1391 - La Fiesta de Revelación de Género.

Cuando los invitados llegaron al salón de fiesta, todos se quedaron sorprendidos por la extravagante y hermosa decoración, las paredes estaban forradas de telas rosadas y celestes, con globos de los mimos colores por todo el lugar, y lo más impresionante era que en el medio del salón había una gigantesca bola negra con unos símbolos de interrogación rosados y celestes pintados en el centro. 

Sin embargo, más allá del asombro por la majestuosidad de la fiesta, todos los invitados estaban confundidos, porque nunca se esperaron que Laura estuviera embarazada. Así, que entre los murmullos de los invitados se podía escuchar:

- Yo no sabía que Laura tuviera novio.
- Yo tampoco, ¿quién será el padre?
- Se lo tenia muy bien escondido.
- ¡Qué horror!, ella no se ha casado.
- Seguro, es de Matías, ellos siempre estaban juntos.
- Pero yo pensaba que Matías era gay. 

De pronto, la voz de Matías, un joven pálido y lánguido, retumbó en el lugar y se paró sosteniendo un micrófono al lado de la bola. 

- Muchas gracias a todos por venir, si están aquí presente es porque todos y cada uno de ustedes son muy importantes para Laura -expuso Matías-. Es por eso que ella quería que ustedes fueran los primeros en enterarse y no tengan que oírlo de nadie más, ya que Laura y yo hemos mantenido esto en secreto por mucho tiempo, y llegó el momento de que todos sepan la verdad, además de que ella cree que es tiempo de que el nacimiento de una nueva persona emerja de ella. Sin embargo, les agradecería a todos que sean prudentes, ya que esto no es algo que ella planeó, si no que se dió dentro de ella, así que por favor eviten preguntas innecesarias y, en cambio, demuéstrenle su apoyo y amor, durante esta nueva y dura etapa de su vida. Su nueva vida... y ahora sin más preámbulos, ¡es hora de descubrir el género!

En ese instante, la gigantesca bola negra empezó a brillar y producir un hermoso humo rosado, unos segundos después cambió de color y produjo humo celeste, de nuevo humo rosado, luego azul, otra vez humo rosado y, de pronto, la bola brilló intensamente y explotó inundando todo el salón con humo azul. 

- ¡Va a ser niño!
- ¡Sí, va a ser varón! -se escucharon los murmullos de los invitados, regocijándose.

Pero a medida que el humo empezó a disiparse, se dieron cuenta que la gigantesca bola negra se había partido en dos y que alguien estaba adentro de ella. Poco a poco, las características de esta silueta se fueron aclarando, era un joven de la misma altura y mismo color de ojos y piel de Laura, con la cabeza rapada, y que usaba una camisa a cuadros bastante holgada y pantalones anchos con botas de seguridad.

- No va a ser varón, de hecho, no hay embarazo, la verdad es que... -dijo el muchacho que había salido de la bola, y que tenía la misma voz de Laura aunque se esforzaba para que sonara un poco más gruesa-, ¡Soy varón!

Fin.

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