660 - Tan fácil como quitarle un dulce a un bebé.

Me acerqué sigilosamente a la carriola donde estaba el bebé comiendose una chupeta, estiré mi mano e intenté quitarsela; pero tan pronto dí el primer jalón, el bebé empezó a llorar y todos los que estaban presente se dieron cuenta de lo que estaba intentando hacer.

Yo, muy apenado, solté la chupeta, me puse de pié, me sacudí las manos y dije: "¿Qué? Yo sólo estaba probando una teoría" y me fui caminando lo más rápido que pude mientras era juzgado por todos los que habían presenciado mi fallido intento de un acto de fechoría.

Fin.

Comparte este Post: