1119 - El Pollito Pato.

Cuando los huevos de mamá gallina empollaron, hubo un pollito en especial que despertó su curiosidad porque, a pesar de ser físicamente igual a sus hermanitos, hacía cuac, cuac, cuac en vez de pío, pío, pío.

Consternada, la mamá gallina le prestó mucha atención a este pollito e intentó, más de una vez, obligarlo a piar y a actuar al igual que sus hermanitos. Porque además de graznar, el pollito caminaba de forma muy cómica y, en vez de picotear la tierra, le gustaba comer pan y nadar en el pequeño estanque de la granja.

Con el paso del tiempo, la constante presión de la mamá gallina, y la burla de todos sus hermanitos por actuar diferente, pusieron muy triste al pobre pollito al sentirse rechazado y solo.

Sin embargo, al notar el estado de su pequeño, mamá gallina comprendió que sus acciones le hacían mucho daño a su pobre pollito, así que decidió aceptarlo y quererlo con sus graznidos y peculiar forma de ser.

De tal forma, el resto de los pollitos, al ver la actitud de su madre, dejaron de burlarse de su hermanito y, en cambio, empezaron a aceptarlo y a interesarse por él debido a su diferente manera de actuar y de ver la vida.

Desde entonces, todos los pollitos vivieron felices en el gallinero hasta que fueron lo suficientemente grandes para convertirse en nuestra próxima cena, sin importar si graznaban o piaban.

Fin.

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