213 - En la guerra.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 01, 2011 |


Veía caer a mis compañeros uno a uno mientras yo me hacía el muerto.

FIN.

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212 - Desde pequeño, guerrero.

Sir Helder Amos | domingo, julio 31, 2011 |



A pesar de que el ataque lo había tomado por sorpresa, rápidamente esquivó la lanza que casi le atraviesa su pecho; y no se había recuperado bien del ataque cuando un gran gancho intento cortarle la cabeza, pero él fue más rápido y se escondió en lo más profundo de su cueva, donde ninguna arma asesina pudo alcanzarlo.

- Lo siento señora, -dijo el doctor mientras se quitaba los ensangrentados guantes- pero el aborto no se pudo llevar a cabo.

FIN.

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211 - De tanto ir y venir.

Sir Helder Amos | sábado, julio 30, 2011 |



Se perdió entre el mundo imaginario y la realidad, por eso, ahora se le ve hablando con las plantas e ignorando a los humanos.

FIN.

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210 - La rosa sin espinas.

Sir Helder Amos | sábado, julio 30, 2011 |


Un día, sentado en el parque, vi a una rosa sin espinas, y todos los que pasaban por su lado se detenían para acariciarla, olerla, tocarla o jugar con ella, y antes de que cayera la noche, la rosa sin espinas ya estaba marchita, mientras que sus espinosas hermanas seguían intactas y más bellas que nunca.

FIN.

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209 - Grandes personajes históricos.

Sir Helder Amos | jueves, julio 28, 2011 |


En el panteón, cuyas paredes estaban forradas con cuadros de gente muerta, el pequeño visitante se sintió aún más pequeño al compararse con los hombres ilustres que lo juzgaban, desde los marcos de sus cuadros, con una mirada fuerte y severa.

FIN.

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208 - La daga en el corazón.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 27, 2011 |



Su último amor clavó una daga en su corazón, 
así que la princesa, llena de dolor declaró, 
que aquel que pudiese sacar la daga de su corazón
desposaría con gran honor,  
Príncipes y plebeyos intentaron con devoción,
pero la daga ni un centímetro se movió
ya que solo la persona que allí la colocó, era su única salvación
pero como su último amor nunca volvió
la princesa murió de tanto dolor.

FIN.

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207 - El león camaleón.

Sir Helder Amos | martes, julio 26, 2011 |


Había una vez, en la selva, un león que siempre estaba triste, así que con el pasar del tiempo,  la piel del león empezó a cambiar de color, volviéndose de un azul oscuro que representaba su tristeza.

El león azul, se volvió muy famoso en la selva debido a su peculiar color, así que muchos animales viajaban hasta sus dominios solo para poder observarlo y burlarse de él por ser diferente, hasta que un día una jirafa que por allí pasaba sintió lástima por el triste león azul y lanzando cabezazos lo defendió de los malvados animales.

El león azul  al ver como la jirafa lo defendía, se enamoró perdidamente de ella así que intento acercarse y hablarle, pero  por más que le hablaba, la jirafa nunca le respondía y solo se limitaba a mirarlo de forma cariñosa.

La jirafa nunca abandonó al león y siempre se mantuvo a su lado, defendiéndolo, pero sin decir una sola palabra, el león azul pronto se cansó de hablarle y aprendió a compartir  sus miradas de amor y cariño, y tanto amó el león azul a la jirafa, que toda su tristeza desapareció así que su color también cambió, y ahora se le conoce como el león rojo.

FIN.

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206 - El herrero.

Sir Helder Amos | martes, julio 26, 2011 |


Forjó la espada que años más tarde  atravesaría su pecho.

FIN.

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205 - La banana mágica.

Sir Helder Amos | domingo, julio 24, 2011 |
El mono trepó hasta la cima del bananero más alto para comerse la última banana que de él guindaba, pero tan pronto la peló, la banana le habló y le dijo:
- ¡No me comas! Si me dejas vivir, te prometo que te convertiré en humano.



- ¿Para qué quiero yo ser humano? - Preguntó el mono.
- Para que seas una raza superior e inteligente y dejes de ser un animal.
- Pero si me convierto en humano, ¿Tendría una casa? ¿Un coche? ¿Un trabajo? ¿Una familia?
- Si, si no me comes, te convertiré en un humano lleno de riquezas, con un buen trabajo, una mansión, un coche de último modelo y una esposa y un par de niños cariñosos.
El mono, pensó un momento la propuesta que la banana le hacía y muy gentilmente le dijo:
- Lo siento, pero yo prefiero mi libertad como animal y vivir despreocupadamente en la selva.

FIN.

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204 - Siete años de buena suerte.

Sir Helder Amos | domingo, julio 24, 2011 |


Se estaba mirando frente al espejo cuando su reflejo dejó de imitarlo, y con un solo golpe rápido y fuerte, el reflejo había roto al humano en miles de pedazos.

FIN.

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203 - El azúcar, el peor enemigo de los padres.

Sir Helder Amos | viernes, julio 22, 2011 |



El travieso Bobby después se cenar,
se escurrió dentro de la cocina para una barra de chocolate hurtar,
y cuando el reloj dio las ocho, la hora de dormir, Bobby no quería dormitar.
y cuando el reloj dio las nueve,  Bobby se puso a jugar.
y cuando el reloj dio las diez, Bobby se puso a llorar.
y cuando el reloj dio las once, Bobby, la televisión, se puso a mirar,
hasta que finalmente, el reloj dio las doce y Bobby de tanto ajetrear, ya quería descansar.

FIN.

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202 - Alzheimer II

Sir Helder Amos | jueves, julio 21, 2011 |


Se me ocurrió el mejor microcuento que jamás hubiera existido, pero cuando me senté a escribirlo, ya se me había olvidado.

FIN.

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201 - Buscando la iluminación.

Sir Helder Amos | miércoles, julio 20, 2011 |


Dispuestos a hacer cualquier cosa por encontrar la salvación y un poco de significado a sus vidas, la fila de hombres, mujeres y niños daba la vuelta al templo; todos querían ser sacrificados.

FIN.

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