dio las doce y Bobby de tanto ajetrear, ya quería descansar.
FIN.
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