1018 - El murciélago.

Cuando el padre escuchó el grito aterrado de su hijo, corrió a su habitación para ver lo que sucedía y, cuando entró en ella, preguntó exaltado:

- ¡¿Qué pasó, tesoro?! ¡¿Estás bien?!
- ¡Hay un murciélago en la habitación! -gritó el niño, quien estaba sentado en su cama, escondido debajo de las sábanas-. ¡Entró por la ventana y está volando por toda la habitación! -explicó el niño, asomando un poco la cabeza por entre la sábanas para ver a su padre.
- ¡Oye, qué susto nos has pegado! -empezó a reprimirlo el padre-. Pensamos que te había sucedido algo, No tienes que ponerte así por un murciélago, esos son animalitos indefensos que son atraídos por la luz de tu habita... ¡AAAAAAHHH!!

Pero mientras decía eso, el murciélago voló y aterrizó justamente en el cuello del padre, quien pegó un grito aterrado y, después de quitarse el animal con un manotazo, corrió a esconderse debajo de las sábanas junto a su pequeño.

Al día siguiente, al amanecer, cuando el murciélago se hubo marchado y la madre fue a la habitación de su hijo para despertarlo para ir a la escuela,  encontró  a sus dos pequeños dormir acurrucados debajo de las sábanas y sonrió cariñosamente.

Fin.

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